
Los primeros párrafos de esta Newsletter tienen bastante jerga astrológica. Si prefieres, puedes saltarte esta parte e ir directo a mi testimonio. Además, en esta entrega, más abajo, encontrarás un audio en el que comparto temas que pedían mi oralidad; y también encontrarás las fechas de los próximos talleres presenciales en Barcelona.
En esta Newsletter, quiero honrar la energía de Leo. Voy a compartir algunos temas que me interpelan, vinculados a nuestra soberanía creativa, término que entiendo tiene todo que ver con la energía y el arquetipo de Leo.
El logo que hace de puerta a mi proyecto de SOBERANÍA CREATIVA honra este arquetipo, junto al de Virgo: Ella cabalga serena al lomo del León de los Cielos. La relación Leo-Virgo es el lugar donde encuentro ancla para lo que llamamos Arte y Terapia, o la creatividad al servicio de la salud. La creatividad al servicio de la libertad, que es salud, o viceversa. Éste es uno de los fundamentos de mi trabajo, de mi servicio. Es mi dharma.
Venus está ahora mismo en el grado 20 de Leo, el mismo grado en el que hizo la conjunción interior con el Sol el 13 de agosto del 2023, y abrió el ciclo de 18 meses que culmina en marzo del 2025. Este momento coincide con una mayor separación de Venus del Sol, por lo cual, si nuestro cielo está despejado, será ya inevitable ver a Venus al atardecer, en la dirección oeste. Te invito a que la busques, la mires y te dejes ver, para que te mire, para que nuestra Reina del Cielo te mire y te reconozca.
Mercurio acaba de hacer su entrada en Virgo, signo en el cual iniciará su retrogradación el 5 de agosto, día en que Venus ingresa en Virgo.
El 6 de agosto la Luna pasará entre Mercurio retrógrado y Venus en Virgo; el 8 de agosto Mercurio R y Venus harán una conjunción y el 14 de agosto Mercurio volverá a ingresar en Leo para, el 19 de agosto, hacer la conjunción con el Sol en el grado 26 de Leo.
El 29 de agosto Mercurio recupera su marcha directa en el grado 21 de Leo, a un grado de la conjunción interior de Venus y Sol del 13 de agosto.
Todo este movimiento astronómico y matemático es el fundamento energético y simbólico que precede la palabra. Precede al mito, precede la narrativa que estos planetas, en su danza y sincronía, nos ofrecen y revelan. Estos movimientos son externos e internos. Como es adentro es afuera, como es arriba es abajo es un principio hermético, y es que Hermes (Mercurio) es quien teje la narrativa entre cielo y tierra.
Poco se nombra del romance entre Hermes y Afrodita, Venus*Mercurio. De su amor nació Hermafrodito. La historia de Hermafrodito nos cuenta que la ninfa acuática Salmacis se enamora de él e intenta seducirlo. En su pureza e inocencia, Hermafrodito la rechaza y Salmacis suplica entonces a los dioses que nunca la separen de él. De esta fusión entre Salmacis y Hermafrodito, emerge entonces la figura andrógina de Hermafrodita, representada a menudo con cuerpo de mujer y genitales de hombre.
Hay algo en este mito que nos ayuda, tal vez, a darle un orden y sentido a nuestras narrativas celestes, a nuestra búsqueda de sentido y dirección. ¿Qué ancla nos ofrece la posibilidad de que Mercurio*Venus, en su danza íntimamente entre-tejida entre Sol y Tierra, sea modelo de la unión creativa entre lo masculino y lo femenino? ¿Qué cambio interno nos genera esta posibilidad, especialmente, a nivel creativo? Dejo la pregunta aquí para, tal vez, más adelante recuperar su trama.
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Mi punto de vista es que nuestra soberanía creativa nace de la posibilidad de reconocer y acoger un pensamiento creativo soberano, es decir, otro punto de partida para la interpretación de lo que nos sucede, y de nuestras posibilidades creativas. La danza de Venus y Mercurio es vital para la integridad de nuestro proceso creativo.
