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Artículo Creando nuestro futuro ahora mismo

Este artículo no trata sobre planificar el futuro, ni el futuro que deseamos personalmente, ni el futuro del mundo. ¿Por qué? Porque llevamos miles de años intentando prepararnos para el futuro y, en muchos sentidos, no ha funcionado en absoluto. Creemos saber qué tipo de futuro debemos esperar. Creemos que podemos controlar nuestro mundo lo suficiente como para crear un futuro a nuestro gusto. El verdadero problema es que estos esfuerzos y luchas provienen casi exclusivamente de nuestras falsas personalidades, que operan desde el miedo; de nuestro ego, que tiene una falsa sensación de importancia y se engaña creyendo que está al mando. Sí, se nos ocurren buenas ideas, pero luego el mundo cambia y esa buena idea no funciona. ¿Por qué? Porque nuestras falsas personalidades desconocen la verdadera estructura de nuestras vidas, conocida solo por nuestra esencia. Esta estructura, incluye acuerdos previos a esta vida, karma o asuntos pendientes que, a nivel esencial, hemos decidido completar en esta vida, lecciones que debemos aprender en esta vida, y el trabajo que nos ha sido asignado en la vida. Todo ello, elegido a nivel esencial.

Hay quienes argumentan que planificar es importante y necesario al emprender un negocio, irse de vacaciones o formar una familia, por ejemplo, y hasta cierto punto es cierto. Planificar es fundamental para elegir un destino vacacional, comprar billetes de avión con antelación, cuando están más baratos, y preparar la ropa adecuada para la temporada y el lugar. Nadie quiere acabar en Alaska en primavera sin una buena chaqueta. La planificación a corto plazo puede ser útil, pero son los planes a largo plazo los que nos meten en más problemas. La joven dice: «Iré a la universidad, estudiaré Derecho, presentaré el examen de abogacía, luego conoceré a mi futuro esposo o esposa, nos casaremos y tendremos dos hijos sanos, bla, bla, bla». ¡Buena suerte con eso! ¿Qué sabe tu falsa personalidad? Prácticamente nada.

Para evitar protestas excesivas, debo aclarar algo antes de continuar. Me centro específicamente en la planificación personal, no en la planificación que realizan gobiernos y organizaciones para gestionar grandes operaciones como alimentar a los hambrientos, abordar el cambio climático, prepararse para desastres naturales inevitables, etc. Eso es un asunto completamente distinto. Pero cuando planeas tu huida personal, a tu búnker, en caso de guerra nuclear, en realidad te estás engañando. Ten en cuenta que esta decisión se basa en el miedo. En primer lugar, al planificar para una guerra nuclear, estás votando indirectamente a favor de ella. En segundo lugar, no hay ninguna garantía de que puedas acceder a tu búnker a tiempo. Adiós a esas vacaciones en Tahití o a ese viaje de negocios a Londres. Es como si te pasaras el resto de tu vida esperando frente a la puerta de tu búnker.

Volviendo a nuestro ejemplo de la joven ficticia que planea su vida, analicemos la arquitectura ficticia que solo su esencia conoce. La facultad de derecho y la abogacía no tienen nada que ver con su propósito de vida, que consiste en ser una innovadora en el campo de la comunicación cerebral mediante el movimiento de prótesis. En esta vida, está tan fascinada con este campo y trabaja tan arduamente que no se casa ni tiene hijos. En cambio, entabla una serie de relaciones que la ayudan a saldar cuentas, cumplir acuerdos y facilitar el camino a ciertas personas. Además, aprende valiosas, pero desafiantes lecciones sobre cómo establecer límites sanos. ¿Decepcionante? Quizás lo piense debido a sus expectativas iniciales, pero resulta ser una vida muy productiva en muchos sentidos.

En cierto modo, muchos de nosotros somos ingenuos a la hora de saber qué es lo mejor para nosotros. Las expectativas que la cultura y nosotros mismos nos imponemos constantemente nos obstaculizan. La única manera de contrarrestar esto es aquietar la mente y aprender a escuchar las señales que nuestra esencia nos comunica sobre nuestro camino natural, si tan solo prestáramos atención. Así que sí, tomarse un respiro del incesante parloteo de pensamientos es una buena idea, francamente necesaria para que la luz que emana de lo más profundo de nuestro ser brille con fuerza.

