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Artículo La Matriz Divina – 3ra. Parte

CAPITULO CUATRO

UNA VEZ CONECTADOS, ESTAMOS CONECTADOS PARA SIEMPRE:

LA VIDA EN UN UNIVERSO HOLOGRÁFICO

«Henos aquí, todos formando parte de este grandioso holograma llamado Creación, que es el YO INTERIOR de todos los demás… Es todo un juego cósmico, ¡y no hay nada más que tú!»

Itzhak Bentov (1923-1979), científico, autor y místico

Para ver al mundo en un grano de arena, y al Cielo en una flor silvestre, sostén al infinito en la palma de tu mano y a la eternidad en una hora.

William Blake (1757-1827), poeta y místico visionario

Aludimos a un misterio en los experimentos de la última sección, uno que jamás fue resuelto. Una parte de la prueba de que la Matriz Divina existe en realidad, fue cuando dos «algos» que una vez estuvieron unidos (dos fotones, el ADN y los fotones, o el donante y su ADN) actuaron como si siguieran unidos, aun separados por distancias que variaban de metros a cientos de kilómetros. La pregunta es: ¿Por qué?

ES REAL O ES UN HOLOGRAMA?

Todos hemos escuchado que una imagen vale más que mil palabras. Para mí, como ser visual que soy, esto es muy cierto. Por ejemplo, ver una demostración de cómo encender el motor de mi camioneta es mucho más significativo para mí, que leer todas las páginas de un manual que describe por qué los pistones se mueven y las bujías se encienden cuando giro la llave. Una vez que he visto el panorama completo, puedo regresar a contemplar los detalles, si es que todavía son importantes; a veces lo único que quiero es que mi camioneta arranque.

Presiento que muchos de nosotros funcionamos de igual manera. Aunque nos encontramos en el mundo de los manuales prácticos de alta tecnología, y de los tutoriales de computadora sobre el por qué de todas las cosas, una experiencia directa sigue siendo la mejor forma de explicar claramente una idea. Un ejemplo poderoso de una experiencia de este tipo es nuestra introducción a la idea de un holograma. Los hologramas se han usado en el campo de las investigaciones desde su descubrimiento a finales de la década de los 40. 1 Sin embargo, desde esa época, precisamente lo que hacen o cómo funcionan tiene poco significado para la persona promedio no interesada en datos técnicos, hasta que fue lanzada en 1977 la película original de La guerra de las galaxias.

Al comienzo de la película, en una escena crucial, vemos a la representante de todo un planeta, la princesa Leia, pidiendo ayuda para salvar a su pueblo. Ella codifica su mensaje en forma de un holograma digital almacenado en la memoria de Arturito, el androide que capturó los corazones y la imaginación de audiencias en todo el mundo.

Mientras la princesa Leia permanece en una parte del universo, Arturito lleva su imagen holográfica a otro mundo en una galaxia muy, muy lejana. El mensaje permanece en secreto hasta que un joven guerrero, Luke Skywalker, lo persuade para que se lo entregue. En un sorprendente despliegue de gráficas ultramodernas de la industria cinematográfica, Arturito transmite la solicitud de la princesa, proyectando una imagen miniatura de ella en la habitación, como si estuviera allí en persona.

De repente, su vivida imagen aparece en el aire para solicitar la súplica. Dado que luce tridimensional ante la audiencia, sentimos que si estuviéramos allí, seríamos capaces de estirar los brazos y tocarla igual como podemos tocar a la persona sentada a nuestro lado en el cine. Sin embargo, si tratáramos, nuestras manos sólo lograrían tocar el aire: es sólo un holograma.

Para muchas personas de la década de los setenta, esta escena fue su primera experiencia con una proyección holográfica y con lo real que puede parecer. También nos ofreció un sorprendente atisbo de lo que nuestras llamadas telefónicas podrían ser en un futuro no muy distante. Incluso hoy, décadas más tarde, la mención de la palabra holograma sigue trayendo a la mente la imagen de la princesa Leia.

Para todos los efectos prácticos, un holograma es por lo general considerado como una fotografía (una imagen tridimensional), que parece real cuando es proyectada de una forma en particular o es vista bajo cierto tipo de luz. Aunque la interpretación de la película es un ejemplo de lo que puede producir un holograma, éste es mucho más que una sencilla fotografía.

El principio holográfico puede ser uno de los fenómenos más sencillos, pero menos comprendidos de la naturaleza. Al mismo tiempo, puede poseer el mayor potencial de cambio aun en la escala más grande posible, en un marco de tiempo que deja perpleja a la mente. Para aplicar este poder en nuestras vidas personales, no obstante, debemos comprender precisamente qué es y cómo funciona un holograma. Por lo tanto, comencemos por el principio: ¿qué es entonces un holograma?

ENTENDIMIENTO DEL HOLOGRAMA

Si uno le pidiera a los científicos que explicaran un holograma, probablemente comenzarían por describirlo como un tipo especial de fotografía, en donde la imagen en la superficie de repente aparece tridimensional cuando es expuesta a una luz directa. El proceso que crea estas imágenes involucra una forma de luz láser, para que la fotografía quede distribuida sobre toda la superficie de la película. Es esta propiedad de «distribución» que hace que la película holográfica sea tan original.

De esta manera, cada parte de la superficie contiene toda la imagen original, solamente que en una escala menor. En otras palabras, cada fragmento es un holograma. Si dividiéramos la fotografía original en cualquier número de piezas, cada una de ellas, sin importar lo pequeñas que fueran, seguirían mostrando una visión total de la imagen original completa.

