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Artículo Respirar es vivir: Primacía a la «Espiración».

En el acto respiratorio, el occidental atribuye la primacía a la inspiración. El yoga, por el contrario, afirma que toda buena respiración comienza no sólo por una espiración completa y lenta, sino también que esta ESPIRACION perfecta es la condición sine qua non de una inspiración correcta y completa, por la razón tan simple de que no se puede llenar un recipiente ¡si no ha sido previamente… vaciado! Imposible respirar bien si no espiramos antes a fondo. La respiración normal comienza, pues, por una espiración lenta y tranquila, realizada medíante la relajación de los músculos respiratorios. El tórax se hunde por su propio peso, expulsando así el aire. Esta espiración debe ser silenciosa, como todo acto respiratorio (no debe escucharse respirar) y, por este motivo, será lenta. Al final de la espiración, los músculos abdominales pueden ayudar a vaciar los pulmones lo más completamente posible, por una contracción que expulse los últimos restos de aire viciado. La constitución esponjosa de los pulmones no permite vaciarlos en un 100 % : siempre quedará aire impuro en ellos, el aire «residual», que hay que esforzarse por reducir al mínimo, porque el aire fresco, traído por la inspiración, se mezcla a este aire residual para formar el verdadero aíre respiratorio de cada uno. Mientras más a fondo espire, mayor será la cantidad de aíre fresco que podrá entrar y más puro será el aíre en contacto con la superficie alveolar. El volumen de aire que los pulmones pueden contener se llama «capacidad vital». Raras veces una designación ha sido más pertinente, y la meta de numerosas técnicas respiratorias es la de aumentar esta capacidad. Sin embargo, antes de preocuparse de aumentarla, utilicemos al máximo aquella de que disponemos, mediante una cuidadosa espiración.

Los yoguis distinguen tres tipos de respiración: la respiración abdominal, la respiración costal y la respiración clavicular. La respiración yóguica completa combina las tres y constituye la respiración ideal.

La respiración abdominal:

De este modo respira la mayor parte de los hombres. El diafragma desciende en el momento de la inspiración, el abdomen se hincha. Es el modo menos malo de respirar. La base de los pulmones se llena de aire, el descenso rítmico del diafragma provoca un masaje suave y constante de todo el contenido abdominal y favorece el buen funcionamiento de los órganos.

La respiración costal:

Se efectúa separando las costillas y dilatando la caja torácica como un fuelle. Esta respiración llena los pulmones en su región media. Hace penetrar menos aire que la respiración abdominal y requiere más de un esfuerzo. Es la respiración «atlética». Combinada con la respiración abdominal, permite una ventilación satisfactoria de los pulmones.

La respiración clavicular:

El aire se introduce levantando las clavículas. Sólo la parte superior de los pulmones recibe un aporte de aire fresco. Es el modo menos bueno de respirar: por lo común, es atributo de las mujeres.

La respiración completa:

La respiración yóguica completa engloba los tres modos de respiración y los integra en un único movimiento amplio y ritmado. El aprendizaje se hace mejor acostado de espaldas; puede, por lo tanto, practicarse eventualmente en la cama.

Estas son, brevemente descritas, sus diversas fases:

1) Vacíe los pulmones a fondo.

2) Haga descender lentamente el diafragma y deje entrar aire en los pulmones. Cuando el abdomen esté hinchado y la parte baja de los pulmones esté llena de aire…

3) …separe las costillas, pero sin forzarlas, después…

4) …termine de llenar los pulmones levantando las clavículas.

Durante toda la inspiración el aire debe entrar progresivamente, sin sacudidas, en flujo continuo. No debe hacerse ningún ruido al respirar. Es esencial respirar silenciosamente.

MUY IMPORTANTE: su espíritu debe estar concentrado enteramente en el acto respiratorio.

Cuando haya llenado los pulmones por completo, espire en el orden de la inspiración, siempre lentamente, sin sacudidas ni esfuerzo. Entrar bien el abdomen al final de la espiración. Recomenzar enseguida a inspirar del mismo modo. Se puede prolongar este ejercicio tanto como uno quiera. No debe provocar ni molestias ni fatiga.

Puede practicarlo en cualquier momento; cada vez que piense en ello, en el trabajo, caminando, en cualquier ocasión, respire consciente y lo más completamente que pueda. Poco a poco adquirirá el hábito de la respiración completa y su modo de respirar mejorará a medida de sus progresos. Pero es indispensable que reserve cada día un momento fijo a elección suya (por la mañana al despertar es muy favorable, como también por la noche antes de quedarse dormido) para practicar durante algunos minutos.

Cuando se sienta fatigado, deprimido, sin ánimo, haga algunas respiraciones completas: su fatiga desaparecerá como por encanto, su mente experimentará sus beneficios y volverá al trabajo con renovado entusiasmo. Tal como la espiración, la inspiración debe ser silenciosa, lenta, continua y cómoda. No se hinche como un balón de fútbol o como un neumático. Respire cómodamente, sin forzar jamás. Recuerde que la respiración ideal es PROFUNDA, LENTA. SILENCIOSA, COMODA.

 

Edición: Romina Medina – Profesora de Hatha Yoga Dinámico.

Fuente: Libro «Aprendo Yoga» de  André Van Lysebeth.

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