Si vuelves a mirar las fechas que desglosé más arriba, verás que la narrativa de este mes de agosto teje un eslabón vital en la totalidad del diseño del ciclo de Venus*Leo. Recordemos además que el inframundo de Venus, en este ciclo de Leo, fue en Géminis, signo gobernado por Mercurio, y que Virgo es también un signo gobernado por Mercurio. Así que nos invitó a estar bien atentas y atentos a estos cambios de perspectiva internos que nos permiten situarnos en otro lugar con relación a nuestros deseos creativos, proyecciones y materializaciones futuras.
En la rueda del Zodiaco Tropical, la transición entre Leo y Virgo es el lugar en el que en el cielo sideral se encuentra la estrella fija Regulus.
El 28 de Noviembre del 2011 la estrella fija Regulus (Alpha Leonis), después de 2,000 años, pasó de la constelación de Leo a Virgo. Regulus permanecerá casi 70 años en el grado cero de Virgo. Regulus es la estrella que está en el Corazón del León, en la constelación de Leo. Este cambio nos habla de una mudanza del ego (Leo) al servicio (Virgo).
Así que hay algo importante en este ciclo de Mercurio retrógrado en el que su llamada nos convoca a revisar la relación entre creatividad y salud, ego y servicio.
Puesto de otra manera, que nuestro proceso de soberanía creativa pasa por un cambio de perspectiva cuya raíz es somática.
Es decir que nuestros síntomas corporales son la voz de un cambio de consciencia que nos puede llevar a una mayor libertad de expresión.
Leo tiene que ver con subir al escenario, con visibilizarnos y con brillar. Tiene que ver con la generosidad y la confianza de compartir nuestro ser, nuestras creaciones, con expresarnos como soles vivos que somos. Es el arquetipo del Yo Soy, Yo Creo, Yo Brillo.
Venus ha recuperado su visibilidad en el cielo de la noche. A partir de ahora la veremos ascender en brillo y altura en nuestro cielo del atardecer, y con ella la fuerza creativa y expresiva de Leo a través de nuestros deseos e intenciones. Es un momento semilla que desplegará sus alas en acciones y decisiones importantes, pero todo a su tiempo. Por ahora, estamos en la fase de honrar y reconocer esta fuerza del deseo creativo a nivel interno y empezar a modificar las prácticas y hábitos necesarios para acoger este cambio de rumbo. Es decir, a crear un cuerpo que sostenga este fuego creador.
A menudo fracasamos en este intento de crear algo nuevo porque no hemos desarrollado una forma o método acorde a la energía del deseo interno. Intentamos dar forma a lo que quiere brotar y hacerse visible con los recursos y estrategias del pasado, con prácticas y hábitos no actualizados. Un proceso creativo íntegro implica, no sólo un deseo y una capacidad de hacer tiempo y espacio para la práctica sostenida de crear, sino, y, sobre todo, un cambio interno vinculado a nuestra valorización, permiso y merecimiento necesario para ser otra persona, para cambiar ante los ojos de la comunidad que recibe nuestras creaciones.
Lo que quiero decir es que muchos de los deseos que no llegan a materializarse, o a salir al mundo y ser compartidos, no es por falta de talento que no lo hacen, ni de recursos, sino porque tenemos miedo de las consecuencias sociales y comunitarias de compartirnos libremente. Nos comparamos. Usamos la mirada ajena como medida. Le damos poder a la crítica. Para sostener nuestra singularidad en el escenario de la vida, sea colectivo o vincular, necesitamos un cuerpo que sostenga nuestra verdad.
Lo he dicho muchas veces, y no está de más repetirlo, la cultura de la crítica, la evaluación, la comparación se nutre en gran parte de la vergüenza, del miedo a la singularidad, a la humillación, envidia, indiferencia, rechazo, y la lista es larga. Siéntelo y hónralo porque esta es la herida; que no es sólo tuya o mía, sino que está profundamente arraigada en la desvalorización colectiva de nuestra singularidad y diferencia. Pero, la revalorización, la restauración del reino creativo, del merecimiento y el permiso a ser, necesita de todo el cuerpo. Es una experiencia somática. No pasa sólo por la palabra, la mente, la intención y el deseo. Necesita encarnarse primero. Por eso descendemos al inframundo, a las capas profundas del soma, de la herida no honrada, a los territorios exiliados. Es ahí que rescatamos la energía primero, el permiso después y, sólo desde ahí, entonces, el deseo abre sus alas y se eleva para entregar su voz y creación al mundo. En confianza, coraje y humildad.
