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Artículo Alta y Baja Alquimia

Según el diccionario en línea, la alquimia es el precursor medieval de la química, basado en la «supuesta» transformación de la materia. Se ocupaba particularmente de los intentos de convertir metales básicos en oro o de encontrar un elixir universal. También es un proceso «aparentemente» mágico de transformación, creación o combinación.

El antiguo origen de la palabra Alquimia viene al inglés a través del francés antiguo y del latín medieval del árabe “alkīmiyā”, de “al” = ‘el’+ “kīmiyā” (del griego ‘khēmia’, ‘khēmeia’= “el arte de transmutar metales”).

Según el diccionario Webster, la alquimia es 1: una ciencia química medieval y una filosofía especulativa que tiene como objetivo lograr la transmutación de los metales básicos en oro, el descubrimiento de una cura universal para la enfermedad y el descubrimiento de un medio para prolongar indefinidamente la vida. 2: Es “un poder / energía / fuerza o proceso que cambia o transforma algo de una manera misteriosa o impresionante”. 3: “una transmutación inexplicable o misteriosa”.

Desafortunadamente, el diccionario continúa diciendo lo siguiente: “Hoy reconocemos la alquimia como una pseudociencia, y le damos a la química el lugar que le corresponde como un campo científico serio, pero los dos términos inicialmente se superponían en significado antes de separarse por el siglo XVII, tal como sucedía con la astrología y la astronomía durante el mismo período”. Esto es como cortar la cabeza y pensar que estamos salvando el cuerpo, un engaño total.

Entonces, traigamos algo de verdad a esta palabra altamente confusa e incomprendida y a la verdad que intenta revelar. Primero, permítame decir que la alquimia se ha practicado en todo el mundo durante un gran lapso de tiempo. Los egipcios y los toltecas la practicaban, al igual que los chinos y los árabes, y así sucesivamente. ¿Cómo podría una filosofía tan especulativa y tan loca prevalecer en todo el mundo durante tanto tiempo si no hubiera alguna verdad en ella? Como tantas verdades antiguas, la práctica de la alquimia era una metáfora y altamente simbólica. Originalmente no tenía nada que ver con metales preciosos. La transformación de los metales básicos en metales preciosos se usó simplemente como una metáfora de verdades más profundas, sobre la capacidad humana para subir niveles u octavas de conciencia, moverse a frecuencias más altas y experimentar una realidad y una percepción diferentes a las previas. La práctica de la alquimia fue utilizada como un símbolo para la transformación de la conciencia.

Cuando una persona está vibrando a un nivel inferior, su tendencia a trabajar de manera alquímica se manifiesta como superstición, amuletos de buena suerte, comportamiento de tipo TOC para evitar la negatividad y brindar seguridad, etc. Esto se debe a que en las bajas frecuencias es la falsa personalidad la que está a cargo de la experiencia y tiende a ocupar su tiempo en obsesiones temerosas. Aquí tenemos todos los rituales del béisbol y otros deportes en los que tanto los jugadores como los espectadores se comportan de forma extraña usando sus sombreros al revés, etc. para anotar carreras o ganar el juego. Aquí también está el comportamiento de cruzar los dedos, no pisar las grietas entre las baldosas en las aceras, usar ropa ritualizada, llevar patas de conejos, evitar los gatos negros y cosas por el estilo, tatuarse con amuletos especiales y una lista interminable de comportamientos mágico-religiosos y esperanzadores. A todo esto podríamos llamarlo alquimia falsa o fingida porque, si bien puede parecerse a la alquimia real, no es en modo alguno la verdadera. Básicamente es un compromiso con el pensamiento mágico, los delirios, con miedo de escapar de las consecuencias dolorosas de las malas decisiones o con la esperanza de crear mágicamente la buena fortuna desde un lugar de temor. A pesar de la civilización moderna, la mayoría de las personas en el mundo se involucran en este tipo de comportamiento, al menos una parte del tiempo. Debido a esto, la psicología cognitiva, la teoría psicoanalítica y la mayoría de los psicoterapeutas tienden a considerar cualquier cosa que no esté totalmente basada racionalmente como un pensamiento mágico y consideran que esto es patológico. Si bien esta es una forma correcta de ver la participación de la mayoría de las personas en el pensamiento mágico, es completamente errónea cuando se trata del enfoque chamánico o místico de la vida. Cuando una persona se eleva a niveles más altos y comienza a operar desde la esencia, es capaz de involucrarse en la verdadera alquimia. La verdadera alquimia no es de ninguna manera un pensamiento mágico o delirante. Se basa en una comprensión mucho más profunda de cómo funciona la realidad y de cómo manejar el ser un ser humano en este plano denso llamado mundo físico.

Jesús era un entrenado alquimista. Una de sus frases famosas fue: «He aquí, yo hago nuevas a todas las cosas». Esa es, de hecho, una declaración de alquimista. Lo que quiso decir fue que cuando subo a octavas superiores (el reino de Dios), cambio mi percepción y, “sorpresa!”, todo es nuevo. Por supuesto que eso es verdad. ¿Por qué más diría esto un avatar tan brillante y poderoso? Como de costumbre, cuando habló no estaba diciendo: «Yo soy el único que puede hacer esto, ustedes no pueden». Cuando habló, como de costumbre, estaba enseñando con el ejemplo y diciendo: «cuando cambio de octavas todo se vuelve fresco y nuevo, y tú también puedes hacer esto».