Figura 9. Cuando algo es holográfico, existe en su totalidad en cada fragmento de sí mismo, sin importar en cuantas piezas se divida. La ilustración ayuda a transmitir la idea de que no importa la cantidad de trozos en que se divida el universo, desde las cuatro partes mostradas arriba hasta una galaxia, un ser humano o un átomo, cada segmento refleja al universo entero, sólo que en una escala menor.

Al igual que la experiencia directa de encender el motor de un automóvil es la forma más efectiva de demostrar su operación, probablemente el mejor método de ilustrar cómo funciona un holograma es a través de un ejemplo. Allá por los años ochenta, apareció en el mercado una serie de marcadores de páginas de libros (ahora artículos de colección) que usaban tecnología holográfica. Cada uno de ellos estaba hecho de una tira satinada de papel plateado que parecía a primera vista papel aluminio brillante. Cuando el papel se exponía directamente a una luz brillante y era girado de un lado a otro, sin embargo, algo ocurría que hacía que estos marcadores fueran distintos a los tradicionales: de repente, las imágenes de la hoja parecían volverse reales y quedaban suspendidas en el aire por encima del papel mismo. Cuando se giraba hacia un lado, luego hacia el otro, la imagen del marcador de libros permanecía presente, tridimensional y real. Recuerdo un número de distintas versiones: el rostro de Jesús, el cuerpo de la Virgen María, un delfín saltando sobre una pirámide y un capullo de rosa en pleno florecimiento.

Si usted posee uno de estos marcadores, puede hacer un experimento para demostrar por sí mismo cómo funciona un holograma. Pero debe tener en cuenta lo siguiente: ¡la desventaja es que su marcador quedará destruido en el proceso! Teniendo esto en cuenta, use unas tijeras afiladas para cortar su hermoso y brillante marcador en cientos de piezas de cualquier forma. Luego tome el más pequeño de los fragmentos y vuélvalo a cortar en una pieza todavía más pequeña. Si el marcador es en verdad un holograma, usted podrá ver bajo una lupa en su pequeño fragmento la imagen completa, solamente que a una menor escala. La razón por la cual esto ocurre es porque la imagen existe a lo largo y ancho de todo el marcador.

Clave 13: En un «objeto» holográfico, cualquier pieza del objeto refleja el todo.

LA RESOLUCIÓN DEL MISTERIO DE LOS FOTONES GEMELOS

Con una comprensión más clara de lo que es un holograma y de cómo es creado, repasemos entonces el experimento de la Universidad de Ginebra del Capítulo 1. Recapitulemos: una distancia de 22 kilómetros y medio separaba unos fotones gemelos. Cuando uno de ellos fue forzado a escoger entre dos senderos al final de su jornada, el segundo fotón siempre escogió la misma opción, como si «supiera» lo que su gemelo estaba haciendo. El mismo experimento fue repetido en diferentes ocasiones, y los resultados fueron siempre idénticos. Las dos partículas actuaban como si siguieran conectadas, a pesar de que se encontraban a kilómetros de distancia.

La sabiduría convencional sugiere que para que ocurra este tipo de conexión, los fotones deben estar de alguna manera enviando señales entre sí. Aquí es donde aparece el problema para los físicos. Porque para que un mensaje viaje entre ellos, debería hacerlo más rápidamente que la velocidad de la luz. Pero, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, nada puede viajar así de rápido.

¿Es posible entonces que estas partículas estén violando las leyes de la física… o nos están demostrando algo más? ¿Nos están acaso demostrando algo tan distinto a la forma o al concepto que tenemos de nuestro mundo, que seguimos tratando de forzar el misterio de lo que vemos en un marco de cómoda familiaridad de cómo creemos que la energía viaja de un lugar a otro?

¿Y si acaso la señal de un fotón jamás tuvo que viajar para llegar hasta el otro? ¿Es posible que vivamos en un universo en donde la información entre fotones, la oración por nuestros seres queridos, o el deseo de paz en un lugar al otro lado del mundo, jamás tengan que ser transportados a ningún sitio para ser recibidos?

¡La respuesta es sí! Éste parece ser precisamente el tipo de universo en el que vivimos.

Russell Targ, cofundador del programa para las ciencias cognitivas del Instituto de Investigaciones Stanford en Menlo Park, California, describe con elocuencia y belleza esta conexión: «Vivimos en un mundo no local en donde las cosas separadas físicamente de las otras, pueden, no obstante, estar en comunicación instantánea». 2 Targ aclara lo que significa dicha conexión, afirmando: «No se trata de cerrar mis ojos y enviarle un mensaje a una persona a kilómetros de distancia, sino más bien, en cierto sentido, no hay separación entre mi conciencia y su conciencia». 3 La razón por la cual las señales no tuvieron que viajar entre los fotones es porque ya estaban ahí, jamás salieron de un lugar y jamás fueron llevadas a otro lugar en un sentido convencional.

Por definición, cada lugar de un holograma es un reflejo de otro. Y una propiedad que existe en cualquier lugar de su interior, también existe en el resto. Entonces, en el holograma no local de nuestro universo, la energía subyacente que enlaza todas las cosas, las conecta a la vez instantáneamente.

