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Artículo La Bruja

Un recorrido de cinco meses.

Inicia el primero de septiembre.

La inscripción cierra el 25 de agosto.

Más información a pie de página.

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Esta propuesta tiene varios niveles de entrega.

Una, es la transmisión de una narrativa somático-energética vinculada al arquetipo de la bruja, que atraviesa nuestras biografías y herencias transgeneracionales. Este nivel simbólico conceptual es el marco del trabajo, y es lo que comparto aquí en la newsletter.

*

Ésta es mi manera de invitarte a profundizar en este camino, y es también una ofrenda. Es una ofrenda para quienes aún no sienten la urgencia de profundizar en la bruja y, a la vez, necesitan la validación de la narrativa que ofrezco para confirmar lo que se está revelando en su campo. Respeto que no sientas la llamada, que no sientas ir más lejos conmigo en este estudio. Es por eso por lo que me tomo el tiempo de nombrar los fundamentos energéticos del trabajo, para que te presentes a tu propia cura, en tus propios términos, bruja. Entiendo que, tal vez, mi manera no te resuene; respeto tu orgullo, acuno tu miedo, entiendo. Ahora, sí, te pido que mires ahí en lo profundo. Libérate.

*

Hay una parte de la bruja que comparto aquí, en la newsletter, y otra medicina que desplegaré en el recorrido de cinco meses que haremos a partir del primero de septiembre.

En las cinco entregas de este proyecto compartiré información de integración práctica y sencilla orientada a ofrecerte apoyo, guía y recursos para manejar el campo energético de la bruja: su poder, sus ciclos iniciáticos, su relación con el mundo invisible y la ferocidad silvestre que la mueve.

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Con lo más que me encuentro en torno a este arquetipo es el miedo y el prejuicio.

Miedo a ser una bruja mala. Miedo de ser acusada de bruja o de brujería. Miedo a la locura del shock perceptual, miedo a nombrar lo que ve, miedo a dañar o ser dañada, miedo a la humillación, la difamación pública y el exilio. La bruja, en su servicio inconsciente al colectivo, y al círculo, a menudo hace de chivo expiatorio, de vertedero de la sombra proyectada del campo colectivo. La bruja se siente extranjera y quiere pertenecer. La tensión entre su don para lo inter-vincular y su necesidad de repliegue regenerativo es un campo de lucha interna. Su repliegue es necesario para integrar la sabiduría de sus ciclos iniciáticos, lo que la desgasta y debilita. Su singularidad temporal no es validada, acogida; más bien, es temida.

Para atajar esta herida –transgeneracional– necesitamos: entender el sistema operativo psíquico-emocional de la bruja; guías para familiarizarnos con nuestro poder y sus distorsiones; atajar la confusión, la vergüenza, el orgullo y el narcisismo en torno a este arquetipo; necesitamos ir a la raíz de la herida invisible que contamina el campo de nuestra fe y confianza en el manejo y compartir de nuestra energía.

EN ESTE RECORRIDO HABRÁ

–              Guía y prácticas de cómo reconocer y navegar los ciclos iniciáticos y sus temporalidades inciertas.

–              Guías y prácticas de cómo cultivar una relación de confianza con el mundo invisible.

–              Guías y prácticas de cómo expresar(nos) con nuestros dones no validados por la narrativa consensuada dominante.

–              Guías y prácticas concretas de cómo reconocer, escuchar y manejar el poder telúrico no domesticado, silvestre y crudo de nuestra voz –con o sin nuestro consentimiento– en el orden o distorsión el campo.

–              Otro nivel que abordaremos en la bruja tiene que ver con las prácticas sincronizadas con los ciclos astrales y terrestres, puertas y portales únicos para la alquimia de la buena medicina, sea ésta la concreta, energética y/o la creativa.

*

Todo lo que comparto en la bruja está orientado al ejercicio de tu agencia vital, de tu soberanía creativa y energética. Comparto lo que he aprendido a lo largo de 30 años de experiencia, estudios, errores e iniciaciones no carteadas, para entregarte un camino destilado, un mapa, una guía práctica útil para el resto de tu vida. Es un regalo que he recibido y lo quiero compartir contigo. Es mi aportación.

