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Cuento con Mensaje SER FELIZ

En cierta ocasión durante un seminario para matrimonios le preguntaron a una mujer: «¿Te hace feliz tu esposo?»… ¿verdaderamente te hace feliz?

En ese momento el esposo levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio.

Sin embargo la esposa respondió con un rotundo «No… No me hace feliz».

Y ante el asombro del marido continuó: «No me hace feliz… Yo soy feliz».

El que yo sea feliz o no, eso no depende de otro, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente; el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, el placer, etc. Y así podría hacerse una lista interminable. A través de toda mi vida, he aprendido algo: decido ser feliz y lo demás lo llamo «experiencias», olvidando las pasajeras y viviendo las que son eternas: amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.

Hay gente que dice: Hoy no puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró…

¡SE FELIZ!

 … aunque estés enfermo, aunque haga calor, aunque no tengas dinero, aunque alguien te haya insultado, aunque alguien no te amó, o no te haya valorado.

Solo pide -como diría San Agustín- “serenidad para aceptar lo que no puedes cambiar, valor para cambiar lo que si puedes y sabiduría para distinguir lo uno de lo otro.

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