Ésta es la medicina de Venus.
Restaurar los cimientos de nuestra creatividad implica hacer frente a la sombra profunda, a la vulnerabilidad implacable de habitar somáticamente nuestra desvalorización. De reconocer cómo nos mueve, cómo nos teje en círculos de repetición, de impotencia humillante y canceladora; y para eso hay que ir al otro lado de la luz, hacia las sombras profundas de un corazón roto, envenenado por la toxicidad de la vergüenza. Esta herida es compartida, es colectiva y es política.
Venimos del inframundo de Venus, es decir la conjunción exterior de Venus con el Sol, que fue el 4 de junio, en el signo de Géminis. Este inframundo de Géminis tiene que ver con dar la palabra, con hacer cuerpo de narrativas que sean coherentes con la expresión libertaria de nuestro ser, palabras que no traicionen nuestra verdad interna más profunda. Es un buen tiempo para confesar –sin miedo, sin control– lo que realmente nos mueve y motiva a renunciar a nuestro deseo. Sea esta renuncia consciente o no. Porque inconscientemente, renunciamos. Micro-renuncias que pasan desapercibidas en nuestras omisiones, nuestros despistes, nuestras posposiciones. Grandes renuncias cuando elegimos quedarnos en el bucle adictivo de la autonegación, cuando sabemos que estamos atrapados en una renuncia dolorosa y, sin embargo, leales a la herida no habitada, nos quedamos en el mismo lugar.
Llevo desde el 1994 acompañando procesos creativos ajenos, como docente, tallerista, terapeuta y en supervisión de proyectos, y en distintos marcos, por lo cual soy testigo del enorme bloqueo creativo que nos inhibe y censura la visibilización de nuestra esencia, así como la capacidad de compartir nuestra voz. Nos inventamos escusas, procrastinamos nuestros partos, cuestionamos la pertinencia de nuestra voz, nos empequeñecemos para pertenecer. También imitamos o nos amparamos en la singularidad ajena y copiamos para sentirnos seguros y seguras, pero es un engaño, un autoengaño.
Llega un momento en que ya no se trata de crear escusas para postergarnos, sino de tomar las riendas y empezar a asumir el liderazgo y la responsabilidad de nuestra narrativa. Puede que los primeros pasos afirmativos sean minúsculos, vulnerables, que tengamos que hacer labores clandestinas a nivel interno, para engañar las voces que nos niegan lo que más deseamos. Puede que nos demos cuenta de que nuestro autoengaño, nuestra autonegación y desvalorización es una adicción, que hay una parte nuestra que extrae un beneficio o placer perverso en negarse a sí misma. Duele exorcizar la vergüenza y reconocer que, tal vez, una parte nuestra inconscientemente es presa de la herida de la humillación.
Así que esta temporada de Leo y Virgo, junto al tránsito retrógrado de Mercurio entre estos dos signos, nos ofrece un marco para profundizar en estas narrativas en las que nos acomodamos, esas escusas que seguimos perpetuando para no subir al escenario, para seguir en la frustración de nuestra mediocridad. Sí, estoy consciente de que uso una palabra dura, cargada, pero tiene su medicina, es un conjuro, una flecha que despierta tu dignidad dormida, que sacude tu pereza, que te convoca a la generosidad, el coraje y la ferocidad de ponerte primero. Uso una palabra provocadora, que te levante y anime a dar un sí, en confianza, a tu creación, a tu singularidad. A tu sí, a ti, sin excusas, tal vez con miedo, pero sin excusas. Todo esto que nombro es la energía de Leo.
La etimología de la palabra mediocre nos lleva a mitad de camino de una montaña. Esto proviene de medius medio + ocris montaña escarpada del griego okris cima, punto.
Así que, en general, siento que estamos siendo interpelados a dar un paso más, a salir de nuestros escondites. A salir de nuestros armarios. Siento que algo que ha estado dentro necesitas dejarse ver, ser nombrado. Siento que es algo que tiene muchas capas y velos. Siento que Mercurio nos puede ayudar a develar esta verdad, la confesión profunda del deseo vivo en mí, en ti.