Los maestros espirituales, por lo general, están de acuerdo con los científicos en esta visión de la realidad. Como lo describe Ervin Laszlo, fundador de la filosofía de sistemas: «La vida evoluciona, el universo mismo evoluciona, en una ‘danza sagrada’ con un campo subyacente «. 4

Esto parece ser precisamente lo que el antiguo Avata Saka Sutra del budismo Mahayana está describiendo como la «maravillosa red» de energía que conecta a todas las cosas en el cosmos. Si el universo es no local y holográfico, esta red no solamente enlaza todo sino que cada punto en su interior también refleja todos los demás. El Sutra comienza por declarar que en un momento dado en el pasado distante, esta red estaba «suspendida» y que «se extendía infinitamente en todas las direcciones» como el universo mismo.

Además de ser el universo, la red lo contiene y le ofrece cualidades holográficas. El antiguo Sutra describe un número infinito de joyas a lo largo de la red que tienen la función de ojos cósmicos. Por consiguiente, todas las cosas son visibles para todas las demás. En lo que puede ser la más antigua descripción de un holograma descubierta hasta la fecha, el Sutra revela entonces el poder de cada joya de crear el cambio a través de la red entera: «Cada una de las joyas reflejadas en esta joya está también reflejando a las demás, por lo cual está ocurriendo un proceso infinito de reflexión». 5 Según la traducción del Sutra al que me refiero, esta red «simboliza un cosmos en el que hay una relación mutua repetida infinitamente entre todos los miembros del cosmos». 6

Qué hermosa descripción del principio sutil, no obstante poderoso, que la naturaleza utiliza para sobrevivir, crecer y evolucionar. En un universo holográfico, en donde cada pieza ya tiene reflejado el mundo entero en una escala menor, todas las cosas ya están en todas partes. El principio holográfico nos promete que todo lo que necesitamos para sobrevivir y crecer está siempre con nosotros, en todas partes, todo el tiempo…, desde la sencillez de una brizna de yerba hasta la complejidad de nuestros cuerpos.

Cuando comprendemos el poder de nuestro holograma infinitamente conectado, es claro que nada está escondido y no hay secretos, estas cosas se derivan de nuestro sentimiento de separación. Aunque puede parecer que estamos desconectados unos de los otros y del resto del mundo, ese desprendimiento no existe en el plano en donde el holograma se origina: en el interior de la Matriz Divina. En este nivel de unidad, no existe tal cosa como «aquí» y «allá.»

Ahora, podemos responder el «porqué» de los misterios en nuestros experimentos de la primera parte de este libro. Cuando el ejército de los Estados Unidos realizó estos experimentos con el donante y sus células, el ADN actuó como si siguiera conectado con la persona y sus emociones. Incluso, cuando el donante y su ADN fueron separados por distancias de hasta 560 kilómetros, los resultados fueron los mismos y el misterio siguió, porque nuestras explicaciones convencionales para responder por qué el ADN reacciona a las emociones de su dueño, son inválidas.

La mayoría de las personas asumirían que hubo algún tipo de energía compartida en este experimento. Cuando pensamos en energía, nos imaginamos típicamente que se genera en un lugar y luego es transmitida o enviada de alguna manera a otro.

Al igual que la imagen de nuestro televisor, o nuestra música favorita en la radio, son el resultado de energía siendo emitida desde un punto A hasta un punto B, también suponemos que algún tipo de fuerza viaja del donante a su ADN. Sin embargo, para que ocurra una transferencia, se toma tiempo llegar de un lugar a otro. Aunque este intervalo puede no ser muy largo, quizá un nanosegundo, debe transcurrir una cantidad de tiempo para que una energía convencional se mueva de un punto a otro.

Sin embargo, el punto clave de este experimento fue que un reloj atómico (con una precisión de un segundo en un millón de años), demostró que no hubo dicho lapso de tiempo. El efecto fue simultáneo porque no hizo falta dicho intercambio. En el ámbito cuántico, el donante y el ADN eran parte del mismo patrón, y la información de uno ya estaba presente en el otro. Ya estaban conectados. La energía de las emociones del donante nunca viajó a ningún lugar porque ya estaba en todas partes.

Cualquier cambio que deseamos ver en el mundo, desde la sanación y la seguridad de nuestros seres queridos hasta la paz en el Medio Oriente o cualquiera de las más de sesenta naciones ahora mismo involucradas en conflictos armados, no tiene que ser enviado desde nuestros corazones y mentes a los lugares en donde se necesita. No es necesario «enviar» nada a ningún lugar. Una vez que nuestras oraciones están en nuestro interior, ya están en todas partes.

Clave 14: El holograma de la conciencia conectado universalmente nos promete que en el instante en que creamos nuestros buenos deseos y oraciones, ya han sido recibidos en su destino.

Las implicaciones de este principio son vastas y profundas. No obstante, para saber realmente lo que significa esto en nuestras vidas, debemos examinar la última parte de cómo funciona el holograma: el poder de crear cambios desde ahí. Si de verdad todo está conectado y todo está en todas partes todo el tiempo, entonces, ¿qué ocurre cuando cambiamos algo en una parte del holograma? Una vez más, la respuesta puede sorprenderlo.

UN CAMBIO EN CUALQUIER LUGAR SIGNIFICA UN CAMBIO EN TODAS PARTES

En la película Contacto, hay escenas que se remontan a la infancia de la protagonista y muestran la influencia de su padre antes de su muerte repentina. Apoyando la ambición con la cual ella se enfocaba en sus metas, su padre le comentaba a menudo que las cosas más grandiosas del futuro se lograban por medio de pasos pequeños.