Durante el recorrido de la bruja, trabajaremos con el portal de los ancestros (en noviembre) con el inframundo de Venus (en enero). Estos dos umbrales astronómicos en los que los velos se rasgan y la frecuencia electromagnética entre la Tierra y el Sol, y la Tierra y Venus, es alterada a favor de una transformación profunda y sutil de nuestros patrones de creencias arraigados en nuestra somática. Son portales que nos ofrecen la oportunidad de desprogramar los hechizos transgeneracionales, las narrativas maléficas de desmerecimiento y desvalorización que interfieren con la fuerza vital de nuestro eros, es decir la capacidad de creer y crear en confianza íntima con nosotras mismas y nuestra energía.

DESDE QUÉ LUGAR PRESENTO ESTE TRABAJO

En el 2011, en el contexto de un trabajo de cura –para otra persona–, en una ceremonia de Santo Daime, tuve una visión que cambió mi rumbo. Vi –y escuché– con claridad a una mujer que se presentó como Magdalena. Frente a mí abrió sus dos manos. Con una mano, hizo un círculo en el aire que reveló colores ordenados en forma de un mándala, y dijo: “Ésta es tu energía sexual ordenada en torno a la energía de ‘la prostituta’”; entonces, pasó a hacer un círculo en el aire con la otra mano, con otro mándala, con otras formas y colores, y me dijo: “y ésta es tu energía sexual restaurada en integridad. Vas a tejer un puente entre ambos mándalas y cuando lo hagas enseñarás a otras mujeres a recorrer este camino”. Concluyó y dijo: “Yo soy la que restaura el código de la integridad energética en el tejido profundo de los úteros de las mujeres”.

Para esas fechas, yo llevaba dos años con la consulta de arte terapia presencial abierta en Barcelona. Tenía la consulta llena y trabajaba mayoritariamente con mujeres. Pocos meses después de esta visión con Magdalena, las narrativas de abuso sexual, de violencia sexual, de no consentimiento, de disociación con relación al deseo, empezaron a brotar en los relatos que emergían en la consulta. Desde esas fechas hasta ahora, no he dejado de acompañar este proceso de curación.

Lo nombro y lo comparto aquí porque éste es el fundamento de mi trabajo, servicio, experiencia en los pasados 14 años (un ciclo de Saturno), y ya está maduro para salir y ser compartido fuera del espacio íntimo de la terapia individual.

Acompañar en este lugar es el territorio de la bruja. La bruja que no sabe manejar el campo del consentimiento erótico, afectivo y sexual, que no ha enfrentado el terror ante la bestia que ha atormentado su linaje y vive latente en su soma, no puede confiar en su poder, y tampoco lo puede cuidar, ni cuidar su impacto en su entorno. Éste es el fundamento. Y esto es lo que –de fondo– tanto en el portal de los ancestros, en noviembre, como en el inframundo de Venus, en enero, vamos a colocar en el altar de la redención, de la soberanía y la valorización. Es un trabajo de restauración profunda de la inocencia y el orden, un perdón que trasciende los espejos, y anima la narrativa de la buena nueva.

Y te preguntarás, ¿con qué intención, para qué? ¿Para qué meternos ahí? Eso no se toca. De eso no se habla. No queremos remover las inmundicias, las vergüenzas, lo inaceptable, inadmisible, lo secreto, oculto. Abrir este trabajo implica desobedecer al mandato de un silencio transgeneracional rancio. Un silencio sostenido por mujeres.

Pero es que estamos en el ciclo de Venus*Aries. Es el tiempo. Ahora, más que nunca, de romper el maleficio. Y te preguntarás, (como yo lo hice): “En serio, Paloma, justo ahora que estás habitando el vacío de tu madre, en pleno duelo, ¿este es el lugar?”. Y lo único que puedo decir es que, precisamente, desde este lugar es que corresponde hacerlo.

Este proyecto está en el caldero hace por lo menos 10 años. En su momento, estaba demasiado implicada en dinámicas de poder energéticos tribales vinculadas a los temas que presento en la bruja. Desde el punto de vista de percepción, incluso desde mi disociación y mi orfandad de pertenencia, lo tenía claro. Lo que no tenía es la conciencia somática de que, para sostener públicamente este trabajo, tenía que estar mucho más enraizada de lo que estaba. Este camino de enraizamiento implicó muchas batallas por mi soberanía energética, mi fe y confianza en mí misma, mi no claudicar en momentos realmente límites.

