
OBEDECE A TU CUERPO, ¡ÁMATE!
Extraído del libro anterior por Lisa Bourbeau.
Bloqueo físico: El tartamudeo es un trastorno del lenguaje que aparece generalmente en la infancia y permanece hasta la edad adulta.
Bloqueo emocional: La persona que tartamudea fue, en su juventud, del tipo a quien le daba mucho miedo pedir y sobre todo expresar sus deseos. Todavía teme a quien representa autoridad, sobre todo cuando necesita expresar lo que quiere.
Bloqueo mental: Ha llegado el momento de darte cuenta de que tienes derecho a desear, aun cuando tu cabeza te diga que no es razonable o que debería asustarte que alguien crea que tus deseos no son legítimos. No tienes por qué justificar nada. Te puedes permitir desear lo que quieras, porque, de todos modos, vas a asumir las consecuencias de lo que elijas. Esa responsabilidad la tenemos todos y cada uno de nosotros. Por otro lado, crees que los demás son autoritarios, pero hay una parte de ti que también es autoritaria y quiere expresarse. Cuando compruebes que esta parte no es mala y que incluso puede ayudarte a que te afirmes, te reconciliarás con aquellos a quienes consideras autoritarios.
Bloqueo espiritual: Para conocer el bloqueo espiritual que te impide responder a una necesidad importante de tu SER, utiliza las preguntas sugeridas.
El Gran Diccionario de las Enfermedades
Extraído del libro anterior por Jacques Martel.
El tartamudeo es la manifestación de un trastorno de elocución, una dificultad parcial o grave en el hablar, decir o expresarme claramente (esto va desde algunas palabras por casualidad hasta un trastorno regular). Se vincula a la garganta, al centro de la comunicación y de la expresión de sí. Puede que mi tartamudeo provenga de un bloqueo afectivo o sexual derivando de mi infancia. Esto no necesariamente quiere decir que viví contactos pero pude registrar un miedo, conscientemente o no, con relación a mi sexualidad en relación con una persona o un acontecimiento. Es un forma de inseguridad profunda procedente de la infancia vinculada con uno de los padres (padre o madre). Es una especie de inhibición, una incapacidad de dominar adecuadamente mis pensamientos y mis emociones intensas y el intento fracasado de controlar la expresión de mi lenguaje que ya no es espontáneo (este tipo de desorden puede llegar temprano en la infancia cuando el niño estuvo ridiculizado en su derecho a llorar; “ No llores!”). Transformo entonces esta emoción en tartamudeo.
Tengo miedo de ser “claro”, dudo, no consigo decir claramente lo que siento; inhibo y desformo mis palabras por miedo al rechazo o por ansiedad. ¿Si digo claramente lo que vivo, cómo se lo tomarán mis padres? ¿Soy bastante correcto para ellos? ¿Contesto a sus esperanzas? ¿Me permiten ser lo que soy? ¿Sobrepasan mis pensamientos mis palabras? Hay muchas probabilidades de que uno o ambos padres míos sean muy autoritarios y dominantes. Me siento juzgado, controlado, criticado e incluso ridiculizado suficientemente como para acabar creyendo que mis palabras no valen nada. Siendo niño, puede que me hayan impedido expresarme. Entonces manifiesto todo tipo de desórdenes de comportamiento, yendo desde la timidez hasta el repliegue sobre mí.
El primer paso es aceptar abrirme al nivel del corazón a mis pensamientos, mis palabras, mis acciones y que respete la “velocidad de ser” que es la mía.
Me respeto tal como soy, sin enjuiciamiento ni crítica. Acepto expresar mis ideas, mis alegrías, mis penas y mis miedos. Entonces puedo empezar a hacerme confianza, a sentir mis emociones, mis sentimientos y a abrirme a la gente que amo.
Así, encuentro una calma interior que me permite expresarme con mucho más seguridad. Evitaré así las farfullas, el atrabancado de las palabras a causa de una mente demasiado activa, o el retener ciertas palabras cuya repercusión me asusta.
«La Enfermedad Como Símbolo»
Extraído del libro anterior por Ruediger Dahlke.
Tartamudeo
Plano corporal: Boca (recogida, expresión, emancipación), cuello (materialización, unión, comunicación), lengua (expresión, lenguaje, arma).
Plano de los síntomas: intento fallido de controlar mediante el lenguaje lo que debe ascender desde el subconsciente a la consciencia; inhibir el flujo para poder controlarlo mejor; desplazar la línea del cinturón hasta la garganta o de la sexualidad a la cabeza; bloqueo en el centro del lenguaje intelectual ya que, por lo general, son posibles el lenguaje del hemisferio femenino (por ejem: en trance) y el canto; intento inconsciente de encontrar atención, de estar en el punto central, ejercer poder; nadie puede atreverse a interrumpirle (uso del corte frente al más débil); en los niños: miedo a dejar salir algo que se aglomera, estar sometido a presión; inseguridad: querer decir mucho y a gran velocidad.
