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Artículo Luna Nueva en Acuario :: Desertores de Conciencia ::

Este viernes 24 cruzamos el umbral de la luna nueva en Acuario. Acuario es el penúltimo signo de la rueda evolutiva del zodiaco. Este signo gobierna la conciencia colectiva, el principio de unidad humanitaria-planetaria y la estructura (forma patrón diseño) de nuestra conexión entre cielo y tierra.

El símbolo del arquetipo de Acuario es una figura humana que vierte el agua de la vida sobre la tierra. Esta imagen es la síntesis de una cosmovisión que nos recuerda nuestra pertenencia a una inteligencia cósmico-natural, cuyas leyes (respetadas, o no) ordenan todas las esferas de la vida humana en el planeta tierra.

La esfera visionaria y creativa, la esfera ideológica, la esfera social, la esfera científica, son algunos de los espacios en los que la arquitectura evolutiva de este signo se revela.

El origen de la figura humana de Acuario es Enki, dios sumerio del agua y de la sabiduría. Si bien Acuario es un signo de aire – mental abstracto y conceptual– es quien vierte el agua de la vida en la tierra, el agua del conocimiento y de la sabiduría. Acuario nos recuerda que la conciencia del agua – la arquitectura del agua, el diseño del agua, la estructura del agua – es la inteligencia que nos guía. Es el orden que nos guía, de adentro hacia afuera, y de afuera hacia adentro.

Agua que todo lo conecta: cuerpo, alma y espíritu. El agua es la esencia de la sabiduría. Agua vida. Agua sentimiento. Agua compasión. Agua amor que enlaza el cielo  – sol – con la tierra, y genera la vida.

El arquetipo de Acuario nos recuerda que somos la conciencia del agua. El agua se experimenta a sí misma a través nuestro: a través de la chispa de la conciencia de ser portadoras y portadores de este misterio que encarnamos. A través nuestro el agua se mueve – ama – vincula. A través nuestro el agua interconecta y relaciona. Agua que todo lo une en la tierra. Agua que todo lo enlaza en nuestro cuerpo  – sangre, células, tejidos – en nuestros pensamientos, en nuestras emociones y sentimientos y, también en nuestras visiones.

La unión del Sol y la Luna en Acuario nos habla de un nuevo ciclo. Cada luna nueva es una oportunidad de dar dirección, foco a nuestra visión, a nuestro sueño, a lo que queremos crear, inventar, encarnar. Urano  – regente de esta luna nueva – está en Tauro, signo que nos recuerda nuestra pertenencia al jardín de Gaia, a esa inteligencia orgánica de la tierra que define el destino de la humanidad, porque somos humanos y como tal, orgánicos.

Una de las dimensiones de Urano nos habla de los inventos tecnológicos que a lo largo de la evolución humana han alterado o sustituido el reino de lo orgánico. Un ejemplo es la cámara fotográfica que imita la función del ojo y, a su vez, genera imágenes artificiales, códigos semánticos, ficciones, narrativas que abren el campo de la conciencia hacia afuera, hacia mundos creados por la mente humana. De ahí que Urano – y de alguna manera también Acuario – tenga que ver con los inventos, la tecnología y también con la visión de que evolucionar es equivalente a un progreso tecnológico.

¿Qué es una tecnología orgánica natural, versus una artificial o ficticia? ¿Qué diferencia una evolución orgánica de una artificial? ¿Qué diferencia un crecimiento orgánico natural, de un falso?

Estas son preguntas pertinentes para estos tiempos en la que la aceleración del progreso de la tecnología digital interviene (por no decir interfiere) con nuestra conciencia orgánica. Interviene con nuestra conexión con nuestro cuerpo, que es la tierra. Interviene con la capacidad cognitiva de nuestro cerebro.

¿Qué impacto tiene la aceleración de la tecnología digital en nuestra conexión con la memoria del origen al cual – por vía del agua que es nuestra sangre – pertenecemos?

No solo hablamos del rol de la tecnología en la modificación del código de las semillas, por ejemplo, o de su rol en lo que llamamos el cambio climático, sino también en su impacto en nuestra propia humanidad, es decir en nuestra conexión con el hilo de la memoria que nos conecta con el origen.

¿Quién piensa a través nuestro? ¿Qué da curso y guía a nuestra energía, a nuestros deseos, a nuestros valores, a nuestra sexualidad? ¿Podemos interrogar las narrativas que nos han definido hasta ahora y reconocer que tal vez estamos siendo severamente manipulados?

¿Al ritmo que van la evolución artificial y el progreso tecnológico-digital, recordaremos Ser humanos?

¿A qué pertenecemos? ¿A Netflix, Instagram, G4, 5,6? ¿Qué realidad habitamos? ¿Qué realidad apoyamos?

El costo de la amnesia es no reconocer que lo que como civilización llamamos progreso ha depredado gran parte de los recursos de la tierra.  El progreso ha dejado un hilo de sangre derramada, sangre perdida en nombre de guerras perversas, que nos definen desde afuera, que nos habitan bien adentro.

Si miramos en retrospectiva, ¿qué corregiríamos del pasado? ¿qué podemos corregir, un paso a la vez, de nuestro pasado hoy, ahora ?

Podemos reconocer que siempre han habido voces individuales y colectivas que nos han alertado de los peligros del “progreso”. Solo en el 2019 han asesinados cientos de líderes ambientales en México, Colombia y otros países custodios de riquezas y recursos de la tierra.

Guardianes de la tierra, defensores de los recursos, eliminados y eliminadas indiscriminadamente para sostener una evolución ficticia, un progreso artificial. Con un poco de memoria podemos mirar hacia atrás y reconocer la historia de la colonización de África y cómo sus riquezas son las que han levantado el imperio primermundista al cual pertenecemos, esa burbuja de comodidad y privilegio que habitamos. Esta memoria, hilo de la historia, es necesaria para situarnos de cara al devenir. Acuario quiere que miremos hacia adelante, que pensemos y creemos juntas y juntos, en hermandad, el futuro que queremos habitar.