Cuando anuncié la bruja en primavera, mi madre todavía no daba indicios de estar pre-terminal; poco después, sí, y tuve claro que, si para agosto mi madre no había fallecido, no abriría este proyecto. No me quería arriesgar a que en medio del recorrido de la bruja mi madre falleciera. Eso no era sostenible.

Las cosas se colocaron de esta manera. Las siento en orden y coherencia. Porque no podemos acercarnos al camino de la bruja, a la soberanía e integridad energética de nuestros úteros, sin abordar el hilo de oro intrauterino que queremos –y nos corresponde– rescatar para este tiempo. En otras palabras: la madre es el corazón de la bruja.

¿POR QUÉ AHORA?

Porque el campo lo pide y nos necesita con la casa venteada, solarizada. Sin vergüenzas añejas. Sin el campo contaminado por nuestras proyecciones. Se trata de restaurar el tejido de la confianza colaborativa teñido de narrativas viciadas producto del trauma, la disociación y la distorsión.

Si no sigues las noticias, te invito a que te informes de lo que está en juego, porque lo que se juega es la soberanía sexual de las mujeres. Nuestro trabajo interno con nuestra voz, por más íntimo y sutil que sea, rompe el hechizo de la mafia que gobierna al mundo, y lo ha convertido en su casino y su burdel. Hacia afuera tenemos pocas opciones, dirás. Pero contigo las tienes todas, te digo. Tú comandas sobre tu cambio interno. Es decir tú, como bruja, eres responsable de la alquimia de tu liberación del hechizo. De las narrativas conjuradoras que te han hechizado sin tu consentimiento. De los maleficios trans-generacionales que te forzaron a prostituirte, sin saber que lo hacías. Lo que traigo es la buena nueva de tu consentimiento lúcido. La vía silvestre y soberana en ti.

No me dejo esclavizar por narrativas viciosas que infectan el campo de la realidad a través de la propaganda, las redes, las noticias, pero tampoco doy la espalda a la realidad. Eso que niego e ignoro afuera, me habita en secreto, me ocupa en silencio. Tu cuerpo lo registra. Lo somatizas. Pero no lo miras. Reniegas de esa oscuridad. El miedo tiene raíces profundas. Las abuelas en el linaje retienen la energía. “Eso no se toca”, dicen. “¿Cómo no se va a tocar?”, digo. Se trata de abrir las puertas y las ventanas. Se trata de que entre la luz.

*

EL OJO

Paso por el ojo de la aguja de la bruja

Yo soy la trama.

Es la vida la que me reconoce,

la que me teje.

Todas las lunas negras muero,

desaparezco,

me disuelvo,

permito que el caos lo devore todo

y lo reordeno hecho vacío.

Porque me presento

ante cada portal

para decir sí.

Doy el próximo paso.

Un sí al sí,

al sí para seguir caminando contigo, vida,

un sí para seguir honrándote en mí

a través de mi vitalidad

y todo lo que implica

colocarme en el centro de mi gozo.

Digo sí a mi deseo,

es decir,

digo sí a la autoridad del deseo de la vida en mí.

*

La bruja, tiene un ojo de cada lado del velo, ve lo que todos ven, y también ve y lee la trama que se teje detrás de lo aparente y consensuado.

Tú eres el equilibrio. El epicentro y puente traductor de esta negociación perceptual.

Quienes hemos ido y venido en la trama de las ceremonias, los círculos de medicina, entre países, cruzando mares en aviones para ir hacia la cura y volver a la ciudad, hemos aprendido a cultivar esta conciencia y percepción híbrida de manera aguda. Como puentes perceptuales somos responsables de la traducción que hacemos de una dimensión a la otra. Nuestros sistemas nerviosos sostienen la conciencia somática de nuestro eslabón en el tejido colectivo.

Viví más de una década en esta frontera, y reconozco y nombro el costo que ha tenido para mi salud –física y mental. El agotamiento generado, al poner el cuerpo en ceremonias de altísimo poder –sin un tejido vincular afectivo cuidado, de soporte– tuvo un costo. Lamentablemente, por más hermosos que sean estos caminos, y lindas las personas con las que compartimos y nos cruzamos, son caminos extractivos. La mayoría de las veces no tenemos idea de la transacción en la que hemos incurrido hasta que nuestra alma y nuestro cuerpo nos pasa factura. Éste es uno de los temas profundos que abordaremos en el recorrido de la bruja.

