Hola queridos amigos, creativos culturales y buscadores de todo el mundo,
¡Preocuparse es orar por lo que no se quiere!
Bhagavan Das
¿Es esta una perla de sabiduría de la “Nueva Era” o una realidad científica? La respuesta es sí.
Una oración representa un llamamiento al «Universo», a «Todo Lo Que Es» o a «Dios(es)» en busca de ayuda para manifestar un resultado o deseo deseado. La ciencia reconoce la validez de la oración en su capacidad para impactar significativamente la salud de un individuo. Por supuesto, eso nos deja con una pregunta muy importante: «¿Cómo la oración, un concepto metafísico, manifiesta una realidad física?» Simplemente, ¿cómo se convierte el pensamiento en realidad?
Mi investigación de 1967 sobre cultivos de células madre (es decir, células embrionarias) representa estudios pioneros en el nuevo campo de la epigenética, establecido por la ciencia en 1990. Los resultados de esta investigación revelaron que el destino del desarrollo de las células genéticamente idénticas está controlado por la química del ambiente de cultivo de tejidos, la química del medio de cultivo.
La importancia de esta investigación científica básica es que ofrece una visión profunda de las influencias que dan forma al destino de la civilización humana. Para comprender esa conexión, reconozca este hecho: el medio de cultivo es la versión de laboratorio de «sangre». Y… un cuerpo humano es una placa de cultivo cubierta de piel que contiene ~50 billones de células bañadas en sangre, el medio de cultivo original.
Como se observa en las placas de cultivo de plástico, el destino de las células en nuestro cuerpo está controlado por la química de la sangre. Esto plantea la pregunta: «¿Qué controla la química de nuestra sangre, que a su vez controla el destino genético de nuestras células?» La química de la sangre está controlada por el cerebro. Esto lleva a la siguiente pregunta importante: «¿Qué determina en última instancia la química liberada por el cerebro, ya que esa química controlará el carácter de nuestra vida?»
La respuesta es simple y profunda. El cerebro traduce las imágenes en nuestra mente en química complementaria. Por ejemplo, una imagen de amor en la mente hace que el cerebro secrete dopamina (placer), oxitocina (vínculo con un ser querido) y hormona del crecimiento (mejora la vitalidad y la salud) en la sangre. Por el contrario, una imagen de miedo en la mente hace que el cerebro libere cortisol y adrenalina (hormonas del estrés que controlan la respuesta de lucha o huida) y citocinas (hormonas que regulan la función del sistema inmunitario).
La conclusión significativa es que la conciencia de la mente controla nuestra genética y comportamiento. Sin embargo, hay dos mentes, la mente consciente creativa y la mente subconsciente programada. La mente consciente libera química en la sangre que activará genes y comportamientos que manifestarán nuestros deseos, anhelos y aspiraciones. En contraste, la mente subconsciente involucra hábitos, programas derivados de instintos, experiencias de vida y comportamientos adquiridos. Los comportamientos adquiridos son los comportamientos de nuestros «maestros», descargados en la mente simplemente observando y registrando los comportamientos de la madre, el padre, los hermanos y la comunidad. Los programas conductuales subconscientes fundamentales (hábitos) se descargan principalmente en la mente del niño antes de los siete años. Nota:
La «llave inglesa en la máquina» es el hecho de que el 95% del carácter de nuestra vida está controlado por los programas de la mente subconsciente, ya que ese es el porcentaje de tiempo que la mente consciente se dedica a pensar. Cuando la mente creativa consciente está “pensando”, sus intenciones no están enfocadas en controlar el comportamiento. Es entonces cuando la mente subconsciente, actuando como piloto automático, toma el control de nuestro comportamiento.
La función de la mente es crear coherencia entre nuestras “creencias” y nuestra realidad. En consecuencia, las imágenes derivadas de la preocupación generan imágenes mentales de miedo y fracasos, lo que a su vez induce la liberación de una química conductual que manifestará activamente los miedos imaginados.
La influencia del pensamiento que da forma al carácter de nuestras vidas puede parecer una noción de la «Nueva Era», sin embargo, hay pruebas científicas que respaldan la verdad de esta creencia. Por ejemplo, considere el papel del efecto placebo, en el que el pensamiento positivo puede curar cualquier enfermedad. En cambio, el pensamiento negativo induce un efecto nocebo, que puede generar cualquier enfermedad, incluida la muerte.
Al cambiar el enfoque de nuestros pensamientos, simplemente podemos cambiar la trayectoria de nuestras vidas. La ciencia que respalda esta conciencia, que representa la fuente del empoderamiento personal, se proporciona en artículos, videos y podcasts que se encuentran en mi sitio web: www.brucelipton.com
¡Te deseo pensamientos de «ciruelas de azúcar» bailando en tu cabeza!
Con amor y luz,
Bruce
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junio 2023
Fuente: Bruce Lipton’s Newsletter – Bruce H. Lipton, PhD
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