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Artículo Orejas / Oído

Libro El Gran Diccionario de las Enfermedades por Jacques Martel.

OREJAS – OÍDOS EN GENERAL

La vista y el oído me permiten situarme en el entorno. Puedo ver cosas sin que haya sonido, puedo oír sonidos sin ver necesariamente de donde procede este sonido. Ambos sentidos forman una especie de “tres dimensiones” de mi entorno. Así las orejas (oídos) me permiten oír todos los sonidos que me rodean, tanto los que son armoniosos como los que no lo son.

La sordera total o parcial puede darse cuando no puedo tratar o aceptar lo que oigo. Si soy sordo es que se ha instalado un proceso selectivo de informaciones y que quiero oír sólo lo que me conviene y me corto de todo lo que se dice y lo que no me conviene. Este proceso selectivo es muy eficaz porque me permitirá reconocer, por ejemplo, la voz de mi hijo que busco entre una muchedumbre. Del mismo modo, este proceso actuará a la inversa por lo que no quiero oír.

De un modo indirecto, las orejas (oídos) permiten un mantenimiento del equilibrio cuerpo-mente evolucionando en el Universo. Este equilibrio me aguanta de pie, en alerta, permitiéndome estar centrado y seguir mi vía.

DOLOR DE OREJAS / OÍDOS

Dolores de oídos se producen cuando vivo una pena, estoy irritado o me siento herido por cosas que oí. También puedo tener la sensación de que nadie escucha lo que he de decir o estoy decepcionado por lo que me gustaría que me digan y no dicen jamás (cumplidos, agradecimientos, etc.). Es como si quisiera encerrarme y ya no estar en contacto con lo que me rodea.

El dolor de oídos se produce después de una crítica que ha llegado a mis oídos y que me estaba destinada o estaba destinada a otra persona. Lo que oigo me angustia y me duele, tanto físicamente como emocionalmente.

Si se trata de una infección en la oreja, probablemente oí palabras que me causan irritación, un trastorno emocional, un conflicto o desarmonía. Si tengo otitis, vivo mucha impotencia frente a lo que oí.

Si un niño vive una dolencia de los oídos, esto puede expresar un conflicto vinculado con el entorno familiar o la escuela. Los dolores de los oídos son frecuentes en los niños que oyen todo lo que dicen las personas mayores, las peleas de sus padres, sin poder dar su punto de vista.

Aprendo a conservar mis oídos “abiertos” en cualquier momento, desarrollando al mismo tiempo mi capacidad de desapego frente a lo que oigo. Así mi corazón puede mantenerse abierto en todo instante.

ACÚFENO

El acúfeno es el fenómeno que hace que oigo sonidos como silbidos, zumbidos, chisporroteos sin que esto tenga ninguna relación con mi entorno. Esto puede ser pasajero o permanente y puede producirse con intensidades sonoras diferentes. Cuando sucede esto debo tomar el tiempo de preguntarme si estuve a la escucha de mi voz interior. Es como si no estuviera perfectamente sintonizado con mi “aparato de radio interno”.

Cuando sintonizo un aparato de radio que está en ondas y que no emite música ni palabra, puedo “oír el silencio”. En cambio, si desplazo el receptor sobre una frecuencia en la cual no emite ninguna estación emisora, oigo un chisporroteo o silbidos, como si utilizase un puesto de onda corta.

¿Existirían emociones que hubiese reprimido por temor a perturbar mi equilibrio interior? Así, la vida me recuerda que he de estar a la escucha de mi voz interior, de mis necesidades y de mis deseos. Debo asumirme para disminuir el “nivel de ruido o las interferencias” que puedan existir en mis pensamientos y mis emociones. Porque el hecho de oír silbidos o estos zumbidos me indica quizás, también, que hay algo que ya no quiero oír y que estos sonidos van a “ahogar” para evitar que esto llegue a mis oídos.

Acepto abrir más mis oídos interiores (situados a 8 o 10 cm. detrás de mis orejas físicas) para estar en medida de captar mi voz interior.

Puedo pedir también oír más conscientemente los sonidos de la naturaleza y las melodías celestes para beneficiar de más paz y descanso en mí mismo. Cualquier acercamiento holístico como el yoga, relajaciones dirigidas, acupuntura, osteopatía, vitaminoterapia, energía, etc., puede ayudarme a disminuir el nivel de estrés y a devolver la tranquilidad interior. Puede que oiga también algo como el sonido de un riachuelo, un torrente, el tañido de campanas (pequeñas, medianas o gordas), gaita, viento en los árboles, zumbido de las abejas, miles de violines. Estos sonidos corresponden a sonidos que puedo oír en diferentes planos de realidades interiores y pueden permitirme determinar en cuál plano estoy sintonizado. Esto significa entonces que mi oído interno está abierto para oír más la realidad de estos mundos.