Cuando surge un síntoma, un patrón o una emoción, o surge algo que nos interpela, un insight, propongo desempaquetarlo, término que rescato del inglés, unpacking, para nombrar esas capas vivas debajo de la superficie. Para empezar a descubrir cuáles son sus raíces y qué sabiduría nos ofrenda, hay que desempaquetarlo, abrirlo, descubrir sus capas, ver lo que habita y habla desde el centro oculto.
Hoy, quiero desempaquetar algunas cosas que me han interpelado en estos últimos meses, que pueden parecer inconexas, pero que creo que, si me siento aquí a buscar las vías para nombrarlo, puedo empezar a encauzar lo que de mi cuerpo quiere salir a la luz.
El acto de escribir es una revelación constante, pues escribo no tanto porque quiero que me leas, que agradezco que lo hagas, sino porque si no escribo no me entero. El acto de escribir es el puente que me permite enterarme de lo que quiere ser dicho, revelado en mí, a través de mí, y este acto aquí es público. Es mi oráculo vivo. Y también hay un lugar más allá de la escritura, que es la palabra orada, el compartir por audio las voces que -crudas- se asoman en mi garganta y no llegan a la página, quieren abrirse paso directamente desde mi aliento.
Así que en esta Newsletter quiero hablar de diversos temas vinculados a nuestra soberanía creativa en estos tiempos, es decir a la posibilidad de sostener una estética y un criterio propio de cómo queremos vivir nuestra vida, cómo queremos crearla, habitarla, nombrarla, en un mundo estéticamente dominado. Hablo de la dominación estética. De dictaduras estéticas. No solamente de dictaduras económicas o médicas, o de las dictaduras morales, de los poderes que insisten en decirnos cómo tenemos que pensar, cómo tenemos que actuar. Me refiero a la narrativa que interfiere con nuestra experiencia del gozo encarnado y de la belleza sentida cuerpo y alma adentro. Es decir, el imperativo externo de cómo sentir la experiencia de ser nosotras y nosotros mismos. Dictaduras que intervienen directamente en la experiencia orgánica de ser humanos y de expresarnos y ocupar nuestro lugar en el escenario con integridad. Es aquí donde el arquetipo de Leo junto a Virgo es vital para sustentar el derecho al yo, a la singularidad vivida cuerpo adentro como una expresión de nuestra integridad.
Dictaduras que habitan nuestra percepción, que se meten dentro de nuestro cuerpo y dentro de nuestra mente, para decirnos que eso que sentimos y experimentamos no es real, no pertenece a la narrativa consensuada. Y hablo de un dominio estético en el sentido de que habitamos en una realidad de imágenes creadas, moldes expresivos, que se han ido acumulando en nuestro imaginario mental y que han ido trans-generacionalmente colonizando nuestra mirada, creando un mundo disociado y falso, un mundo cada vez más sintético.
Ésta es la estrella invertida de Venus. Es pura magia revertida. Para quien tenga oídos para escuchar que sepa que lo que nombro aquí es que este mundo de la imagen disociada del cuerpo es el mundo de la ilusión, de la magia manipuladora.
El mago, ¿qué hace? ¿Cuál es su truco? Con una mano hace una cosa y nos distrae, mientras que, con la otra, hace otra. Ésa es la magia ilusoria. La magia de la percepción. Te distraigo con esto mientras que con lo otro te domino, te colonizo. Porque la colonización no se da sólo con las armas, no sólo con la dominación, no se ejerce sólo por la fuerza. La colonización también se ejerce mediante la intimidación, la manipulación y/o la seducción. Encantamientos que se dan gracias a la disociación de nuestro cuerpo, gracias a cortar las raíces de nuestra percepción encarnada en un cuerpo habitado. La magia de la Tierra es otra, es es la de Virgo, integrada al reino de la vida, anclada en un cuerpo.
Así que estamos empezando a tocar estos temas. No me interesa predicar en un vacío. ¿Quién soy yo para dar lecciones de ética o de moral?, me interrogo siempre. Hablo desde la experiencia empírica, desde mi oráculo caminado en procesos orgánicos. Es decir, de tener una relación con el cuerpo oracular que soy, desde el cual la verdad y la sabiduría hablan en soberanía, ante la cual me inclino para escuchar y discernir. Nombro desde un proceso curativo íntimo.