¿Qué nos ayuda a lograrlo? Bueno, existe todo un abanico de procesos para ello, así que solo mencionaré algunos aquí porque, en cierto modo, eso es todo lo que se necesita. ¿De qué sirven mil herramientas cuando lo único que necesitas es una llave inglesa, un destornillador, un martillo, una palanca y un taladro, por así decirlo? Tus herramientas, en este caso, son la calma, la observación, la escucha, y luego actuar con gracia y facilidad.

Lo primero es poner nuestra casa en orden. Eliminar los patrones negativos (programación), borrar los miedos, liberarnos de las creencias limitantes, deshacernos de los malos hábitos y las fugas de energía para ser plenamente eficientes. ¡Vaya! Es bastante trabajo. Mejor empezar. Esto no sucede mañana ni ayer. Todo sucede en el presente, simplemente observando lo que hay y lo que nos hace sentirnos miserables, sin juzgarlo. Lo observamos y estudiamos, sin luchar contra ello, resistirnos ni intentar necesariamente arreglarnos. Sí, puede que tengamos que tomar medidas como ir a terapia, asistir a reuniones de Alcohólicos Anónimos o lo que sea, pero no con el propósito de reparar nuestra supuesta fragilidad. Nuestro verdadero ser nunca está roto.

Es importante saber que el miedo y la creencia en la separación, que generan nuestros temores, son los mayores obstáculos que los seres humanos han enfrentado y enfrentarán. El miedo solo engendra más de lo mismo. Cuando te dicen que tengas miedo, puedes saber que te están mintiendo. Esto es muy diferente a usar el discernimiento. No te agarras al pasamanos en escaleras empinadas porque tienes miedo, sino porque es lo inteligente.

De esta manera, descubrimos nuestro poder personal, siempre presente en nuestro interior, aunque velado por capas de suciedad y quizás basura. Desde el empoderamiento y la auto autoridad, podemos formular las preguntas correctas: «¿Cuál es mi medicina? ¿Qué me hace feliz? ¿Qué me gusta hacer bien, y que además gusta a los demás?». Responder a estas preguntas, nos ayuda naturalmente a transitar el camino con el corazón. Simplemente fluye de nosotros porque se basa en la verdad.

El siguiente paso es encontrar apoyo. ¿Quiénes forman nuestro equipo de apoyo? ¿Cómo identificamos qué significa ese apoyo? Quizás suspender el examen de abogacía te ayude a encontrar tu verdadera vocación. ¿Cómo activamos el apoyo? Simplemente aceptándolo.

El siguiente paso, es aprender a trabajar con el Campo Cuántico, lo que los pueblos indígenas llaman el Mundo Espiritual. Esto consiste simplemente en comprender la mecánica del funcionamiento del universo físico. Es útil formular las preguntas adecuadas, aunque no necesariamente sea útil tener toda la información de antemano: «¿Cómo es posible que descubra mi propósito en la vida y que esto me haga tan exitoso y feliz? ¿Por qué mis relaciones me resultan tan profundamente satisfactorias y plenas? ¿Y si descubriera el secreto para sentirme realizado más allá de mis sueños más ambiciosos? ¿Y si descubriera que soy generoso, amoroso y receptivo al amor que me llega de todas partes? ¿Cómo es posible que goce de tan buena salud y que mejore con cada año que pasa?»

Como ves, el Campo Cuántico funciona respondiendo preguntas; sin ellas, permanece inactivo como una biblioteca, esperando a que se soliciten libros. El Campo Cuántico se activa con las preguntas y proporciona la información justa necesaria para que puedas seguir adelante hasta que necesites más. Por lo tanto, no es buena idea hacerse preguntas como «¿Me voy a arruinar? ¿Me va a dejar mi pareja? ¿Me van a despedir?». No es necesario formularlas en voz alta. El simple hecho de considerarlas en tus pensamientos, con regularidad activa el Campo Cuántico. Silenciar tus pensamientos es una excelente idea.

Por último, plantearse preguntas sobre el mundo que uno desearía ver es una buena idea. ¿Qué pasaría si la tiranía se derrumbara, dando paso a un mundo cooperativo y solidario donde todos celebraran sus diferencias? Si el Espíritu no deseara diferencias, seríamos todos clones, una gran fábrica. Bastante aburrido, ¿no crees?

 

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14 de noviembre de 2025

Fuente: The Power Path

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