Realización: Ocuparse de los contenidos inconscientes y reconciliarse con ellos para hacer desaparecer el miedo; desarrollar más valor con los pensamientos que emergen: aprender a ser consecuente con los pensamientos propios y a confiar en las imágenes procedentes del hemisferio derecho; confesar los deseos de poder y control sobre los demás y buscar caminos resueltos para hacerlo realidad; aprender otras vías del control del pensamiento y el lenguaje, por ejem.: retener más a menudo, repetir interiormente los pensamientos antes de manifestarlos y meditar en lugar de practicar la oratoria; querer ser entendido; querer comunicarse; esforzarse en encontrar comprensión; tener más seguridad en sí mismo; vivir como en un trance, donde las palabras fluyen sin problemas lo mismo que al cantar.
Resolución: Charlar con los demás de manera interesante (los tartamudos son a menudo muy ingeniosos); obtener alegría de la tensión para poder soltar esta más tarde, por ej., en el curso del habla; confiar en el flujo de la vida, entregarse al flujo del lenguaje.
Relación con los principios elementales: Mercurio/Saturno/Urano.
«La Enfermedad Como Camino»
Extraído del libro anterior por Thorwald Dethlefsen (escritor y astrólogo) y Ruediger Dahlke (médico y psicólogo) .
El tartamudeo
El don de la palabra es fluido; hablamos de fluidez en el lenguaje, de estilo fluido. En el tartamudeo el lenguaje no fluye sino que es machacado, triturado, castrado. Lo que tiene que correr necesita espacio: si tratáramos de hacer pasar un río por un tubo provocaríamos estancamiento y presión, y el agua, en el mejor de los casos, saldría a presión pero no fluiría. El tartamudo impide el flujo de la palabra estrangulándola en la garganta. Ya hemos visto que lo angosto tiene relación con la angustia. En el tartamudo la angustia está en la garganta. El cuello es unión (en sí angosta) y puerta de comunicación entre el tronco y la cabeza, entre abajo y arriba. En este punto debemos recordar todo lo que dijimos acerca de la jaqueca, del simbolismo entre Abajo y Arriba. El tartamudo trata de estrechar todo lo posible el paso del cuello, a fin de controlar mejor lo que pasa de abajo arriba o, análogamente, lo que trata de pasar del subconsciente a la conciencia. Es el mismo principio de defensa que encontramos en las viejas fortificaciones, que sólo poseen pasos muy pequeños y bien controlables. Estos accesos y puertas (pasos fronterizos, portillos, etc.) siempre provocan la congestión e impiden la fluidez. El tartamudo se pone un control en la garganta, porque tiene miedo de lo que viene de abajo y pretende pasar a la conciencia, y lo estrangula en el cuello. La expresión de cintura para abajo señala la región «problemática e impura» del sexo. La cintura es la línea divisoria entre la peligrosa zona baja y la limpia parte superior. Esta divisoria se le ha subido al tartamudo al cuello, porque para él todo el cuerpo es zona peligrosa y sólo la cabeza es clara y limpia. Al igual que el propenso a las jaquecas, el tartamudo traslada su sexualidad a la cabeza, y se convulsiona tanto arriba como abajo. La persona no quiere soltarse, no quiere abrirse a las exigencias y los instintos del cuerpo cuya presión se hace más fuerte y más angustiosa cuanto más se reprime. Luego, a su vez, el síntoma del tartamudeo se aduce como causa de dificultades de contacto y comunicación, y aquí se cierra el círculo vicioso. Por efecto de la misma confusión, en los niños tartamudos se interpreta la timidez como consecuencia del tartamudeo. Pero el tartamudeo es únicamente manifestación de retraimiento: el niño se retrae y ello se muestra en el tartamudeo. El niño tartamudo se siente cohibido por algo y teme soltarlo, darle libre curso. Y, para mejor controlar lo que dice, estrecha el paso. Si uno quiere atribuir esta inhibición a la agresividad o la sexualidad reprimidas o, por tratarse de un niño, prefiere otras expresiones es indiferente. El tartamudo no suelta las cosas tal como le vienen. La palabra es un medio de expresión. Pero, cuando se trata de reprimir lo que sale de dentro, se demuestra que se tiene miedo a lo que pretende manifestarse. El individuo no es franco. El tartamudo que consigue abrirse se derrama en un torrente de sexualidad, agresividad y palabras. Cuando todo lo inexpresado es expresado, ya no hay motivo para tartamudear.
“Sana tu cuerpo”
Extraído del libro anterior por Louise Hay.
Tartamudez: Inseguridad. Incapacidad de expresar la propia personalidad. Prohibición de llorar.
Afirmación: Soy libre para hablar a mi favor. Estoy seguro de mi capacidad de expresión. Sólo me comunico con amor.
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