ZUMBIDO DE LOS OÍDOS

Los zumbidos se relacionan con que rehúso de escuchar mi voz interior, los signos interiores que guían mi vida. “Hago a mi antojo”, rehúso oír ciertas palabras que encuentro desagradables. Incluso puedo estar obstinado. Resisto porque tengo miedo de saber la verdad, de estar al corriente de una situación o incluso de tomar eventualmente una decisión. Esto puede incluso ponerme en desarmonía, y activaré un zumbido de oídos para no oír… Tengo la sensación de que una persona piensa en mí cuando en realidad generalmente es lo contrario. Puedo estar en tensión a causa de las ideas que me “andan” por la cabeza.

Aceptando quedarme abierto al nivel del corazón, puedo oír las palabras con más desapego. Ya no estoy obligado a hacerme el sordo.

OTITIS

La otitis es una inflamación en un oído o ambos oídos, y que tiene su causa en la incomodidad que puedo vivir frente a algo que oigo o que oí últimamente.

La otitis es frecuente cuando soy niño sobre todo debido a lo que se pueden decir mis padres entre sí o a lo que me dicen porque frecuentemente no soy capaz de expresar mi disgusto o mi frustración.

Adulto o niño, si bien esta pena puede proceder de lo que oigo, puede proceder también de lo que no oigo como por ejemplo: “te quiero”, “Enhorabuena por lo que acabas de hacer”, etc.

En general, cuando tengo una otitis, hay líquido que aparece detrás del tímpano. Lo que oigo debe entonces pasar a través de esta agua antes de ser oído. Esta situación es la misma que cuando era bebé en el vientre de mi madre. Por lo tanto, busco, incluso inconscientemente, por una otitis, volver a este entorno privilegiado. Prefiero quizás hacerme el sordo, taparme los oídos, para ya no tener que oír. Para mis padres es un signo de que vivo un conflicto interior y es importante que me permitan expresar lo que vivo para aportar una rápida curación.

Como adulto, la otitis me permite hacerme preguntas en cuanto a mi voz interior y ver: ¿la oigo?”, “¿Recibo mensajes que me molestan y me hacen enfadar con relación a lo que debo hacer o frente a lo que se me pide hacer?”

Es por la escucha, tanto interior como exterior, que puedo progresar en la vida,  permitiéndome estar centrado y evitar obstáculos inútiles.

SORDERA

“Más vale estar sordo que oír esto!”. Elijo dejar de oír, decido aislarme de los demás. Sintiéndome fácilmente rechazado, me “tapo los oídos” porque ya no quiero ser molestado.

Sin saber a veces qué contestar, me hago el sordo. Tengo miedo de estar manipulado y no acepto la crítica, no quiero entrar en razón. Por lo tanto creando esta barrera, me aíslo cada vez más, me obstino en no oír.

Sin embargo, lo quiera o no, el tiempo hace que los problemas no resueltos de mi vida vuelvan todos un día y deberé enfrentarme a ellos. Tendría interés en “prestar el oído” y escuchar mi voz interior que es la mejor consejera de mi vida.

El acto más bello de amor que pueda hacer es abrir mi corazón. Acepto oír los mensajes y me abro a los demás.

Libro OBEDECE A TU CUERPO, ¡ÁMATE! por Lise Bourbeau.

PROBLEMAS EN LOS OÍDOS

Bloqueo físico: Los problemas más frecuentes son: otalgia, otitis, mastoiditis, dolores, inflamaciones, eccemas y sordera.

Bloqueo emocional: Cualquier problema que impida oír bien es una indicación de que la persona juzga demasiado lo que oye y siente mucha ira interna. Busca taparse los oídos para no oír.

Las otitis son cada vez más frecuentes en los bebés, porque a los recién nacidos les resulta difícil oír las reprimendas de los adultos. Quieren oír razones inteligentes acerca de por qué actuar o no actuar de tal modo, en lugar de razones emotivas o mentales. También quieren oír palabras coherentes.

La sordera se manifiesta también en una persona que tiene dificultad para oír a los demás; está demasiado ocupada pensando en lo que va a decir. En general, es una persona que con facilidad se siente acusada y vive a la defensiva. Oír una crítica, aunque sea constructiva, la aflige.

Una persona terca, que se cierra a los consejos de los demás y sólo obra a su antojo, también puede crearse el problema de oír menos o de no oír nada.

Las personas que tienen miedo de desobedecer también tienen problemas de sordera. No se conceden el derecho de desviarse. Por otro lado, puede ser una persona tan sensible que no quiera oír los problemas de los demás por miedo a sentirse obligada a resolverlos y no tener tiempo para sí misma.

Si hay un dolor en el oído que no afecte la audición, el mensaje del cuerpo es hacerle saber a la persona que lo sufre que se siente culpable y quiere castigarse por lo que desea o no desea oír.