No solamente éste es un gran consejo de parte de todo padre a sus hijos, parece ser precisamente la forma en que funciona el holograma de la conciencia y de la vida. Cuando realizamos pequeños cambios aquí y allá, de repente todo parece cambiar. De hecho, una pequeña alteración en un lugar puede cambiar definitivamente todo un paradigma.

El visionario y filósofo Ervin Laszlo describe la razón por la cual esto ocurre: «Todo aquello que ocurre en un lugar ocurre también en otros lugares; todo lo que ocurre en un instante, también ocurre en todos los instantes a continuación. Nada es local y limitado a dónde y cuándo está ocurriendo». 7 Grandes maestros espirituales como Mahatma Gandhi y la Madre Teresa demostraron con mucha elocuencia, que el principio holográfico de la no localidad es una fuerza inmensa, como el «David» ante el «Goliat» del cambio en el mundo cuántico.

Así como un holograma contiene la imagen original en todas sus partes, cualquier cambio realizado en uno de esos segmentos se refleja en todas partes a lo largo del patrón. ¡Qué relación más poderosa! ¡Un sencillo cambio en un lugar puede marcar la diferencia en todas partes! Quizá el mejor ejemplo de cómo las pequeñas modificaciones pueden afectar todo un sistema, puede ser visto en algo con lo cual estamos familiarizados todos: el ADN de nuestros cuerpos.

Si observamos cualquier película basada en investigaciones de escenas de crímenes, aprendemos rápidamente que la identidad del autor del delito puede detectarse según los rastros que haya dejado en el lugar del crimen. Si los investigadores pueden identificar cualquier parte del cuerpo de una persona o cualquier cosa que provenga de su cuerpo, desde una salpicadura de sangre o una hebra de cabello, hasta manchas de semen o incluso una uña rota, pueden identificar a cualquier individuo. Y no altera nada el lugar de donde el ADN provenga debido al principio holográfico, todas las partes reflejan el todo. Cada pieza del ADN se asemeja con exactitud a las demás (excepto en el caso de las mutaciones).

Se estima que el humano promedio tiene entre 50 y 100 billones de células en su cuerpo. Cada una de esas células posee 23 pares de cromosomas que contienen el ADN (código de vida) del individuo. Cuando hacemos cuentas, esto significa que las personas pueden llevar algo así como entre 2,300 y 4,600 billones de copias de ADN en sus cuerpos. Imagínese tan sólo lo que se tomaría realizar un cambio en el ADN de alguna persona si tratáramos de actualizar cada copia, una célula a la vez. Pero cuando el ADN llega a modificar el patrón de una especie, no tiene que hacerlo de modo lineal, una hebra a la vez. En razón del principio holográfico, cuando el ADN es alterado, ese cambio se refleja a lo largo del todo.

Clave 15: A través del holograma de la conciencia, un pequeño cambio en nuestras vidas se refleja en todas partes en nuestro mundo.

Figura 10. En un holograma, cada parte de «algo» refleja el resto, y los cambios se reflejan a través del todo. Incluso si dividimos al universo en cuatro fragmentos más pequeños, por ejemplo, cada pieza es un reflejo del universo entero. Un cambio en un lugar (indicado por la sección iluminada) es reflejado en cada espejo.

Usted probablemente se está preguntando, ¿por qué es esto importante en mi vida? Aunque es una pregunta obvia, la respuesta puede serlo menos. El sutil poder del holograma es que nos ofrece los medios para realizar un cambio tremendo a gran escala alterando un patrón en solamente un lugar. Es importante comprender el principio holográfico, porque parece describir precisamente la forma en que funcionamos. Desde el ADN de nuestros cuerpos hasta la estructura atómica del mundo que nos rodea y la forma en que la memoria y la conciencia funcionan, parece ser que somos hologramas de una existencia mayor que apenas estamos comenzando a entender.

EL CEREBRO HOLOGRÁFICO EN UN UNIVERSO HOLOGRÁFICO

Recuerdo un documental que vi en la década de los setenta, sobre unos cirujanos operando un cerebro humano, para aliviar la presión en las profundidades del tejido causada por un accidente. Aunque el paciente estaba totalmente despierto y consciente, porciones de su cerebro expuesto estaban siendo estimuladas con sensores eléctricos, para ver cuáles partes del cuerpo estaban relacionadas con esos segmentos. Por ejemplo, cuando un electrodo tocó un lugar, el paciente «vio» una ráfaga de colores, y entonces se anotaba ese lugar como el centro visual.

Aparte de la extraña experiencia de observar un cerebro vivo expuesto a las intensas luces de la sala de operación, lo que hacía tan interesante esta película en particular era la forma en que funcionaba el cerebro del paciente. Cuando ciertos sitios fueron estimulados eléctricamente y produjeron su experiencia del color, por ejemplo, esos sitios no eran los que correspondían con los tradicionalmente asociados con la visión. Era como si porciones de su cerebro estuvieran de alguna forma aprendiendo a «ver», de la manera como esperaríamos encontrar en otra parte del cerebro.

