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Artículo Síndrome de Down

(Trisomía 21; en el lenguaje popular «mongolismo» debido a la posición de los ojos con aspecto asiático)

Plano corporal: en el núcleo de todas las células está duplicado el cromosoma 21, con lo que se desarrolla una persona totalmente distinta (demasiado de algo esencial y básico), numerosas variaciones con respecto al desarrollo normal y habitual del cerebro; debilidad del tejido conjuntivo con extrema dilatabilidad de las articulaciones; una serie de signos externos como párpados hundidos, línea de simio en la mano, línea de sandalia; a menudo cardiopatía.

Plano de los síntomas: exceso de sustancia hereditaria: “sería mejor menos”; incapacidad psíquica en el sentido de minusvalía intelectual; a menudo, como compensación, gran profundidad de sentimientos y rica emocionalidad, a menudo relación natural con el máximo del sentimiento, con el amor; las débiles extremidades impiden abarcar el mundo de la manera habitual: el mundo difícilmente se deja coger, el avance resulta impedido o ralentizado; el trabajo se limita a funciones sencillas: por lo general sin ganas de rendir; en lugar de maduración y diferenciación, que se forman a partir de la unicidad, permanecer informe y con ello ligado a lo colectivo, reducida individualización; nueva manera de ser persona: la forma global concordante; equivale a un feto que ha adquirido capacidad de vida (no está formado), la creación de la forma se ha quedado en la etapa del boceto, difusa, poco estructurada, a menudo falta la expresión psíquica; acromicria congénita = falta de diferenciación de las zonas extremas del cuerpo (nariz, dedos, etc.); -› poca presión detrás de las cosas, acciones que apenas van dirigidas a un punto, prolongada indecisión respecto a todo; lenguaje indiferenciado, poco claro, indeterminado, expresión indiferenciada e insuficiente; no se ha formado la capacidad del pensamiento abstracto, la cumbre de la función del pensamiento, lo mismo que las restantes cumbres y extremos; el mundo permanece cerrado con sus diferenciaciones, el niño (también el adulto) apenas se puede reflejar; de las tres cualidades de la forma: estructura, calidad y esencia, la estructura es la más afectada por la tendencia regresiva; las tendencias regresivas se intensifican en el curso de la vida.

Realización: para el propio afectado (naturalmente): aceptar las limitaciones intelectuales debidas al destino y buscar otros puntos fuertes del desarrollo: vivir desde la esfera de los sentimientos, satisfacer las (propias) necesidades emocionales, predisponerse para los trabajos y cosas sencillas, poder ser niño durante más tiempo y disfrutar del principio lunar. Para los padres y educadores afectados: un hijo con el síndrome de Down trae, como todo hijo (sano), una compensación en la vida (lo que falta) con la tendencia a equilibrar la familia; a un punto fuerte intelectual se le opone un contrapeso: la imagen mágica del mundo del niño con síndrome de Down; las propias ideas y pretensiones se corrigen: el hijo no es la imagen de sus padres, sino algo totalmente propio, no se parece a ninguno de ellos sino que tiene su propia familia (Down), cuyos miembros son parecidos, independientemente de las razas, afectando incluso a los monos; constituye una misión y un reto mucho mayor y desacostumbrado; un niño de otro reino (“mongólico”) y de otro tiempo (el pasado humano, la vida antes del intelecto); las tareas que resultan de ello: relativizar el trabajo; comprobar la confianza en el destino de la propia vida; reconocer y aceptar que en última instancia la vida es algo que no puede planificarse; tener respeto ante cualquier vida; quien quería un hijo especial lo tiene (a veces de este modo retador); quien deseaba con especial urgencia un hijo, consigue uno especialmente infantil, que permanece siendo niño durante mucho tiempo y que espera los cuidados correspondientes.

Resolución: aceptar el impedimento psíquico y hacer de ello una oportunidad; apartarse de los juegos intelectuales, volver a las viejas áreas primigenias del ser humano y profundizar en el cerebro; estar-fuera-de-la-norma: posición alternativa autoconsciente; vivir conscientemente como persona sensorial: entrar en las percepciones primitivas e ingenuas; hacer las cosas sencillas y esenciales apelando más al amor que a la razón; hacer realidad la regla benedictina: “Ora et labora” (“reza y trabaja”); rescatar la ingenuidad: la cercanía a la unidad a menudo se conserva en caso de las lesiones cardiacas (-> defecto del tabique del corazón); Jesucristo: “Bienaventurados sean los pobres de espíritu, pues de ellos será el reino de los cielos”; los aztecas consideraban santos a los enfermos de trisomía, pues interpretaban su ingenuidad como una proximidad directa a la divinidad; después del shock inicial, también entre nosotros los hijos de muchos padres se convierten en “ángeles” o en un “regalo del cielo”.

Relación con los principios elementales: Luna / Plutón, Mercurio / Neptuno.

 

Tomado del libro La Enfermedad Como Símbolo.

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