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Canalización El Camino Oculto

Publicada el
Mensaje de Kryon
Canalizado por Lee Carroll

Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.

Es el cierre de la reunión, el cierre de este día. Están mirando esto sin importar el huso horario, y realmente no importa. Es el tiempo en que decimos adiós a lo que ha ocurrido, que es una serie de mensajes que trataron de transmitir la compasión y los hechos de cosas que normalmente no se ven ni se entienden, y hablan de una Fuente Creadora más grande que lo que jamás les han contado que era, los potenciales y posibilidades de una galaxia mucho más grande que lo que ustedes hubieran pensado que existía; la idea que tal vez parece tan increíble y enciende tanta controversia de que quizás haya allí aquellos que los conocen y los aman y hasta pueden ser las semillas del ADN de ustedes.

Todas estas cosas que hoy son tan extravagantes, en un siglo más o menos serán de conocimiento común. Así son las cosas, queridos, y ustedes lo han visto. Lo han visto incluso en sus propias sociedades, con cosas que pensaban que eran locas y hoy son su ciencia. Cosas que pensaron que nunca sucederían, y sucedieron. Cosas que les dijeron que no podían suceder, sucedieron. Y entonces, esto va así; este es el frente de avance de potenciales en este momento, de muchas cosas que todavía no han fructificado, y están viniendo. Les hemos dicho que esto podría ser el comienzo de invenciones que han estado esperando hasta que las cosas se establecieran; esto podría ser el comienzo de un nuevo pensamiento. Hay muchos que predijeron cuestiones para esta época, no necesariamente biológicas. Algunos predijeron que habría algo que pondría a la Tierra de rodillas, y muchos sintieron que eso sería el terrorismo, o una guerra, o tal vez un colapso financiero del que no se pudiera recuperar – y no fue ninguno de esos. No hay un modelo en la economía para recuperarse de un virus, de una pandemia; simplemente no lo hay. Y sin embargo hay muchos contándoles cómo va a funcionar, cómo no va a funcionar, y hay detractores. Queridos, no hay un modelo, ningún modelo para lo que está sucediendo. Cuán rápido se recupere, qué hará la consciencia. Pero hay una disposición, una disposición para levantarse y empezar de nuevo. Hay algunos que anhelan estar en una muchedumbre y tomarse de las manos y abrazar a todos, porque no pudieron, y ahora lo extrañan, ahora entienden, ahora entienden.

Oh, pero hay mucho más. Lo digo otra vez: no hay modelo de recuperación para el mercado financiero, no hay modelo de recuperación para la economía, desde una pandemia. Y los sorprenderá; creará otro modelo. No permitan que los que no tienen idea y solo están adivinando, les metan miedo en su corazón porque esto durará y durará y durará, o que nunca se recuperarán. O que habrá otra depresión como en el año 29 ¡y requerirá docenas de años! Están comprometidos en meterles miedo, realmente, verdaderamente lo están. Y su recompensa, queridos, es que más gente sintonizará con ellos, ya se dan cuenta de eso. Cuanto más miedo causen, más personas sintonizarán. Entonces ellos tienen oportunidad de venderles cosas. Así es la cosa, y así ha sido, e incluso eso va a moderarse cuando llegue el día en que los medios tengan que explicar por qué no les contaron el resto de la historia. Por qué no dieron esperanzas, porque no mostraron algunas cosas que estaban sucediendo siempre y que pondrían una sonrisa en sus rostros durante los tiempos en que todos estaban llorando. Todavía hay cosas por venir; se aproximan buenas noticias. Hay alegría más adelante, hay recuperación.