La bruja necesita integridad, orden. No puede trabajar ni entregar su energía a sistemas desordenados. Eso la vulnera. Sostener la coherencia de esta postura implica aceptar y reconocer lo que vemos y sentimos y, a la vez, darnos cuenta de que no hay acogida para que lo nombremos. Nuestra palabra no tiene lugar. Nuestra palabra tiene un costo. Es decir, que la verdad de nuestra experiencia energética y somática, resultante del manejo de la energía ceremonial, revela un desorden. Vemos y callamos.

Esto no es una crítica de mi parte. Es una descripción de lo que he visto y vivido, en cuerpo encarnado, desde mi entrega y compromiso a estos círculos espirituales. No es una mirada voyeur. Lo he digerido. Por eso puedo afirmar que el tema es primero el ojo. La mirada. Y después, la voz y la palabra.

*

¿Cómo exportamos los valores de un ecosistema al otro? ¿Cómo negociamos la exigencia de determinado valor fuera de su ecosistema original?

Por ejemplo, yo puedo hablar de la generosidad implícita en un ecosistema territorial geográfico, donde a través de los años yo he construido una confianza comunitaria y afectiva; cuando yo pongo mi amor en acción, yo pongo mi dinero, yo comprometo mi futuro integrado a esta comunidad, me empeño. Porque, en verdad, yo sé que la comunidad me va a sostener. Eso lo viví en Puerto Rico. En comunidades creativas, políticas y culturales, entrelazadas con la amistad, el afecto, la colaboración y la solidaridad. Mi sistema nervioso se formó en esta red de apoyo. Cuando migro a Europa no registro la orfandad, el vacío de red. Como mujer moderna, no era un problema. Pero mi cuerpo tejía otra historia, y me puso en jaque. Fue un grito somático. Una iniciación. El espejo de Alicia. Un portal iniciático. Ante la crisis de salud que atravesé en ese momento, mi conciencia de la orfandad se amplificó y busqué raíces para mi curación en narrativas más amplias de las que me habían sostenido hasta entonces. Aunque ya tenía experiencia previa con plantas sagradas, no fue hasta este momento que entré en un camino de cura, es decir, de reconocimiento y validación de mi bruja. Ella es la cura.

Entonces, volviendo al movimiento del neo*chamanismo, semi urbano, estos ecosistemas tribales migrantes o efímeros, en donde nos entretejemos relacionalmente a través de una ideología (sí, ideología) que nace de aparentes valores compartidos, pero en realidad no nos conocemos. No hemos caminado juntos, y no hemos sembrado juntas, y no hemos hecho un año, dos años, tres años, cuatro años, cinco años, seis, siete años con un mismo propósito, un mismo foco. Estamos en el aire. Y ahí, esa generosidad, esa apertura de corazón, esa llamada a la solidaridad, al amor en acción, a estar en servicio, a apoyar, a poner tus recursos al servicio del proyecto comunitario, etc., se convierte en un territorio ambiguo, confuso y propicio al desorden, al desequilibrio de fuerzas y al abuso de poder, etc.

De este desorden, también nacen las grietas que vulneran los espacios ceremoniales. Hay unas grietas en el tejido que sostiene estos contenedores comunitarios y sus respectivos espacios ceremoniales, que permiten que energías depredadoras contaminen el campo. Es confuso y peligroso. Hace un tiempo publiqué este texto en las redes al respecto.