El revolucionario trabajo del neurólogo Karl Pribram también ha descubierto que las funciones cerebrales son más globales de lo que fue alguna vez postulado. Antes del trabajo de Pribram, se creía que nuestro cerebro trabajaba como maravillosas computadoras biológicas, que almacenaban tipos de información en particular en lugares precisos. En este modelo mecánico de memoria, había una correspondencia directa entre ciertos tipos de recuerdos y los lugares en donde eran almacenados. El problema fue que en los experimentos de laboratorios lo que se encontró no fue el recuerdo localizado.

De forma muy parecida a como el documental mostraba lugares en el cerebro del hombre que «conocían» la función de otras áreas, los experimentos demostraron que los animales retenían sus recuerdos y seguían con sus vidas, aunque se removieran de sus cuerpos las partes de su cerebro en donde se creía que se alojaban estas funciones. En otras palabras, parecía que no había una correspondencia entre los recuerdos y un lugar físico en el cerebro. Era obvio que la visión mecánica del cerebro y la memoria no era la respuesta, algo más debía estar ocurriendo, algo extraño y maravilloso.

A comienzos de los setenta, Pribram promovió un nuevo y poderoso modelo para explicar la evidencia de los experimentos. Comenzó a pensar en el cerebro y en los recuerdos contenidos en él, como si estuviera trabajando con hologramas. Una de las claves que confirmó que Pribram iba por buen camino fue la confirmación del laboratorio, de la manera en que procesamos mentalmente la información. Recurrió a investigaciones anteriores para comprobar su hipótesis. En los años cuarenta, el científico Dennis Gabor usó un conjunto complejo de ecuaciones conocido como la Transformada de Fourier (llamadas así según su descubridor, Joseph Fourier), para crear los primeros hologramas, obra por la cual ganó un Premio Nobel en 1971. Pribram supuso que si el cerebro en verdad funcionaba como un holograma, distribuyendo información a lo largo de sus circuitos flexibles, entonces debería procesar la información de la misma forma que lo hacen las ecuaciones de Fourier.

Sabiendo que las células del cerebro crean ondas eléctricas, Pribram fue capaz de probar los patrones de los circuitos usando la Transformada de Fourier. Según lo esperado, su teoría fue correcta, los experimentos probaron que nuestro cerebro procesa la información de una forma que equivale a las ecuaciones de un holograma.

Pribram aclaró el modelo del cerebro por medio de una simple metáfora de hologramas dentro de hologramas. En una entrevista afirmó: «Los hologramas en el marco del sistema visual son… hologramas parches». 8 Son porciones muy pequeñas de una imagen mayor. «La imagen total está compuesta en gran parte al igual que el ojo de un insecto, que tiene cientos de pequeños lentes en vez de un solo lente grande… Cuando uno lo experimenta se obtiene el patrón total entretejido como una pieza unificada». 9 Curiosamente, aunque Pribram y David Bohm (cuyas ideas fueron tratadas en la Introducción) comenzaron su trabajo por separado, ambos usaron la misma explicación para describir los resultados de sus experimentos. Cada uno de ellos aplicó el modelo holográfico para darle sentido a la vida. Bohm, como físico cuántico, observaba el universo como un holograma. Pribram, como neurólogo, estaba estudiando el cerebro como un procesador holográfico mientras nuestras mentes realizaban los procesos holográficos. Cuando se combinan ambas teorías, el resultado es nada menos que una posibilidad capaz de destruir paradigmas.

Esa posibilidad sugiere que somos parte de un sistema mucho mayor de muchas realidades, en el interior de realidades, en el interior de otras realidades. En ese sistema, nuestro mundo podría ser considerado como una sombra o una proyección de eventos, que están ocurriendo en una realidad subyacente más profunda. Lo que vemos como nuestro universo es en realidad nosotros, nuestras mentes individuales y colectivas, transformando las posibilidades de los dominios más profundos en realidad física. Esta forma radicalmente nueva de vernos y de ver el universo nos proporciona nada menos que acceso directo a todas las posibilidades, sueños o anhelos que jamás hayamos deseado o imaginado (u orado por lograr).

En sus estudios, Pribram ofrece una razón para precisamente esas posibilidades. Por medio del modelo holográfico del cerebro relacionándose con el universo, él dice que el funcionamiento de nuestro cerebro permite que las experiencias trasciendan el tiempo y el espacio. En el marco del contexto de este modelo holográfico, todas las cosas se vuelven posibles. La clave para experimentar el poder de estos resultados potenciales es que debemos pensar en nosotros bajo este nuevo concepto. Y cuando lo hacemos, algo maravilloso comienza a ocurrir: hemos cambiado.

Es imposible para nosotros vernos a nosotros mismos como «algo así como» o «una especie de» seres empoderados en un universo de posibilidades: o nos vemos o no nos vemos así. Y éste es precisamente el enfoque de este libro. Podemos tener un concepto distinto de nosotros sólo cuando tengamos una razón para hacerlo. El concepto de la Matriz Divina, como un holograma conectado universalmente, nos promete que estamos limitados solamente por nuestras creencias.

Como sugieren las antiguas tradiciones espirituales, los muros invisibles de nuestras creencias más profundas pueden convertirse en nuestra mayor prisión. No obstante, también nos recuerdan que son nuestras creencias las que pueden convertirse en nuestra mayor fuente de libertad. Por muy distintas que sean entre sí las sabias tradiciones del mundo, todas nos llevan a la misma conclusión: la oportunidad de estar libres o en prisión es nuestra, y somos los únicos que podemos tomar esa decisión.