Quiero que esta canalización en particular sea una parábola. Una parábola de tipo diferente de las que dimos antes, la llamaré la parábola del camino escondido. Para hacer esto correctamente, quiero recordarle a los norteamericanos la historia de su país en una época profunda de descubrimiento, de penurias. Fue una época en que simplemente se movían hacia el oeste, atravesando bosques, praderas, cruzando arroyos, cañones, para descubrir qué había allá… Piensen en una época en que el continente recién se estaba descubriendo, y algunos se aventuraban desde el este, sin saber en absoluto qué encontrarían. Hubo un número de exploradores, algunos famosos, que iban hacia el oeste y descubrían cosas increíbles, y para poder hacer esto tenían que atravesar los bosques, y los zarzales, abrirse paso, tallar su camino a través de lo más espeso de lo espeso, solo para avanzar unas pocas millas por día. Un número de kilómetros aquí, otro número allá, algunos viajaron durante años, simplemente para trazar un mapa de lo que allí había. Dos de ellos se llamaron Lewis y Clark. Si ustedes echan una mirada a eso, y si los miran a ellos, lo que ellos escribieron, lo que hicieron, y cuanto tiempo estuvieron afuera, es asombroso. Uno de los más famosos encontró el Gran Cañón. Ahora ustedes saben, los historiadores les dicen que los españoles lo hicieron, ellos encontraron el Gran Cañón y dijeron que era un lugar que no se podía cruzar, se dieron vuelta y regresaron (se ríe). Lewis y Clark no hicieron eso. Llegaron al océano; luego dieron vuelta y regresaron y empezó a salir el informe, y durante un período de tiempo – años y años – se empezó a ver a los que se aventuraban hacia el oeste, buscando una vida mejor. Y no tenían idea de qué les esperaba a medida que avanzaban hacia el oeste. Muchas historias. Se escribieron muchos libros hablando de lo que ellos tuvieron que atravesar para simplemente viajar con la carreta y los caballos. La mayoría de la gente que no estuvo allí ni siquiera se da cuenta de que ellos no se sentaban en las carretas. Las carretas llevaban los suministros. Ellos caminaban hacia la costa oeste. Muchos que eligieron tener hijos a lo largo del camino sabían muy bien que no debían darle un nombre al bebé hasta que hubiera permanecido vivo tres meses, porque la tasa de muertes al nacer era uno de cada tres. ¿Han pensado ustedes en eso? ¿Pensaron que hubo un tiempo en que los pioneros tenían esa clase de problemas, porque querían viajar? ¿Pueden imaginar lo que requería llevar una carreta a través de un bosque sin un camino abierto, lo que tenían que hacer para encontrar cómo rodear cosas, o cuánto tiempo habrá llevado bajar las cuestas y cruzar los ríos solo para llegar a ese lugar al que querían ir, que era el Oeste?

Pónganse en su lugar en este momento, supongamos en esta parábola que ustedes son uno de ellos, gente recia. No sobrevivían a menos que fueran aptos, hombres y mujeres, niños. Imagínenlos por un momento, deteniéndose durante el día para un descanso y comer. Imaginen por un momento que se encuentran con otros viajeros – pero los viajeros que encuentran son diferentes, y ellos lo saben. Tienen aspecto diferente. En primer lugar, están limpios, no están embarrados (se ríe), parece como si recién se hubieran bañado, y no hay nada como eso con estos viajeros. Tienes suerte si te puedes bañar, a menos que cruces un arroyo o un río. Los viajeros lucen diferentes; más limpios que lo que deberían, para ser viajeros, y hablan de manera rara. Algunos se dan cuenta rápidamente que se han tropezado con algo que tal vez es mágico, o… algunos dicen “Bueno, son del bosque, finalmente estamos viendo algunos elementales”. Otros dicen que tal vez sean angélicos y empiezan a hablar con ellos. Y lo que sucede inmediatamente es interesante, este grupo de almas resistentes, que conocía su camino y las dificultades, y habían planeado el camino con cuidado, miraron y dijeron, “No voy a mirar a esa gente, no son parte de mi mundo”. De modo que hubo muchos que no quisieron ni siquiera hablar con esos viajeros, estos que se habían encontrado en el camino. Y se fueron. Otros se quedaron un momento y empezaron a preguntar: “¿quiénes son ustedes realmente? ¿Por qué son tan distintos?”

Y cuando les hicieron preguntas, los viajeros empezaron a hablar. “¿Quiénes son?” Ellos dijeron: “somos guías”. “¿Y por qué son guías, por qué están aquí?” Y ellos dijeron: “Todo este tiempo sabíamos sobre ustedes, verán, hemos estado viajando con ustedes, a una corta distancia, Hemos ido en paralelo, a lo largo de su viaje”.

Ahora bien, los más sabios de los viajeros, los que iban haciendo mapas y reparando las carretas y todo eso, dijeron “Eso es imposible; los hubiéramos oído, lo hubiéramos sabido, sabemos cómo es atravesar estos bosques, es difícil, hubiéramos oído lo que hacían, romper ramas, todas las cosas que la dificultad causa, hubiéramos olido sus fogatas, si realmente hubieran ido en paralelo lo habríamos sabido”. Y el grupo, que era angélico, no dijo nada. Hasta que les preguntaron. Interesante, el fenómeno de la comunicación. Hemos hablado de esto antes, ellos no explicarían si no se les preguntaba. Otra vez algunos se apartaron de la conversación y dijeron: “Esta charla es tonta, hemos bebido demasiado. Vamos, y prestemos atención a lo que hemos venido a hacer aquí, para atravesar esta realidad difícil y abramos camino, y lleguemos al siguiente lugar”. Y sin embargo todavía algunos se quedaban y hacían preguntas, más preguntas. “¿Por qué los encontramos ahora? ¿Por qué se mostraron ahora?” Y entonces estos, que simplemente casi brillaban, y eran tan diferentes, se irguieron y dijeron: “Porque estos son tiempos diferentes, y es hora para que ustedes vean algunas cosas y sepan algunas cosas que son distintas de cualquier cosa que hayan visto antes. Somos los guías, y si ustedes lo desean les mostraremos algo. Les mostraremos nuestro camino”.

