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Artículo La Evolución de La Percepción y Del Miedo

Hace varios meses, el artículo del mes se centró en el tema de dominar el miedo, sin embargo, el miedo es un gran tema para nosotros, los humanos, por lo cual estamos volviendo al tema para profundizar. Este artículo continúa nuestro entendimiento sobre la forma en que el miedo opera en nuestras vidas y cómo ir más allá.

Imagina que estás bajando por una montaña cubierta de nieve. Puedes bajar sacudiéndote sin control en tus zapatillas y pantalones cortos experimentando mucha desdicha e infelicidad, congelándote el trasero, o puedes navegar suavemente, de una manera emocionante, como un maestro esquiador con el atuendo adecuado, volando hacia abajo por la montaña con una mezcla de alegría y habilidad. El viaje sucede sobre la misma montaña, en el mismo terreno, la misma cantidad de nieve, con los mismos obstáculos de árboles y rocas, pero es una experiencia totalmente diferente para cada uno. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia tiene que ver con la percepción. En este planeta hay siete estados diferentes de percepción disponibles. Cinco de estos son los más comunes y dos de ellos son extremadamente raros. Por ahora nos concentraremos en los cinco más comunes. Estos cinco estados de percepción se dividen en dos experiencias básicamente diferentes a las que llegaremos en un momento.

Estos estados de percepción están íntimamente asociados con las edades del alma que las personas experimentan en su lenta evolución hacia el despertar y la autorrealización. Estas edades del alma y sus niveles son exactamente iguales a las etapas de desarrollo que cada ser humano atraviesa en cada vida: son bebés, infantes, niños, adolescentes (adultos jóvenes) y adultos. He hablado de esto en muchos artículos anteriores disponibles de forma gratuita en los archivos de mi sitio web, www.thepowerpath.com. Aquí nos vamos a concentrar en la percepción específica de cada uno, porque eso es lo que se relaciona con nuestra comprensión final sobre el miedo y el estado actual de nuestro planeta.

En primer lugar, voy a sugerir una propuesta que demuestra ser verdadera si la examinas por ti mismo: la forma en que percibes algo hace que finalmente la manifiestes o la crees en el mundo en el que la imaginas.

Lo que esto dice es que el percibir algo termina manifestándolo. Si percibo que el mundo es un lugar horrible, pronto se hará realidad para mí. Si percibo que el mundo es un lugar amoroso, pronto se convertirá en eso para mí. Entonces, con esta propuesta en mente, volvamos a los cinco estados principales de percepción y cómo cada uno de ellos ha imprimido al mundo ciertas creencias, miedos, normas y comportamientos que determinan nuestro mundo y dejan un legado para innumerables generaciones.

Un bebé percibe el mundo como «yo y no yo». «Yo» es mi hogar y se siente seguro. No es así con lo «no yo». El seno de la madre se siente bien, por lo tanto es «yo». Si lo «no yo» se siente mal, entonces eso «no soy yo» y tengo varias respuestas posibles. Puedo rechazarlo, escupirlo, expulsarlo como vómito y mierda. Puedo intentar atacarlo o alejarlo. Puedo llorar hasta que se vaya. Tienes la idea. Estas son respuestas primitivas porque son reactivas, no proactivas. Eso es lo que está disponible para un bebé. Eso es lo que está disponible para un alma bebé. Si se siente bien soy yo, si no, entonces no soy yo. Matarlo, atacarlo, rechazarlo son las respuestas más simples posibles. Esto es lo que hace que las almas bebés sean bastante peligrosas de tratar. Las almas infantiles manifiestan las cosas que temen con una desafortunada regularidad. Si bien a menudo se sienten más seguros en la cárcel debido a los límites impuestos, también están rodeados de depredadores internos que pueden intentar matarlos. Las vidas de las almas bebés no son en este sentido un jardín de rosas. Tienden a ser brutales y desafiantes. El hecho de que cada ser humano en el planeta haya tenido, recientemente o en un pasado lejano, numerosas vidas de alma bebé, significa que todos hemos dejado un legado en este planeta de brutalidad, violencia, terror, etc. Esto es lo que nosotros hemos creado, esto es lo que aprendimos a esperar del mundo, y esto es lo que imprimimos a nuestros descendientes. Este legado está hoy en día muy con nosotros. Aunque ahora hay solo un 5% de almas bebés en el planeta, todavía hay una gran violencia y terror. Ese es el legado que dejamos con el que aún estamos viviendo.

Un infante percibe el mundo como «yo y otros yo». Son lo suficientemente sofisticados como para reconocer que hay otros humanos alrededor, pero sus verdaderas interacciones son pocas. Se involucran en un juego paralelo. Están en el arenero que está lleno de otros niños con adultos que los supervisan desde las cercanías. Su juego rutinariamente termina en agarrar, controlar, jalar, empujar y, en general, actuar como pequeños salvajes incivilizados hasta que intervienen los adultos. Se trata de intentar ser el que domine a los demás, establezca las reglas, controle el pequeño terreno del arenero y se hace de una manera completamente brutal. También es ruidoso, acompañado de rabietas, gritos, quejas y llantos. Este es el mundo que perciben y este es el mundo que manifiestan a su alrededor.