Aquí te lo comparto:

LAS PRÁCTICAS y ceremonias que se nutren de nuestra disociación operan como dispositivos de extracción energética. Muchas invitaciones llamadas a honrar a la Tierra son sostenidas por cuerpos disociados. Quién está detrás del altar es tan o más importante como el altar mismo. Quién está detrás del fuego, tambor, agua, quién sirve el rezo, tiene la responsabilidad del manejo del campo energético al cual convoca y custodia. El chamanismo new age habla mucho de la raíz sin habitar la somática profunda. Un sacerdocio disociado del cuerpo es peligroso. Vale la pena interrogar el impacto que tiene el subidón energético que sentimos cuando ponemos nuestro cuerpo al servicio de una corriente colectiva que, por más hermosa que sea, puede encubrir la misma sombra de la cual queremos escapar. Entregarnos a tradiciones que pertenecen a una cultura diferente a la de nuestro linaje, sin honrar la casa propia, es peligroso. Nuestra mente lo vive de una manera y nuestro cuerpo de otra. Hasta que no desciendes, no te enteras. Me desafilié de estos espacios porque la falta de coherencia –por no decir, en algunos casos, el abuso– me debilitó. Lo nombro aquí con compasión y respeto, dando la alerta para que escuches tu intuición y apliques tu discernimiento. Tu sabiduría interna está para guiarte. Si ves o sientes algo que no te resuena, y dudas de ello en nombre de la comunidad, date crédito y escúchate. Los velos se caen. En este espacio me gustaría que sumáramos a la coherencia, madurez e integridad necesaria para sostenernos en soberanía energética y creativa en un mundo que colapsa. La confusión y desasosiego puede ir en aumento, lo cual es terreno fértil para alimentar a quienes, conscientes o no, especulan con nuestra herida de pertenencia. –2 de septiembre 2024

Las almas más sensibles, las personas con trauma agudo, que han sufrido abusos (lo tengan carteado o no) son blanco fácil de estas energías depredadoras. Lamentablemente, son situaciones que afectan la salud y, en casos más graves, son más fuerte, y se llevan vidas. También lo atestiguo.

Una (de muchas) de las confusiones que se da en estos espacios es que a menudo se mueven a partir de profecías apocalípticas de fin de mundo. Estos valores se entretejen, por un lado, con el new age y, por otro, con narrativas proféticas diversas de que el tiempo se acaba.

Lo que a lo largo de los años he observado es que la narrativa del fin del tiempo es un dispositivo fértil para narrativas de urgencia que precipitan nuestra percepción y nos llevan a una lectura del campo que no nos permite ver lo que realmente acontece en la trama oculta del campo. Esta urgencia es tóxica para la bruja. Su tiempo de percepción es agudo y es vital que lo respete. Se llama escucha oracular.

La intención de la bruja es operar desde el orden. Es decir, a partir del campo vincular inter-dimensional de la Tierra y el cosmos. Más que ser la guardiana del orden, ella es el orden. Por lo tanto, es muy susceptible. Cuando el orden es alterado, pasa por ella. Ella se altera. Lo registra. Esto afecta a su cuerpo y su percepción. Éste es un lugar bien complejo de definir ya que este registro se confunde con una respuesta somática no carteada, y entonces la mirada interna nublada se proyecta como desconfianza y paranoia hacia afuera. Éste es uno de los temas que intento abordar con este recorrido por la multidimensionalidad de la bruja.

EL ATAQUE AL INSTINTO

Estos ecosistemas confusos son letales para el desarrollo evolutivo de nuestro instinto. Generan ruido, confusión con relación a la forma en la que nuestro instinto nos avisa de que hay algo fuera de orden. No tenemos el manual de instrucciones de nuestro poder. El instinto es vital, animal. Ataja la polaridad. Disuelve la confusión. Lo que queremos es tener agencia, capacidad de respuesta, capacidad de acción. Yo creo en mi propia experiencia. Yo anclo mi discernimiento en mi propia experiencia enraizada con conciencia en mi propio cuerpo.

Es duro darse cuenta de que en el pasado hemos oído ese instinto, y por el delirio de la pertenencia, la aceptación y los valores compartidos con las llamadas hermandades –y sus variedades– no lo escuchamos a tiempo. Ahora, resulta que ya no es sostenible, ni en nuestro cuerpo, ni en el cuerpo colectivo.

Necesitamos renovar el campo vincular colectivo, la red de confianza hacia la capacidad colaborativa, regenerativa. La bruja como campo de conciencia compartida es un territorio necesario de cuidar y cocrear. Plutón en Acuario nos lo pide. Los patrones jerárquicos, de dominio*sumisión, luchas por el poder, etc. generan una alta tensión en el campo, ya vulnerado por la violencia que atraviesa este ciclo humanitario que vivimos. Ya no hay energía para sostener la somática de esta contradicción. Contradicción entre lo que sentimos y lo que nos dicen que debemos sentir.