Ese fue un momento de decisión. Ahora ustedes tienen a estas personas recias, algunas que se apartaron y otras que se quedaron, invitadas a ir con ellos, solo por un corto tramo, para ver algo que no conocían. Otra vez algunos se apartaron diciendo: “Es una trampa, esto no es real, hemos estado aquí afuera demasiado tiempo. Ahora la naturaleza nos tiende trampas que muy bien podrían conducirnos a un abismo o a un despeñadero”. Toda la mitología, todo lo que les habían prevenido, todos los miedos de lo que puede haber allí afuera en la noche, y algunos de ellos no fueron – pero algunos sí fueron.

Los pocos que fueron preguntaron “¿Cuán lejos está?” Y los guías que los conducían dijeron: “No está lejos, solo llevará dos horas. Vengan con nosotros, caminen dos horas, no es nada para ustedes, déjennos mostrarles algo que nunca han visto antes”. Y eso hicieron. Los pocos que fueron con los angélicos, con los guías que habían encontrado y todavía no sabían quiénes eran, qué eran, no podían saberlo, porque hablaban y actuaban de modo distinto, lucían distintos, pero con ellos se sentían seguros. Los guías caminaban adelante y ellos caminaban detrás. Notaron algo, dijeron: “Vemos que no tienen ningún problema en caminar por este espeso bosque; nosotros sí, nosotros sí. Ustedes van por lo más espeso, y parece como si caminaran por el bosque como si este los conociera, se aparta ante su paso, es difícil describirlo. A veces parece que atravesaran un árbol. Dígannos, guías, qué es esto”. Y los guías se detuvieron un momento y dijeron: “Esta es una de las cuestiones que necesitan saber. Este bosque que atraviesan, esta dificultad que han elegido para su camino, esto que atraviesan y dicen que es tan espeso y difícil, es un compañero en este planeta. Si supieran que es su compañero, lo tratarían como tal, como lo harían con alguien de quien están enamorados. Si hicieran eso, el bosque se apartaría de su camino también. Verán, el bosque es parte de ustedes. Es más que solo hermoso, más que la Madre Tierra, es su compañero. Este bosque, les da su oxígeno, ustedes le dan al bosque su dióxido de carbono, es una relación simbiótica, sin él no existirían y sin ustedes él no existiría. Lo ven, es un compañero de vida. Este bosque les permite alimentarse de él, les provee de comida, más tarde reconocerán que les permitirá cultivar cosas, a partir de sus lomos. El bosque es su compañero, lo alimentan, se alimenta de ustedes, el bosque les da el agua fresca para beber. Gaia, este planeta, esta Tierra, es su compañera en todas las cosas: sustento, oxígeno, alimento”. Ellos incluso agregaron: “El bosque les da su madera para sus construcciones y sus carretas, y luego de una generación o más, regresan y encuentran que toda la madera volvió a crecer para poder servir otra vez más para la siguiente generación. Este es un compañero. Y es por eso que ustedes pueden ver que nos movemos a través con tanta facilidad”. Los humanos estaban perplejos; nunca habían oído nada como esto, jamás. No lo entendían verdaderamente, pero sí entendían el principio de la asociación.