EL PODER DE LA SEMILLA DE MOSTAZA

El innovador trabajo de Karl Pribram y los estudios de otros investigadores posteriores, demuestran que nuestro cerebro funciona como un procesador holográfico de información. Si esto es cierto para los individuos, entonces es obvio que nuestra mente y conciencia colectiva puede también funcionar así. Hoy habitan en el mundo más de seis mil millones de seres (y mentes) humanos. Dentro del contenedor de la Matriz Divina, la mente de cada individuo es parte de una conciencia más grande y única.

Independientemente de lo distintas que puedan parecer unas de otras, cada mente contiene el patrón de toda la conciencia. Y por medio de ese enlace, todos tenemos acceso directo a todo el patrón. En otras palabras, todos tenemos el poder de cambiar el holograma de nuestro mundo.

Aunque para algunas personas esto sea una forma poco convencional de pensar en lo que somos, para otros está perfectamente alineado con sus creencias y experiencias.

Los estudios científicos apoyan estos principios, y han descubierto que cuando las personas en un grupo comparten una experiencia común de conciencia, los efectos pueden ser detectados más allá del grupo mismo e incluso fuera del lugar físico en donde los individuos se reúnen. Obviamente, las experiencias interiores están siendo transmitidas a través de cierto conducto sutil, en una manera que no está restringida por las así llamadas leyes de la física ni limitadas por su entorno inmediato. Un ejemplo de este fenómeno es evidente en el efecto que la Meditación Trascendental (MT) puede tener sobre grandes poblaciones.

En 1972, 24 ciudades de los Estados Unidos con poblaciones de más de 10,000 personas, experimentaron cambios significativos en sus comunidades cuando sólo un uno por ciento (100 personas) participaron en los estudios. Los individuos involucrados usaron técnicas de meditaciones específicas, para crear experiencias internas de paz que se reflejaron en el mundo a su alrededor. Esto es llamado el «Efecto Maharishi» en honor de Maharishi Mahesh Yogui, quien afirmó que cuando el uno por ciento de la población practicara los métodos de Meditación que él ofrecía, habría una reducción en la violencia y el crimen en esa población.

Estos y estudios similares condujeron al proyecto histórico «Proyecto Internacional para la Paz en el Medio Oriente,» publicado en el Journal of Conflict Resolution en 1988. 10 Durante la guerra entre Israel y Líbano a comienzos de los años ochenta, unos practicantes fueron entrenados en técnicas precisas de MT para crear paz en sus cuerpos, en vez de sencillamente pensar en eso u orar para que ocurriera.

En unos días específicos del mes, a unas horas específicas cada día, estas personas acudían al interior de áreas azotadas por la guerra en el Medio Oriente. Durante la ventana de tiempo en que ellos se sintieron en paz, se redujeron en número los incidentes terroristas, los crímenes contra la gente, los casos de emergencia en los hospitales y los accidentes de tráfico. Cuando los participantes suspendieron su práctica, las estadísticas se invirtieron.

Estos estudios confirmaron los descubrimientos anteriores: cuando un pequeño porcentaje de la población logra la paz en su interior, esa paz se refleja en el mundo a su alrededor.

Los resultados tuvieron en cuenta los días de la semana, fiestas e incluso ciclos lunares, y fueron tan consistentes que los investigadores fueron capaces de identificar el número mínimo de personas necesarias para experimentar la paz interior, antes de que se reflejara en el mundo de su entorno. La raíz cuadrada del uno por ciento de la población. Esto representa solamente el número base requerido para que el efecto comience, cuantas más personas participen, más intensos los resultados. Aunque es posible que no comprendamos por completo las razones por las cuales se presenta el efecto, las relaciones y los resultados demuestran que sí ocurren. Podemos aplicar este principio en nuestras vidas para cualquier grupo de personas, sin importar si se trata de una pequeña comunidad, una congregación de una iglesia, una gran ciudad o el planeta entero. Para determinar cuántas personas son necesarias para trabajar en conjunto por la paz y la sanación de ese grupo, la fórmula sugiere lo siguiente:

  1. Determine el número total de personas presentes.
  2. Calcule un uno por ciento del número total (multiplique el total del paso 1 por .01).
  3. Calcule la raíz cuadrada del uno por ciento (introduzca el número del paso 2 y pulse la función V Raíz Cuadrada en su calculadora).

Esta fórmula da como resultados números menores a lo que podríamos esperar. Por ejemplo, en una ciudad de un millón de personas, el total es de unas cien personas. En un mundo de 6 mil millones de personas, es solamente unas 8,000. Y este cálculo representa solamente el mínimo necesario para comenzar el proceso. Cuantas más personas se involucren, más rápido se crea el efecto.

Aunque estos y otros estudios similares obviamente merecen una exploración más a fondo, todos demuestran que existe un efecto que va más allá de la casualidad.

Clave 16: El mínimo número de personas requerido para «poner en marcha» un cambio en la conciencia es la Raíz Cuadrada del 1% de una población.

Quizá ésta es la razón por la que tantas sabias tradiciones, enfatizan la importancia de cada individuo ante la totalidad. En una de las parábolas más famosas sobre el poder de la fe, Jesús usó el principio holográfico para ilustrar cómo un poquito de fe era todo lo que hacía falta para abrir las puertas a posibilidades mayores. «En verdad os digo», dijo, «que si vuestra fe fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le diríais a esa montaña ‘muévete’ y ésta se movería; nada sería imposible para vosotros». 11 Exploraremos las implicaciones de lo que esto significa en la siguiente sección. Antes de hacerlo, sin embargo, conviene aclarar brevemente lo que significa la «fe».