La Luna y el Sol están en cuadratura con Urano. Hay y una fricción-irritación de conciencia. ¿Hasta cuándo, cuánto, sustentamos y apoyamos las narrativas artificiales? ¿Qué recursos tenemos para palear la pérdida de memoria y conexión?

Volvemos a Enki, a la sabiduría del agua, a los códigos originales, a la arquitectura orgánica, al hilo de la vida que es el agua. Sabiduría que nos habla de una evolución y de un progreso en armonía con la tierra. Y que, más allá aún de esta conciencia y práctica de cuidar lo orgánico, nos habla de Ser Agua.

Venus – regente de Tauro – participa de esta lunación desde Piscis, signo de su exaltación. Su exaltación quiere decir que, de los doce signos del zodiaco, Piscis es el que mejor expresa o acoge las virtudes de Venus. Piscis siendo el último signo de la rueda evolutiva del zodiaco nos recuerda que la exaltación de los valores venusinos se dan a través de la disolución de la separación, de la disolución de la ilusión de la separación. Es el agua de Piscis la que nos acuna de vuelta al origen, de vuelta a la conciencia de que somos agua, el amor del agua, el amor de la vida.

Bajo esta luna nueva Venus está además en conjunción con Neptuno. Esta configuración nos ofrece una pista de qué foco, diana, visión, sueño queremos levantar, orientar o sembrar en este nuevo ciclo lunar. Una visión unitaria que trasciende la división y que además nos inspira a activamente participar del tejido creativo y social desde esta conciencia.

Acuario es un signo mental. Acuario nos ofrece la visión evolutiva, la guía de los pasos a seguir para crear en armonía con el ecosistema llamado vida. Acuario lo hace desde la mente, la chispa creativa, el invento, el diseño. Su orientación es colectiva porque está al servicio de la red de la vida: el reino mineral, el reino vegetal, el reino animal, el reino humano, los elementos, el tiempo circular y de ahí la conciencia de la interdependencia de cada uno de estos elementos para dar continuidad a la narrativa milenaria que ha sostenido nuestro camino.

Somos el futuro de nuestros antepasados y somos el pasado de nuestros descendientes. Como puentes conscientes entre cielo y tierra, entre el pasado y el futuro, ¿qué sabiduría encarnamos, custodiamos, ofrendamos para estos tiempos?

La visión humanitaria, cooperativa, colaborativa y co-creadora de Acuario se enraíza en la conciencia de nuestro amor incondicional a la vida. Un deseo compartido de ser guardianes de la memoria de los valores de la vida, y de las visiones que compartimos para el futuro.

Los valores acuarianos  – espejos de la interconectividad de la vida planetaria – se trasladan a las guías sociales y los valores que nos unen y nos organizan, orgánicamente en comunidad.

Esta es la narrativa que de alguna manera nos orienta para situarnos en un tiempo en que la guerra, la opresión, la devastación van en un aumento peligroso. La configuración astrológica en Capricornio, especialmente la gran conjunción de Saturno y Plutón en este signo, nos habla de una redistribución del poder y de los recursos. Esta redistribución del poder, del uso de la energía, de las dinámicas de control y sumisión las vemos abiertamente en el colectivo, y también se revelan en nuestras relaciones más íntimas.

Hay algo bajo esta luna nueva en Acuario que nos habla de desertar las narrativas falsas de nuestra vida. Tanto en lo personal como en lo colectivo un nuevo límite se impone ante la depredación, la manipulación y el abuso. Lo podemos sentir en cada célula de nuestro cuerpo, en el agua viva de nuestra sangre que siente, profundo, que no quiere participar más de las narrativas tóxicas, por más sutiles que sean.

¿Cómo se revela esta vuelta a la conciencia orgánica? Cada paso, cada decisión que tomamos tiene valor, peso y consecuencia. En esta redistribución del poder que vivimos es posible que para muchos y muchas implique desertar fantasías e idealizaciones del pasado. Tal vez desertamos conscientemente patrones tóxicos disfrazados de romance, química sexual, afinidad espiritual, deseo, proyecciones futuras.

Tal vez desertamos dinámicas de control, sumisión. Tal vez simplemente desertamos el pasado tóxico.

Tal vez desertamos la guerra ajena que hemos habitado hasta ahora.

Tal vez desertamos la guerra interna que nos ha habitado hasta ahora.

El poder de transformación es enorme. La conjunción de Plutón y Capricornio definirá los próximos años de nuestra humanidad. A principios del 2021 tendremos la conjunción de Saturno y Júpiter en Acuario, que nos habla de una nueva era comunitaria, en la que los valores de unión y solidaridad guiarán los próximos pasos de nuestra humanidad.

Bajo esta luna nueva no tengamos miedo a ser desertores de conciencia. Desertemos lo falso, cada día, un poco más, para ser y habitar el tiempo de la vida. El agua nos guía.

 

No he ofrecido los horóscopos anuales 2020 ya que siento que este año merece un acompañamiento más cercano. De ahí que la propuesta sea un horóscopo mensual para cada signo. Empezaremos el primero de marzo para alinearnos con el Equinoccio de Marzo, inicio del nuevo año astrológico. En las próximas semanas iré anunciando el proyecto. Gracias por la paciencia.

Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Copyright textos e imágenes ©Paloma Todd para http://www.lunadeabril.com

23 enero, 2020 – luna de abril

Fuente: Luna de Abril – https://lunadeabril.com/2020/01/23/luna-nueva-en-acuario-desertores-de-conciencia/

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