Bloqueo mental: Si no quieres o no puedes oír lo que sucede o se dice a tu alrededor (tienes los oídos tapados), es el momento de que comiences a escuchar con los oídos del corazón. Te ayudaría aceptar que aquellos a quienes te cuesta trabajo oír hacen lo que pueden, aun cuando no estés de acuerdo con ello. No es lo que dicen lo que más te molesta, sino tu percepción de lo que dicen. Si retomas la confianza en ti y aceptas la idea de que no necesariamente quieren perjudicarte, se te facilitará amarte más y abrirte a lo que los demás tienen que decir.

Si crees que los demás te quieren sólo cuando obedeces, es importante que cambies esta creencia. Ella te hace tener miedo de ser sorprendido en falta hasta el extremo de volverte sordo para tener una excusa por no haber obedecido.

Si eres del tipo que quiere resolver la vida de todos tus seres queridos, es preferible que aprendas a escucharlos sin sentirte responsable de su bienestar, en lugar de volverte sordo. De este modo serás más comprensivo y favorecerás la apertura de tu corazón en lugar de cerrar tus oídos.

En lo que respecta a los dolores en el oído, en lugar de acusarte es preferible que cambies tus creencias. Para ello, puedes compartir con los demás tus sentimientos de culpa, lo que te ayudará a comprobar si lo que crees es realmente cierto.

Bloqueo espiritual: Para conocer el bloqueo espiritual que te impide responder a una necesidad importante de tu SER, utiliza las preguntas sugeridas.

Libro Sana tu cuerpo por Louise Hay.

Oídos: Representan la capacidad de oír y escuchar.

Afirmación: Escucho con amor.

Otitis: Enfado. Deseo de no escuchar. Demasiado alboroto. Peleas entre los padres.

Afirmación: La armonía me rodea. Escucho con amor lo bueno y agradable. Soy un centro de amor.

Libro: La Enfermedad Como Símbolo por Ruediger Dahlke.

Orejas / Oídos

Interpretación simbólica: oído – el sentido para escuchar – obediencia; el pabellón de la oreja es un órgano receptor pasivo.

Misión / tema: dejar pasar; oír, escuchar, obedecer; humildad; escuchar en lo profundo las raíces de la vida; oscilar conjuntamente, compasión: “quién no escuche, sentirá”.

Principio elemental: Luna / Saturno

Otitis media

Plano corporal: oídos (obediencia).

Plano de los síntomas: conflicto agresivo en la mucosa del oído medio; dolor de oídos, súbito: grito del órgano de la audición pidiendo auxilio; escalofrío, fiebre: movilización general de las defensas; sordera: no querer escuchar / obedecer (la época principal de estas enfermedades es la fase de la infancia en la que se tratan estos temas); rotura de tímpano con supuración: descarga del exceso de presión desde la cavidad timpánica.

Realización: (para los padres afectados cuyos hijos reflejan a menudo sus problemas): discusión agresiva y activa sobre el tema de oír – escuchar  – obedecer; incluirlo en todas sus posibilidades; aprender a escuchar al exterior y obedecer al interior; aprende a obedecer a otros y a la voz interior propia; dejarse agitar y poner todas las fuerzas en la lucha por la obediencia; aprender a poner límites razonables (por ejemplo: frente a padres y educadores); apoyar el cierre al exterior de los oídos en favor de una dedicación hacia el interior; fomentar las irrupciones en los nuevos espacios de la consciencia.

Resolución: escuchar las voces interiores y exteriores, y poder obedecerlas.

Relación con los principios elementales: Saturno.

Otitis / dolor de oídos

Plano corporal: oídos (obediencia).

Plano de los síntomas: conflicto agresivo provocado por los temas de escuchar y de la obediencia; por lo general, en niños en la edad de aprender a obedecer: «quién no quiere oír, lo sentirá»; dolor de oídos que comienza de manera súbita: grito de auxilio del órgano de la la audición; fiebre, movilización general de las fuerzas defensivas del cuerpo; sordera: no querer escuchar / obedecer: «no te oigo»; rotura de tímpano con flujo de pus: descarga del exceso de presión de la cavidad timpánica; falta de predisposición a escuchar a alguien; los polos del egocentrismo y de la humildad están en desequilibrio.

Realización: (para los padres afectados, cuyos problemas, a menudo, se reflejan en los hijos): discusión agresiva y abierta sobre el tema de escuchar – obedecer; poner todas las fuerzas psíquicas disponibles en la lucha en torno a la obediencia; aprender a obedecer: a la propia voz interior, pero también a las voces externas; estimular el cierre de los oídos hacia el exterior a favor de una dedicación al interior; estimular las rupturas para ir a nuevos espacios de la consciencia; conquistar el centro entre la autoafirmación y la adaptación.

Resolución: escuchar las voces interiores y exteriores, y poder obedecerlas.

Relación con los principios elementales: Saturno / Marte.

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