Predico con mi cuerpo oracular lo que implica ser artista en este tiempo. Ser mujer creadora, artista y lo que implica vincularse en este mundo en el intento de sostener estos principios. Entonces desde aquí, para mí, hablar, revelarme o mostrarme, también tiene que ver con honrar las dificultades. Las dificultades, errores y fracasos. Honrar también cuando las cosas no salen bien. No salen como quiero. No salen a la imagen construida mentalmente de lo que creo que quiero.
Me atrae cada vez más la medicina del error. Los errores que intentamos encubrir o disfrazar. Observa, reflexiona en las maneras constantes en las que intentamos demostrar al mundo lo bien que hacemos las cosas, lo bien que nos salen, lo estupendos y estupendas que somos, vendiéndonos, promocionándonos. Decimos, mira qué bien lo hago. Ven a hacerlo igual de bien conmigo. Y ahí encubrimos, omitimos, todo lo que no va tan bien, todo lo que va mal.
Bien y mal, son los ejes de la moral que atenta contra nuestra soberanía creativa. Atrapados en esta polaridad que nos corta las alas, barremos debajo de la alfombra la parte más jugosa de nuestra humanidad. Porque realmente, desde el punto de vista creativo y, por lo tanto, también terapéutico, y, en mi caso específicamente, desde la praxis arteterapéutica, el fracaso y el error son nuestros grandes maestros y aliados. Nos ofrecen siempre una hermosa oportunidad, no solamente de encarnar la humildad del proceso creativo, de reconocer que no las tenemos todas con nosotros, que cometemos errores y que aprendemos con ellos; sino que realmente, si desempaquetamos lo que llamamos fracaso, vamos a descubrir que es un gran tesoro, que en el error o el fracaso está la cura.
Pero como somos así, perfeccionistas, exigentes y controladores y además queremos quedar bien y seguir alimentando esta cultura del triunfo, el éxito y la victoria, entonces seguimos dándole poder a una narrativa de la cual es muy difícil independizarnos. La exigencia es demasiado grande cuando le damos el poder de definir lo que somos a la mirada ajena. En verdad es letal.
Así que propongo hoy una resignificación creativa y soberana del fracaso como vía que nos lleva hacia una mayor libertad y verdad propia. El fracaso amoroso, el fracaso económico y el fracaso creativo corresponderían arquetípicamente al inframundo de Venus, porque Venus tiene que ver con la integridad afectiva, creativa y económica. Así que en este ciclo astrológico que he desglosado más arriba, sigue las fechas y presta atención a cómo se despliega esta narrativa.
Te invito a que hagas un inventario de tus fracasos, de tus ruinas, de tus humillaciones, de las vergüenzas que mueven tus hilos. Cohabita con esta pandilla de recursos ignorados. Siéntate con ellos, dánzalos, píntalos, escribe desde sus voces en ti, pídeles que revelen la lección que no aprendiste, el regalo que no recibiste, el velo que no corriste. Verás que son un consejo de sabiduría ignorada que te espera paciente en algún rincón de tu alma*soma. Puede que estas preguntas muevan síntomas, puede que los síntomas revelen puertas. Hay una relación viva entre el deseo y el cuerpo y, a veces, reaprender a sostener el deseo orgánico en el cuerpo duele y tiene sabor a purga.
Así que hoy he decidido compartir un pequeño inventario de mis grandes fracasos y algunos triunfos nacidos de mis fracasos habitados. Espero que te sirva para soltar algunas amarras y nudos, para convocar nuevos permisos y para autorizarte a ser irreverente con tus propias dictaduras internas.