La palabra fe puede conllevar por sí misma un poco de carga emocional, pues a menudo es asociada con una creencia que no tiene fundamento aparente o bases para apoyarla. Escuchamos a menudo referirse a ella como «fe ciega». Mi percepción es que no existe nada como tal. En alguna parte en lo más profundo de nuestro ser, todas nuestras creencias provienen del sentimiento de una conexión más profunda entre las cosas que «son» y las cosas que pueden ser. Aunque no siempre somos conscientes de esto, no somos capaces de explicar por qué pensamos como pensamos, nuestras creencias son ciertas para nosotros. Y esa verdad es la base de la fe.

Sin embargo, hay un tipo de fe que está basada realmente en una base muy sólida de ciencia innovadora, apoyada por los descubrimientos de la física cuántica. En el capítulo 3, tratamos brevemente las razones posibles por las cuales el mundo físico cambia al observarlo. Todas las explicaciones subsiguientes reconocieron la coexistencia de muchas realidades en el marco de una sopa cósmica de posibilidades. Como demostraron los experimentos es el acto de que observemos algo, es decir, la observación consciente, lo que asegura en su lugar una de esas posibilidades como nuestra realidad. En otras palabras, la expectativa o la creencia que tenemos mientras observamos es el ingrediente en la sopa que «escoge» cuál posibilidad se convierte en nuestra experiencia «real».

Con esto en mente, la fe de la declaración de Jesús es más que simplemente decir las palabras para representar que la montaña se ha movido de lugar. Una parábola que data de casi dos mil años, nos enseña un poderoso lenguaje para escoger las realidades desde las infinitas posibilidades que ya existen. Como dice con tanta claridad Neville en su descripción de la fe a través del acto de «persistir en la suposición de que su deseo ya se ha realizado…, su mundo se adapta inevitablemente a su suposición». 12 En el ejemplo de la montaña, cuando sabemos verdaderamente que ya se ha movido, nuestra fe, creencia o suposición que ha ocurrido, es la energía que activa esa posibilidad en nuestra realidad. En el dominio cuántico de todas las posibilidades la montaña no tiene opción: debe moverse.

El siguiente ejemplo ilustra lo sencilla y natural que este tipo de fe y de creencia puede ser. También abre las puertas a posibilidades infinitas para que un pequeño giro en nuestra percepción pueda crear una gran diferencia en el mundo.

Hace unos cuantos años, tuve la oportunidad de ser testigo del equivalente biológico de «mover la montaña». En este caso, la «montaña» era un tumor letal en la vejiga de una mujer de mediana edad. Los doctores occidentales habían diagnosticado que la masa era maligna y creían que no era operable. En el salón de clase improvisado del salón de fiestas de nuestro hotel, el grupo del cual yo formaba parte, estaba exhibiendo una película creada por nuestro instructor, mientras estuvo presente ante la curación milagrosa de esa protuberancia, en un hospital sin el uso de medicinas en Beijing, China. 13

La clínica era una de las muchas de la región que usan rutinariamente métodos no tradicionales de tratamiento con un éxito rotundo. Después de intercambiar saludos y de las formalidades de la presentación, nos prepararon para lo que estábamos a punto de ver. El instructor enfatizó que el propósito de la película era demostrarnos que el poder de sanar es algo que reside en el interior de cada uno de nosotros. No se trataba de publicidad para la clínica ni de una invitación para cualquiera que sufriera de una condición mortal saliera corriendo a Beijing. Lo que estábamos a punto de presenciar podía ser logrado ahí mismo en nuestro salón de clases o en las salas de estar de nuestros hogares. La clave para la sanación, dijo, es la habilidad de enfocar la emoción y la energía en nuestros cuerpos o en la de un ser querido (con el permiso de la persona) de una manera no invasora y compasiva.

La mujer de la película había llegado a la clínica sin medicinas como último recurso porque todo lo demás había fallado. El lugar enfatizaba la responsabilidad personal en nuestra salud y ofrecía formas nuevas y afirmativas de vivir, en vez de sencillamente «arreglar» a las personas y enviarlas a sus hogares. Estos protocolos incluían nuevos hábitos alimenticios, formas suaves de movimiento para estimular la fuerza vital (chi) dentro del cuerpo y métodos nuevos de respiración. Siguiendo estos simples cambios en el estilo de vida, el cuerpo del cliente se fortalecía para la posible sanación. Siguiendo estos procedimientos, en algún punto, a los pacientes de la clínica les parecía obvio que debían seguir el tratamiento registrado en el video.

Cuando la película portátil comenzó, pudimos ver a la mujer con el tumor recostada sobre lo que parecía ser una camilla de hospital. Estaba despierta, totalmente consciente y no se le había proporcionado ningún sedante ni anestesia.

Tres médicos en batas blancas de laboratorio estaban de pie tras ella mientras que el técnico del ultrasonido estaba sentado al frente de ella, sosteniendo el transductor que sería usado para transmitir los datos a la ecografía que mostraría la masa en el interior de su cuerpo. Nos dijeron que la imagen no era un montaje cinematográfico como los que se ven en los programas de la naturaleza en donde muestran el proceso de varios días de duración de un capullo de rosa abriéndose, condensado en unos segundos, sino que nuestra película ocurriría en tiempo real para que pudiéramos ver el verdadero efecto de la sanación de los médicos.