Tenemos que poder sostener nuestra propia integridad y ahí, cuando la comunidad no puede sostener esa mirada, ese criterio, esa separación, aceptar la hoguera de la redención y asumir nuestra verdad. Al renunciar a ser chivo expiatorio, o a ser sacrificada en el altar de la herejía, la vía silvestre se abre: yo soy dueña de mi camino, mi biografía me sostiene, regenero mi tejido, me consagro al orden original. Rompo el maleficio de la distorsión.

Entonces, la separación es absolutamente necesaria para que se regenere el tejido comunitario y efectivo. Entonces, a las grandes madres de control, les ofrendamos esta plegaria, para que nos ayuden a aflojar el tejido, a ablandar la dureza con la que la madre se ha construido para sobrevivir estas dinámicas que condicionan las maneras en las que nos tejemos comunitariamente.

Venimos de colonias internas duras y disociadas. Hago una invocación a hacer lo que esté en nuestro alcance para dar un paso atrás, soltar la trama de la violencia y tejer dignidad y fortaleza para estos tiempos heridos. Estamos, tal vez, en el momento más álgido de la colonización, del abuso, de la violencia contra la humanidad. Por eso ahora, más que nunca, quienes tenemos recursos, tiempo, la posibilidad creativa, el poder, la somática, el privilegio de sostener la memoria del gozo y la memoria análoga vincular del campo, es imperativo que lo hagamos.

*

Yo soy la bruja

y me ofrendo al corazón de tu condena.

Acepto estar en el centro del fuego,

sostengo la llama azul.

Es mi ofrenda.

Yo soy la bruja

y vengo a dar mi palabra,

vengo a entregar mi corazón,

vengo a abrir las puertas del misterio,

del profundo amor

que sostengo para la comunidad.

Yo soy la bruja.

Yo soy la pureza.

Yo soy la inocencia.

Yo soy el orden.

El poder de la bruja

–cuando habla desde el corazón

y se ofrenda desnuda

con sus cicatrices,

su mapa de rupturas y reparaciones,

con todas las marcas que los espejos fragmentados

en los que la mirada ajena la condena

y ha dejado como huella–

es un testimonio visible

en la piel etérica.

Para aquellos que tengan ojos para ver,

verán la ruta migratoria

de las miradas clavadas en mi piel,

de la incomprensión

definiendo mi extranjería.

Lo recibo.

Lo recibo porque yo soy la bruja.

Soy la bruja y vengo a dar la palabra

y el testimonio de lo que vi,

y me ofrendo en el corazón de esta hoguera.

Que el fuego de tu condena nos purifique mutuamente,

nos libere de la guerra heredada.

Yo soy la bruja

para ti,

para ti

y para ti.

Yo soy la que ve.

Yo soy la que siempre vio.

Yo soy la que no sabe

cómo esta mirada autónoma

tiene vida propia

y se instala en el ojo que ve.

He desobedecido a esta mirada,

le he temido,

he desconfiado de ella

y he pagado el precio.

He preferido asumir los lentes

y las miradas ajenas

con tal de que la bruja no fuera yo,

con tal de que la bruja fuera otro, otra, otra.

Ésta es la sanación de la bruja.

La bruja trae cura,

pero la bruja necesita curarse.

Sí.

Necesita

recordar su origen,

de dónde viene la distorsión que la hiere,

esos rumbos nefastos que han secuestrado su sombra,

su poder,

aquello que la puso a trabajar

para los altares que la depredan.

 

No sabemos lo que nombramos cuando nombramos la bruja. Es probable que en la bruja te encuentres con muchas cosas que no te van a gustar, que te va a remover. Sin embargo, lo que comparto en la bruja lo entrego ordenado, blanqueado. Comparto las fórmulas destiladas. La bruja es un antídoto condensado.

A través de metodologías que nacen de mi experiencia cruda, comparto ejercicios prácticos de cómo manejar nuestra energía con el mayor intento de claridad, en cómo organizarnos, en cómo presentarnos a los ciclos iniciáticos, en cómo relacionarnos con el mundo invisible.

Además, propongo dos umbrales a través de los cuales transfigurar el campo transgeneracional y reconfigurar una escritura erótico*afectiva soberana para estos tiempos. Eso es lo que va a pasar.