Desempaquetando el fracaso, diría que tiene mucho que ver con la idea que tenemos de nosotros mismos, de cómo debemos hacer las cosas o de cómo los demás las hacen, y obedecer o seguir esos dictados. Se trata entonces de darnos cuenta de que, en algún momento, el ejercicio de nuestra soberanía creativa –o de la soberanía energética o somática, que es lo mismo– nos va a llevar a tener que romper con lo que hemos alimentado hasta ahora, a darnos cuenta y despertar a cómo el fracaso me lleva entonces a una mayor capa de autoconocimiento y de libertad. Esto tiene un impacto directo en nuestros vínculos y en nuestra capacidad de comunicar y compartir con quienes nos acompañan en este camino de vida. Entonces en este ciclo de Mercurio retrógrado entre Virgo y Leo, también habrá la oportunidad de reconocer qué lugar ocupa la integridad soberana de nuestro deseo creativo en determinadas relaciones y de darnos cuenta, tal vez, que el no sentirnos reconocidos o validados por quienes nos importan es una puerta reveladora del poder que estamos entregando, en vez de hacer cuerpo y sostenerlo. Es decir, que las frustraciones vinculares en estos momentos son bellas invitaciones a subirnos al lomo de nuestro león y dejar de buscar escusas en la devolución que los espejos nos hacen, o no nos hacen, y mirarnos, reconocernos y validarnos en soberanía íntima y propia.
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Y volviendo a la unión de Hermes y Afrodita –Mercurio*Venus– antes mencionada, y su hijo-hija que se transforma en la unión masculino y femenino, de nuevo, te pregunto, ¿cómo te interpela este mito? ¿A qué te invita? ¿Cómo aterriza en tu cuerpo?
Así que la narrativa vinculada a mis fracasos la voy a compartir en formato de audio. Cada vez más encuentro este formato pertinente para mí y también para quien aprecie lo que tengo que decir en una mayor cercanía, compromiso e intimidad. El audio también ofrece una nueva frontera de consentimiento para ti.
Amo el arte de escribir y lo que el acto de escribir revela y, también, amo la oralidad. Estoy consciente que de que hay una oralidad poética en mi escritura, y también en el oráculo somático hay una voz que pide libertad y expresarse de manera directa, sin que medie la escritura.
Gracias por escucharme. Aquí el audio.
Por favor, por respeto a la intimidad de este espacio, a mi voz y energía no compartas este audio sin mi autorización.
Recuerda que las tres palabras anclas de mi proyecto de Soberanía Creativa son ORALIDAD, PERTENENCIA y MISTERIO.
Con oralidad nombro la dimensión creativa y arteterapéutica de mi trabajo.
Con pertenencia nombro mi trabajo con la ciclicidad y las narrativas mito astrológicas;
y con misterio nombro la poética del descenso voluntario al inframundo, al reino de la oscuridad, la muerte y la resurrección.
NOTICIAS Y GRATITUDES
Quiero compartir contigo algunas gratitudes y noticias para la próxima temporada. Durante este mes de julio hubo dos eventos muy gratos y transformadores para mí. Uno fue el encuentro SÍNODO, el pasado 6 de julio, en Barcelona, en el cual un grupo de más de 60 personas nos reunimos en un mismo espacio, presencialmente, en compañía de quienes, hasta ahora, han sido mis dos grandes referentes del trabajo con el ciclo sinódico de Venus, Adam Gainsburg y Gary Caton. Tuvimos la bendición, la alegría y el honor de conocerlos en persona y de recibirles en este territorio de Cataluña, junto a la organizadora y manifestadora de este milagro venusino, Olga Hueso y junto a su súper equipo de apoyo y traducción.
En este encuentro pasaron muchas cosas, pero para mí, la más importante y la que quiero poner aquí sobre la mesa, es que –después de años trabajando en solitario con el ciclo sinódico de Venus con el Sol, después de años poniendo la palabra y cuerpo al servicio de algo que me ha atravesado y de lo cual estoy profundamente convencida– este camino es real. Es un camino íntimo que me ha llevado a una gran transformación creativa y a la renovación de mi fe y vocación espiritual y ahora después de todos estos años, el poder sentir la flor de Venus*Leo, convocarnos a la visibilidad y el reconocimiento compartido, y abrirse, para poder mirarnos a los ojos, olernos, sentirnos y confirmar colectivamente que éste es un camino real. Que éste es un camino anclado en tierra, hecho de cuerpos y de verdades encarnadas y materializadas, compartidas y reconocidas en común mirada, en comunidad. Siento que Venus nos ha hecho un grandísimo regalo en ofrendarnos un acto de fe compartida, una prueba de que lo que estamos haciendo tiene valor y contundencia, tiene sentido. Así que quiero compartir mi gratitud por todo lo ahí vivido, por las personas que se presentaron, por lo abrazos y ofrendas y por la magia contundente de Venus, que nos dio una grandísima lección de liderazgo horizontal, orgánico y creativo.