Y luego caminaron un poco más, y un poco más, y un poco más, y llegaron a un claro. Desearía poder describirles esto, queridos. Llegaron a un claro, pero realmente no era un claro, parecía un claro. Y cuando esos viajeros que habían partido hacia el oeste llegaron a ese claro, a cada uno de ellos se les aflojaron las rodillas, al ver lo que vieron. Muchos se cayeron, algunos llorando, por lo que vieron. Algunos tocaban el suelo al verlo, porque no podían creer lo que veían. No era un claro; era un camino, una ruta muy amplia, y al mirar a la izquierda se extendía hacia atrás tan lejos como podía verse, tal vez incluso hasta la costa este. Y al mirar hacia el otro lado se extendía todo a lo largo hasta las aguas de la costa oeste. Camino abierto, sin zarzas, sin rocas, sin árboles, y ellos dijeron “¿Qué es esto? ¿Cómo pudimos habernos perdido esto? ¿Quién lo hizo? ¿Quién lo hizo?” Y los pobladores, al haber recibido otra pregunta más, se irguieron, los miraron a los ojos (se ríe) y dijeron: “Lo hicieron ustedes, pero ha estado oculto toda su vida”. “¿Pero cuál es el significado de esto, cómo puede ser esto?” Y los pobladores dijeron: “Siéntense y escuchen algo que puede que entiendan, o no. Existen capas de realidad. Capas de realidad. Y la que ustedes han elegido como viajeros es una realidad de dificultades; que en su sendero solo haya dificultad. Para esto firmaron, esto es lo que esperan cuando se van a dormir en la noche y despiertan el siguiente día. Dificultad. Saben que cuando despierten tendrán que tallar a través de los árboles, avanzando tal vez solo una milla y luego tener que descansar, porque es tan difícil. El barro atascará las ruedas de su carreta una y otra vez, esa es su realidad. Y está fabricada por ustedes. Pero hay capas de realidad”. Y dijeron: “Bienvenidos a otra realidad”.

Querido humano, este es su camino, esta es otra realidad, es una metáfora de la vida. Ya está allí una ruta, un camino, que ha estado oculto todo el tiempo, sin ningún obstáculo, para que puedan sentarse en su carreta en lugar de caminar, pueden encontrar las cosas que necesitan, pueden viajar distancias, con mucha más facilidad, más velocidad, sin el miedo, sin las molestias, sin la dificultad, sin el drama, sin las muertes. ¡Es toda suya! Y está aquí para ustedes.

Podríamos dejarlo allí, pero hay algunos que se volvieron entonces, diciendo, “Es falso. No es real. No puede ser”.  Y luego hubo otros que dijeron: “Quiero este camino”, y aquellos que habían viajado con ellos nunca más los vieron. Interesante; tal vez se habrían ido a casa a almorzar en la Costa Este (se ríe) como hoy ustedes lo harían en un avión. Cuéntenle eso a ellos, hoy podrían hacer algo como viajar de Nueva York a Los Ángeles para la cena.

Así es, queridos, es igual de asombroso para ellos hoy. Ustedes fabrican su dificultad en su ruta. ¿Oyeron eso? Esta es su realidad, porque es la realidad enseñada, es la realidad de sus padres, es la realidad de quienes les enseñaron qué es real y qué no es real, y en ese surco se encuentran. Drama, muerte, dificultad, problemas. Y lo triste es que hay algunos humanos que se despiertan esperándolo así, y esa realidad que esperan les será entregada a su tiempo, porque los humanos son poderosos en sus expectativas y en el cambio de la realidad.

“Kryon, ¿qué estás diciéndonos?” Les estoy diciendo que pueden elegir su realidad; pueden elegir no tener dramas en su vida, pueden elegir viajar más rápido sin molestias, para no tener que moverse a través de un bosque que les da pelea; el planeta está enamorado de ustedes. Y cambiarán los paradigmas de su vida; vivirán más tiempo, y este es el momento para que entiendan todo eso y más. Ahora es el momento. Esta Tierra ha llegado a una detención, para que ustedes puedan oír esto.

Y cuando arranque de nuevo, ¿van a crear otra realidad difícil? ¿O van a detenerse y pensar un momento “¿qué tal si él tiene razón?” Esa divinidad tuya es muy activa, alma antigua; puedes cambiar la realidad del pasado y cambiarte a un futuro que no esperabas, ahora mismo. El momento es ahora.

Esta es una parábola de la ruta faltante; para muchos es asombrosa, es verdadera para todos. Esta es la verdad. Algún día verán, incluso la ciencia les mostrará, que lo que piensan, eso crean; que su camino, según lo visualizan, sería el camino real. Se darán cuenta de que gastaron mucho de su vida esperando cosas malas, y que ellas fueron entregadas justo a su hora.

Yo soy Kryon, enamorado de la humanidad, les doy la verdad. Algunas cosas que no han sucedido aún, pero lo harán, algunas cosas que están experimentando ahora mismo. Levántense de sus asientos, de sus sofás, diferentes de cuando se sentaron. Reflexionen sobre estas cosas, porque todas son verdaderas.

Y así es.

Kryon

 

Berkeley Springs, W. Va. 2 de mayo de 2020

Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro

Fuente: Traducciones Para El Camino – www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar

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