LA BRUJA

MITO*POÉTICA DEL DESCENSO

Un recorrido de cinco meses en colaboración con Nuria Fernández.

*del primero de septiembre 2025 al 18 de enero 2026*

* * *

Esta propuesta nace como un llamado a mirar con coraje, sensibilidad y profundidad la sombra femenina tal como se ha encarnado en nuestras historias, vínculos, culturas y cuerpos. No desde el juicio ni el castigo, sino como acto de restitución y maduración colectiva.

La intención es ofrecer un modelo reparador de los daños -–grandes o pequeños– que hemos causado o recibido desde nuestra ignorancia. Uso esta palabra con benevolencia, no con reproche. Ignorancia no como un déficit moral, sino como una consecuencia natural de nuestra orfandad de iniciaciones en torno a la conciencia y al uso del poder personal, espiritual y creativo.

No hemos sido acompañadas. No se nos ha mostrado cómo custodiar nuestro fuego y nuestra agua. Nuestro aire y nuestra tierra. Nuestro éter.

Se nos negó el mapa, es decir, se nos negó el acceso a la sabiduría de nuestro propio cuerpo. Ésta es, en parte, la herencia de lo femenino en este tiempo.

Y también su punto de partida para la transformación.

ETAPAS DEL RECORRIDO

Septiembre. Primera entrega.

Apertura y preparación iniciática. VIRGO.

Iniciamos el recorrido de la bruja en la temporada de Virgo, signo vinculado a la purificación, el discernimiento y al orden natural. En esta primera entrega, estableceremos una relación segura con el mundo invisible, reconoceremos nuestras formas disociadas de poder, y comenzaremos a articular un mapa de auto*iniciación desde el cuerpo, la memoria y el símbolo.

Octubre. Segunda entrega.

El umbral vincular. LIBRA.

Trabajaremos con las heridas de la sororidad, las proyecciones en los vínculos femeninos y la teatralización espiritual. Esta etapa ofrece herramientas para reconocer y reparar las tramas heridas vinculadas al poder disfrazado de luz, discernir su impacto en relaciones simbióticas o jerárquicas, y abrir el campo para una ética relacional regenerativa, basada en la afinidad afectiva y creativa, la madurez y la verdad mutuamente encarnada.

Noviembre. Tercera entrega.

Portal de los Ancestros. ESCORPIO.

Esta entrega coincide con Samhain, que marca el inicio del año espiritual en muchas culturas de raíz celta. Nos enfocaremos en el trabajo con las memorias uterinas, los contratos transgeneracionales, el duelo no elaborado y las historias no contadas del linaje femenino. Esta etapa propone una restauración de la memoria matrilineal desde la ternura, el coraje y la sinceridad. Incluye prácticas somáticas, rituales de restitución y ejercicios de restauración de la integridad energética del campo familiar.

Diciembre. Cuarta entrega.

El fuego de la visión. SAGITARIO.

Momento de revisar las distorsiones espirituales que hemos heredado o reproducido, el idealismo ciego, la peregrinación sin compromiso, la ilusión de pertenecer a un linaje sin haber hecho el trabajo relacional profundo con sus raíces. Este tramo del recorrido servirá como crisol para transitar del mito romántico al compromiso auténtico con la vida, el cuerpo, la comunidad y el misterio.

Enero. Quinta entrega.

Redención y madurez afectiva. CAPRICORNIO.

Este umbral coincide con la conjunción exterior de Venus con el Sol, evento astronómico vinculado al Inframundo simbólico, en el signo de Capricornio, junto a Marte. Trabajaremos aquí con la sombra femenina profunda, los enredos de poder afectivo, la teatralización del trauma, el deseo de venganza, la inmadurez vincular y la herida de Ereshkigal. Este tránsito será abordado como una oportunidad para madurar nuestro deseo, restaurar el vínculo con el masculino -interno y externo- y sembrar una nueva forma de amor ético, devocional y real, como fundamento de nuestro servicio y custodio de la integridad del uso que hacemos de nuestro poder.

*

El valor del recorrido de la bruja es de 188 euros.

La fecha límite para unirte a la bruja es el lunes 25 de agosto. La primera entrega de la bruja será el primero de septiembre.

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