Las almas infantes son muy temerosas. No se sienten muy a salvo, incluso si son el matón en el arenero, porque sienten una profunda inseguridad. Se alegran de que los padres los estén viendo, listos para detener las cosas si van demasiado lejos. Lástima que no sea así en el resto del mundo. A veces no hay padres que intervengan y tenemos atrocidades que resolver.

Los infantes se imaginan a sí mismos como los gobernantes de su pequeño universo hasta que los padres intervienen o suspenden su pequeño espectáculo. Luego, después de algunos lamentos, vuelven a hacerlo. ¿No es así como se comportan algunos adultos en este mundo? Todos hemos estado allí y hemos dejado un legado de esta forma de percibir el mundo. Cualquiera que sea la parte del mundo que aún vive de esta manera, es porque nosotros hemos contribuido con ella y se la hemos entregado a nuestros descendientes.

Un niño percibe el mundo como “yo y tú y yo te dominaré”. Esto es un progreso, porque ahora hay un «tú», un reconocimiento de que eres una persona con la que me relaciono pero es muy condicional, porque se ve a través del filtro de «yo voy a ganar porque soy el rey de la montaña». Esta etapa tiene que ver con la consolidación del poder y la riqueza a toda costa, no en beneficio de los demás, sino en beneficio del ego propio. Hemos visto miles de años de abuso, ya que este comportamiento ha sido absorbido por más y más personas en todos los rincones del mundo. Ha llevado a guerras masivas, desigualdad, corrupción, destrucción, injusticia extrema, la vieja red varones, privilegio de unos pocos, el dominio de lo masculino sobre lo femenino, la destrucción de la Madre Naturaleza y así sucesivamente. Todos nosotros hemos participado, para bien o para mal, en esta habilidad para jugar socavando al otro en nuestro camino escalera arriba de la evolución, y lo que hemos dejado atrás es un legado de percibir el mundo a través de los ojos de la competencia, de la lucha descarnada y del comportamiento despiadado, de tomar ventajas, aplastar a la oposición, y destruir todo lo que se interponga en nuestro camino a la toma de posesión y derribo finales. Aunque muchos de nosotros hemos pasado a niveles de percepción más maduros, igual hemos imprimido al mundo en formas muy extremas y negativas, y esas percepciones viven a través de nuestras normas culturales y creencias sociales. En muchos sentidos, somos víctimas de nuestro propio egoísmo en vidas pasadas y el trabajo para corregir todo esto es desalentador, especialmente cuando es adoptado por las últimas generaciones de almas más jóvenes que desean pasar el día bajo el sol.

Un adolescente/adulto joven percibe el mundo como «yo y tú y yo sé cómo te sientes». Este cambio de percepción cambia el juego y lo transforma todo. Con esta nueva percepción ya no puedo tratarte como una mierda, porque reconozco tu sufrimiento y me reconozco en ti y tú en mí. Este es un enorme paso adelante en la percepción, pero viene con algunos problemas. Desde esta perspectiva, las personas son propensas a sentirse víctimas de prácticas sumamente injustas que parecen provenir de fuera de ellas. La proyección está bien viva en este nuevo nivel. Así que actitudes como «El mundo no es justo; Dios me ha abandonado; estoy solo e incomprendido; el mundo es un sándwich de mierda y cada día tomas un bocado más grande; soy increíblemente miserable; todo lo malo que pueda suceder me sucederá a mí; pienso en suicidarme todos los días; etc, etc., etc.». Este enfoque de víctima que glorifica el sufrimiento ha dejado su propio legado a través de los iconos de innumerables familias y subculturas, y estas perspectivas se transmiten de generación en generación.

A través de estas actitudes, vivimos en nuestro propio estofado deprimente desde vidas anteriores, por así decirlo. Afortunadamente también hay aspectos positivos. Somos más sensibles, percibimos la belleza mejor y más a menudo, apreciamos más las cualidades más finas de la vida y nos deleitamos en los matices más finos de las relaciones con todo lo que nos rodea. En resumen, nos hemos vuelto más sabios y profundos, más maduros, y con estas actitudes hemos comenzado a imprimir nuestro mundo. Debido a la gran cantidad de almas maduras en el mundo actual (35% y en aumento), el mundo está cambiando rápidamente en términos de mayor madurez y de gran preocupación por el medio ambiente. La pregunta es: ¿puede esta influencia ser lo suficientemente fuerte y suceder lo suficientemente rápido como para triunfar o es demasiado poco/demasiado tarde? Eso es lo que hace que esta película de la vida sea tan interesante. Como planeta, ahora estamos en el momento clásico de Hollywood de «todo está perdido» al que el héroe/la heroína debe enfrentar.

