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Artículo Neurosis – Angustia – Histeria – Obsesión

NEUROSIS

Igual que la depresión y la psicosis, la neurosis está causada por emociones no controladas o por la investigación de una identidad que sustituiría la que rehúso. Aunque guarde contacto con la realidad y pueda seguir viviendo en sociedad, puedo vivir un sentimiento de angustia, mi juicio puede estar alterado y mi vida sexual puede resentirse bajo forma de impotencia o frigidez. Intento tomar el lugar que me corresponde y necesito que se me preste atención para valorizarme. También necesito hallar un sentido a mi vida que me permitirá liberarme de las tensiones que vivo.

Seré libre porque llevaré mi atención sobre el objetivo fijado, fuente de felicidad y satisfacción. Por lo tanto, debo aceptar mi naturaleza profunda que es amar a los demás y amarme a mí mismo sin necesariamente estar obligado a comprender toda la vida desde A hasta Z para aceptarme tal como soy.

ANGUSTIA (ver también ANSIEDAD, CLAUSTROFOBIA)

La angustia está caracterizada por un estado de desorientación psíquica en la cual tengo el sentimiento de estar limitado y restringido en mi espacio y sobre todo ahogado en mis deseos. Siento mi espacio limitado por fronteras que, en realidad, no existen. “Estoy cogido” o “Me siento cogido en una trampa”. Estoy de acuerdo con el hecho de que la gente invade mi espacio psíquico y esto se manifiesta en mí por una especie de aprieto interior. Dejo entonces de lado mis necesidades personales para complacer primero a los demás para atraer el amor que necesito (aunque haya otros modos de hacerlo).

El aprieto me lleva generalmente a ampliar mis emociones y mi emotividad general en detrimento de un equilibrio adecuado. Ya que vivo en la niebla, la confianza en mí se tambalea, la desesperación y la gana de ya no luchar más se instalan. ¿Cuál puede ser la situación en que me sentí apretado cuando era joven de tal modo que reproduzco aun fielmente este “pattern” hoy? (Observemos qué angustia y claustrofobia son sinónimos de la palabra aprieto.) Es natural que mi cuerpo para colmar mis necesidades psíquicas fundamentales: la necesidad de aire para vivir y respirar, el espacio entre mí y las demás personas, la libertad de decidir y discernir lo que es bueno para mí.

Si, a partir de ahora, contesto a mis esperas frente a la vida en primer lugar, hay muchas probabilidades para que deje las de los demás en su sitio: así, estoy más seguro de estar de acuerdo con ellos! Y sin violar su espacio porque debo recordar que si me siento ahogado, es porque ahogo conscientemente, o no, a la gente alrededor mío. Se manifiesta la angustia también como una espera inquieta y opresiva, aprensión de “algo” que podría ocurrir con una tensión difusa, espantosa y generalmente sin nombre. Puede estar vinculada a una amenaza concreta angustiosa (tal como la muerte, catástrofe personal, sanción). Se trata más de un miedo, generalmente vinculado a nada que sea inmediatamente perceptible o se pueda expresar. Por esto las fuentes profundas de la angustia se encuentran frecuentemente en el niño que fui y se vinculan generalmente con el miedo al abandono, a perder el amor de un ser querido y al sufrimiento. Cuando me encuentro en una situación similar, la angustia vuelve a aflorar. Cada vez que uno de estos miedos reaparece, o se vive una situación imaginaria o realista, esto está captado por mi inconsciente como una señal de alarma: hay peligro! La angustia reaparece aún más fuerte. Cuando soy niño, la angustia se manifiesta frecuentemente por el miedo a la oscuridad y una tendencia a vivir una vida solitaria.

A partir de ahora, uso el discernimiento, valor y confianza en la vida para respetarme y dejar ir a los demás a su espacio sin pesar, y borro de mi vida cualquier remordimiento. Así veré “más claro” y adelantaré en la vida con mucha más lucidez.

HISTERIA

Soy histérico cuando vivo una neurosis y expreso mi conflicto psíquico de modo corporal, sea bajo la forma de una crisis de nervios, convulsiones, pérdidas de consciencia, etc. Cuando hago una crisis de histeria, pierdo el contacto con la realidad, me refugio en lo imaginario y puedo tener tendencia a expresar mi conflicto interior en público. Vivo una profunda insatisfacción personal en cuanto a mi sexualidad, lo cual me lleva a jugar el juego de la seducción, a mantener a la gente a distancia o incluso a tener una frialdad aparente para protegerme de mi gran sensibilidad. Cuando vivo tal estado, se pone de manifiesto el dolor y la pena interior que pueda sentir.

Tengo necesidad de curar mi herida interior para que pueda recobrar un mayor equilibrio, una mayor armonía y una paz interior más grande, para acallar mis tormentos. Pido ser guiado para elegir el enfoque terapéutico que me permitirá alcanzar este estado de mejor estar.

OBSESIÓN

La obsesión es una enfermedad del pensamiento. Cuando estoy obsesionado por algo o por alguien, toda mi atención, toda mi energía, están dirigidas hacia esto. Estas ideas me vienen de modo repetitivo y amenazador.

Sin embargo, me mantengo consciente del carácter irracional que tienen estas ideas. No cuenta nada más. Si tengo una personalidad obsesiva, hay muchas probabilidades de que sea una persona llena de dudas, con mucha dificultad para tomar decisiones y de que viva una ambigüedad amor – odio, de cara a mí mismo o a los demás.

Las obsesiones pueden tener formas muy diversas: puede tratarse de una fobia frente a algo o a alguien, pueden ser “rumiaciones mentales” sobre “lo que se podría producir si…”, la locura de la duda o una compulsión a cometer ciertos actos que pueden ser sin consecuencia o que pueden también ser criminales, incluso suicidios, pero que nunca, prácticamente, están seguidos del acto. La mayoría de las veces, tengo un temor angustioso frente a “algo que podría suceder” por negligencia o por error personal y que se debe evitar. Mi prioridad es el mantener mi obsesión, incluso inconscientemente. Mi sistema de pensamiento está paralizado. Estoy alimentado por el objeto de mi obsesión. Así lleno un vacío interior y una gran inseguridad. Para vivir obsesión, he de tener una especie de tensión interior, inquietud; entonces, sería oportuno para mí encontrar un punto de interés en mi vida que me traiga más calma y más paz, interiores. Así podré aprovechar más de lo que me trae la vida.

 

Tomado del libro El Gran Diccionario de Las Enfermedades.

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