La película era corta, duraba menos de cuatro minutos. En ese lapso de tiempo, todos vimos lo que sería considerado un milagro según los estándares de la medicina occidental. No obstante, en el marco del contexto holográfico de la Matriz Divina, es algo que tiene perfecto sentido. Los médicos se pusieron de acuerdo en una palabra, para que les reforzara una cualidad especial de sentimientos en el interior de sus cuerpos. Recordándonos la instrucción de Neville de «haz de tu sueño futuro un hecho presente… asumiendo el sentimiento de tu deseo realizado», la emoción de los médicos era simplemente que la mujer ya se había curado. 14 Aunque sabían que el tumor había existido en los momentos que conllevaban al proceso, también reconocían que su presencia era solamente una posibilidad de las muchas que existían. Ese día, ellos activaron el código que invoca otra posibilidad. Y lo hicieron en el lenguaje que la Matriz reconoce y al cual responde: el de la emoción humana dirigiendo la energía (ver el Capítulo 3).

Al observar a estos médicos, escuchamos que repetían una especie de mantras, los cuales se traducirían al español como: «ya se ha logrado, ya se ha logrado». Al principio parecía que nada ocurría. De repente el tumor comenzó a titilar dentro y fuera de nuestra vista, como si estuviera vacilando entre realidades. La habitación estaba en silencio absoluto mientras observábamos totalmente atónitos. En el plazo de unos segundos se desvaneció y luego desapareció por completo de la pantalla… se había ido. Todo lo demás estaba ahí, tal como había estado unos segundos antes, todo, excepto el tumor que amenazaba la vida de la mujer. La habitación se veía igual. Los médicos y los técnicos estaban presentes, nada «fantasmagórico» parecía haber ocurrido en ningún lugar; solamente la condición que había amenazado previamente la vida de la mujer había desaparecido.

Recuerdo haber pensado en la antigua exhortación de que con un poquito de fe, podíamos mover montañas. También recordé haber reflexionado en eso antes de ese momento, siempre había creído que lo de la montaña era una metáfora, ahora sabía que se trataba de un hecho real. Usando la fórmula de la raíz cuadrada del uno por ciento, la población de la clínica había comprobado que la conciencia puede afectar directamente nuestra realidad.

Había un total de seis personas en la habitación mientras ocurría la sanación (tres médicos, el técnico, el camarógrafo y la paciente). Aplicando la fórmula, la raíz cuadrada del uno por ciento de la población de esa habitación era solamente 2.44 de una persona! Con el requisito de menos de la creencia de una persona en la certeza absoluta de que la sanación ya había ocurrido, la realidad física del cuerpo de la mujer había cambiado.

Aunque el número en este caso era pequeño, la fórmula resultó verdadera.

Como lo notamos anteriormente, ese total es el mínimo necesario para poner en marcha una nueva realidad. En toda probabilidad, el cien por ciento de las personas en la habitación experimentaron el sentimiento de su sanación, y les tomó dos minutos y cuarenta segundos reflejar en su cuerpo esa realidad.

Con el permiso de ellos, desde entonces le he mostrado esta película a muchas audiencias, incluyendo personal médico, por todo el mundo. Las reacciones varían y son predecibles. Una vez que ocurre la sanación, hay un breve silencio mientras los espectadores registran en sus corazones y en sus mentes lo que acaban de ver con sus propios ojos. El silencio se rompe con exclamación de alegría, risas y hasta aplausos. Para algunas personas, la película es una confirmación de lo que ya creían que era cierto. La fe es estimulada por la comprobación de ver en realidad que algo así es posible.

Para otros más escépticos, la pregunta típica es: «Si esto fuera real, ¿por qué no nos enteramos de esto?» Mi respuesta es: «¡Ahora ya se enteró!». La siguiente pregunta es «¿Cuánto dura el efecto de la sanación?» Los estudios han demostrado un 95 por ciento de éxito después de cinco años para los clientes que siguen practicando los cambios positivos en sus vidas respecto a nutrición, respiración y movimientos aprendidos en la clínica.

Después de que alguien del público se queda sin aliento ante el deseo de creer y la frustración de que tantas personas no pueden recibir verdadera ayuda de las técnicas modernas, por lo general escucho algo semejante a: «¡Es demasiado sencillo… no puede ser tan sencillo!»

Mi respuesta es: «¿Por qué deberíamos esperar menos que eso?» En el mundo holográfico de la Matriz Divina, todas las cosas son posibles y escogemos nuestras posibilidades.

Creer que estamos «aquí» y que las posibilidades están «allá fuera», sin embargo, algunas veces nos produce la sensación de que son inaccesibles. Las mismas reglas que describen cómo funciona la Matriz Divina también nos dicen que en la realidad más profunda, lo que típicamente vemos como «en algún otro lugar» está realmente «aquí» ya, y viceversa. Todo es cuestión de la forma en que nos vemos en el campo de las posibilidades.

Sabiendo que ya existe todo, desde el dolor más profundo hasta el éxtasis más glorioso, y todas las posibilidades en el medio, descubrimos que tiene todo el sentido del mundo que tengamos el poder de colapsar el espacio intermedio y atraer esas posibilidades a nuestras vidas. Y lo hacemos… a través del lenguaje silencioso de la imaginación, los sueños y la fe.

 

Sanan cáncer de mujer en tres minutos

Tomado del libro La Matriz Divina.

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