Las almas viejas comienzan a percibir el mundo como una experiencia de realidad virtual diseñada para aprender lecciones, disfrutar y experimentar por el simple hecho de experimentar. Aprenden a percibir el mundo desde octavas más altas y tienen una comprensión mucho más precisa y verdadera de la verdadera naturaleza mística y alquímica de la realidad. Son mucho más libres que nunca al asumir la responsabilidad por la forma en que piensan y perciben el mundo que los rodea. Ellos entienden que lo que parece ser el otro en realidad soy «yo» con diferentes ropas. Todo es Espíritu, todo es santo, todo es sagrado sin excepciones a la regla de que el Espíritu está absolutamente en todas partes. Estas percepciones están comenzando a impregnar y encontrar tracción en todo el mundo a medida que poco a poco más y más personas se unen a las filas más bien delgadas de las almas más antiguas. En los últimos veinticinco años, las cifras han aumentado del doce por ciento de la población al quince por ciento. Esto puede parecer un incremento pequeño pero, evolutivamente hablando, es extremadamente rápido, como una mutación que cambia una especie de la noche a la mañana. El quince por ciento es suficiente para cambiar el mundo, especialmente cuando consideras que las almas viejas son más difíciles de matar y cada una tiene poder e influencia sobre miles de almas más jóvenes. Considera el efecto y el poder de maestros como Pema Chodron, Adyashanti, el Dalai Lama, Eckhart Tolle y Thich Nhat Hahn. Cada uno de ellos es capaz de cambiar el mundo de manera significativa.

Las almas viejas en realidad no tienen muchos miedos. Por supuesto, no están entusiasmados por perder su libertad y les gustaría mantenerse lo más lejos posible de la violencia. Quizás, en todo caso, las almas viejas temen no crecer lo suficientemente rápido o no lograr frenar los estragos del ego, algo que no desaparece hasta el final de nuestras encarnaciones.

Luego están las sexta y séptima etapas de desarrollo, la etapa trascendental y la etapa infinita, que son muy raras de aparecer en forma física. Gandhi fue uno de esos representantes de la etapa trascendental y Jesús, Buda, Lao Tze y Krishna fueron representantes importantes de la etapa infinita. Hablan por sí mismos en términos de influencia mundial. No hay miedo en estas etapas. Tan sólo uno de estos muchachos imprime al mundo por miles de años, y más de ellos están llegando.

Todas estas percepciones diferentes son vibraciones que atraen a diferentes segmentos de la población que entran en resonancia con ellas. Eso significa que todos estamos viviendo en un marco multidimensional al que llamamos mundo. No es el mismo mundo para todos. De hecho, hay una serie de diferentes mundos y realidades que se superponen a la vez. Podemos notar que hay otras percepciones pero tenemos la opción de no entrar en resonancia con ellas. De esta manera, ciertas vibraciones se vuelven menos populares y otras se vuelven más populares y el mundo parece cambiar a nuestro alrededor. En realidad somos nosotros los que estamos cambiando nuestros mundos. Entonces, la realidad es eso que llamamos nuestras vidas, es mucho más mágico y más asombroso de lo que alguna vez pensamos que era. Es muy complejo y, paradójicamente, muy simple al mismo tiempo. Cambia tu percepción, cambia tu mundo. ¿Cómo cambiamos nuestra percepción? Primero cambiamos nuestras creencias a través de la observación cercana de nuestra propia experiencia. Luego limpiamos el gabinete de creencias por así decirlo, eliminando las percepciones que no coinciden con nuestras nuevas creencias. Esto da miedo pero es necesario. Existen muchas técnicas para esto, pero las más simples son: 1. Auto-observación. 2. Elegir un nuevo enfoque basado en lo que es verdadero, no en el autoengaño. Esto implica entrar en resonancia con nuevas creencias. 3. Pedir a nuestros ayudantes internos que nos asistan para hacer la transición a nuevas creencias y percepciones. Necesitamos ayuda. 4. Actuar sobre nuestras nuevas percepciones para averiguar si contienen lógica. Esto requiere coraje.

Hemos visto que la forma en que percibimos cualquier cosa así la hace en términos de su manifestación en forma física. Por lo tanto, este esquema de las edades del alma ha sido una forma de mostrar las principales percepciones diferentes que determinan nuestra realidad física, muchas de las cuales tienen propósitos cruzados, como puedes ver fácilmente. Muchas de ellas se basan en cimientos intensamente temerosos y, sin embargo, algunas se basan más en el amor, la alegría, el desinterés, la generosidad, la belleza, el perdón, etc. Estas últimas son hacia dónde estamos yendo y en dónde terminaremos, sin lugar a dudas. Esperemos que esto aclare la naturaleza de los obstáculos y la cantidad de trabajo de limpieza que tenemos por delante para realizar nuestras más altas aspiraciones. Estamos en el umbral de la autodestrucción brutal o de la transformación como la crisálida en mariposa. Está última es nuestro destino, la primera es nuestro último gran flirteo con el deseo del ego de consumirnos basado en el miedo. Eso en realidad no va a suceder. ¿Por qué? Porque ya elegimos nuestro camino de liberación cuando comenzamos esta larga odisea. Vamos a despertar sin importar el costo. Es inevitable.

 

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17 de Mayo 2019

Traducción: Marcela Borean

Fuente: El Manantial del Caduceo

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