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Por otro lado, el fin de semana siguiente a SÍNODO, ofrecí un taller presencial de dos días para honrar el renacimiento de Venus como estrella de la noche, aquí en Barcelona, donde por primera vez pude poner mis recursos y dispositivos creativos y terapéuticos al servicio de Venus, al servicio de este ciclo de Venus en Leo y al servicio de la salida de Venus del inframundo. Así que quiero agradecer al grupo de personas que se reunieron en torno a esta intención y este trabajo. Fue un grupo muy comprometido. Pudimos llegar muy profundo y lejos y también pudimos confirmar corporalmente el poder de nuestro deseo y de nuestra voluntad creativa. Pudimos palpar la capacidad de transformar y de regenerarnos en gozo, en vuelo y en alegría. Así, tuvimos la experiencia de abrir nuestras alas y habitar nuestros cuerpos creativos. De mi parte, ha sido confirmar lo que ya sé, que es que cada vez más quiero abrir espacios de trabajo y compromiso presencial, fuera de la silla, de las pantallas y sin posibilidad de experimentarlo en diferido. Lo presencial nos compromete con el presente, con lo irrepetible y con el ejercicio de la memoria encarnada. Lo presencial es ceremonia.
Eso no quiere decir que niegue el trabajo online, y menciono algo de esto en el audio que les comparto, sin embargo, creo que en estos tiempos también es vital encontrarnos y hacer cuerpo de todas estas enseñanzas. Por ahora mis grupos presenciales son pequeños. Son grupos de no más de 12 personas. Creo que éste es mi límite, por lo menos en estos momentos, para poder profundizar, dedicarnos tiempo, para no precipitarnos, para honrar lo íntimo y lo cercano.
PRÓXIMO CICLO DE TALLERES PRESENCIALES EN BARCELONA
ANUNCIO que abro tres espacios nuevos de talleres presenciales en torno al ascenso de Venus como estrella de la noche, para septiembre, octubre y noviembre. Comparto aquí las fechas y si sientes la llamada nos escribes a info@soberaniacreativa.net para hacer tu solicitud y formalizar tu reservación.
Estos tres encuentros están vinculados directamente con el tránsito de Venus y en qué momento de su narrativa astronómica y mitológica con relación al mito de Inanna se dan.
Puedes hacer los tres ciclos o los puedes hacer por separado.
Voy a proponer la misma consigna que propuse con el encuentro de julio. Si participas es para comprometerte, para mojarte, para ensuciarte, para llevar tu cuerpo al límite de lo que el espacio y la propuesta convoca, para dar tu palabra, para honrar la intimidad compartida.
La condición para estar estos tres talleres es haber ciclado por lo menos un ciclo de Venus, conmigo. Así que si has estado en la punta de Venus Leo hace 8 años, si has estado en la Escorpio o en la de Géminis, o estás ahora en la de Leo, puedes participar. Y si no has ciclado con Venus, pero has estado en MUJER OFRENDA, escríbeme y podemos evaluar tu participación. Y si estás ciclando –o has ciclado– con Venus fuera de mi espacio, con alguna otra persona, y sientes la llamada, lo puedo considerar después de un intercambio por correo. Daré prioridad a las personas que están ahora mismo ciclando en el grupo de Leona Blanca.
FECHAS Y HORARIOS PRÓXIMOS TALLERES PRESENCIALES
14 y 15 de septiembre: SEGUNDO PORTAL DE ASCENSO: sexualidad, eros y creatividad
12 y 13 de octubre: TERCER PORTAL DE ASCENSO: límites, territorio y poder personal
30 de noviembre y 1 de diciembre: CUARTO PORTAL DE ASECENSO: amor con raíces y corazón encarnado
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Horario: sábado y domingo de 11 a 20hrs, con pausa para comer.
Lugar: La Casa de la Voz, en Gracia, Barcelona.
Valor: 228 euros por encuentro.
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Nuestra dirección es: Soberanía Creativa – M.Bracetti 20 – San Juan, PR 00925 – USA
Dom, 28 julio
Fuente: Facebook Soberanía Creativa
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