Entonces, lo que estaba diciendo era que a medida que una persona se eleva en frecuencia, comienza a responder desde los auspicios del yo-esencia y la verdadera alquimia se hace posible. Entonces, ¿qué es la verdadera alquimia y cómo funciona? La verdadera alquimia es el cambiar la realidad al cambiar nuestra percepción de la misma. Es eso. ¿Es posible que sea tan simple? Pues sí y no. Digamos que estoy caminando al lado de un basural y veo a muchas personas sin hogar revolviendo la basura tratando de encontrar algo para comer. Normalmente esto sería deprimente de ver y tal vez sentiría lástima por ellos o tal vez cambiaría de dirección y me alejaría tratando de no pensar en lo que vi. Nada de estas respuestas sería útil en absoluto. Sólo refuerzan la oscuridad y el dolor de las actividades. Así que tal vez trato de silbar una melodía alegre o de reproducir una música en mis auriculares más fuerte para cambiar mi estado de ánimo. ¿Esto ayuda? No, en absoluto. Eso también refuerza la oscuridad y el dolor, porque es un intento de cambiar las frecuencias proveniente de un lugar de resistencia. Eso no funcionará, nunca.

Bueno, tal vez decido orar por ellos y le pido al espíritu que los ayude a encontrar una salida. Esta es una solución ligeramente mejor y al menos no refuerza tanto la oscuridad. Pero todavía no es la solución, porque refuerza sutilmente la percepción de que este evento es horrible y no quiero que esto jamás me suceda a mí. He juzgado que es terrible y, de hecho, eso lo vuelve así, porque la percepción influye en la realidad al ayudarla a manifestarse de esa manera.

Esto se está poniendo difícil ahora. ¿Cómo puedo experimentar este evento sin contribuir al problema? Porque parece que todas las vías empeoran las cosas. Hay algo de verdad en esto. La forma en que hemos estado percibiendo nuestra realidad durante miles de años ha sido bastante desastrosa. Vivimos en un mundo de sufrimiento interminable en parte porque seguimos percibiéndolo de esa manera. Y la mayoría de la gente diría «bueno, por supuesto que percibo que el sufrimiento es terrible». Tal vez ese sea un paso más por sobre el disfrutar del sufrimiento de otras personas y ayudar a crearlo deliberadamente. Y quizás es un paso por encima del estar tan desconectado, desenganchado o insensible que realmente no me preocupo por mis semejantes. ¿Qué hacer?

Aquí es donde entra la alquimia. No quiero resistirme a lo que veo o a lo que experimento, ni quiero juzgarlo y condenarlo porque, en mi percepción, lo encierro en un lugar negativo que se traduce al mundo físico y se convierte en ello. No quiero fingir que todo está bien porque eso es deshonesto y es un encubrimiento, y tampoco quiero ignorarlo porque es un evento importante y no un accidente que haya caminado en esa dirección y lo haya presenciado, atestiguado.

Ahhh, esa es la palabra clave, “atestiguado”. La pregunta es cómo, ¿cómo lo presencio y qué estoy presenciando? Sí, parece que mis compañeros en el basurero están sufriendo, pero eso es una distracción parcial. Hay otras cosas más importantes que están sucediendo aquí. Estoy presenciando a mis semejantes, seres humanos que son creaciones del Espíritu. No estamos separados. Por lo tanto, yo estoy en el basurero con ellos y ellos están aquí conmigo, tal vez caminando con el estómago lleno. Porque ellos son parte de mí y del Espíritu, yo los amo y en algún nivel ellos me aman. Todo esto es verdad, todo esto es bueno. Los veo en su belleza. Los veo en su perfección. Los veo como estando aquí conmigo, en esta experiencia de estar en una frecuencia más alta.

Considera por un momento que la versión de física cuántica de todo esto dice que observar o presenciar algo determina si se convierte en una partícula o sigue siendo una onda, determina si se convierte en realidad o si se mantiene como una posibilidad. Es a través de nuestra atestiguación deliberada y enfocada de algo que participamos en la creación.

Atestiguar alquímicamente a alguien en su verdad lo cambia todo. Todo esto se comunica a cada uno de los recolectores de basura al instante. Su mundo ha cambiado, tal vez de manera sutil, tal vez de manera dramática. No soy lo suficientemente inteligente como para saber quién ha elegido esta experiencia para su propio aprendizaje y tiene más aprendizajes por realizar. Tal vez no esté en mi poder remover eso. No soy lo suficientemente inteligente como para saber quién estaba esperando un cambio sutil que tal vez resulte en una elección que los libere de esta forma de ser en su realidad. No siempre soy lo suficientemente inteligente como para saber con quién tengo acuerdos para ayudarlo en este mundo. Sólo hago lo mejor que puedo trabajando con mi alquimia, sabiendo que mi percepción altera y transmuta directamente el reino físico. Quizás sea conducido a otras acciones y haga ciertas donaciones o tal vez le escriba a mi congresista sobre cómo satisfacer las necesidades de estas personas de una manera diferente. Tal vez no hay nada concreto que pueda pensar en hacer. Tal vez haga arreglos para que venga una organización benéfica que alimente y albergue a estas personas etc. Hay muchas posibilidades. Lo importante es que estas posibilidades están todas llenas de luz y no de mis juicios o de mi propio dolor añadido al de los demás.

El verdadero desafío de este tipo de alquimia es liberar miles de años de mala percepción y cambiar de marcha hacia una forma de percepción totalmente diferente. El recordar hacerlo es el desafío principal, porque las viejas formas tienden a persistir, especialmente cuando son reforzadas por toda la maldita cultura. Necesito despertarme por la mañana y recordar que puedo ver de manera diferente y luego debo recordar durante el día practicarlo. Curiosamente, aunque esto se siente mucho mejor, la tentación de volver a caer en la negatividad es muy fuerte debido al hábito. Así que necesito idear formas de recordar cómo ver de una manera nueva con la mayor frecuencia posible. Una de las claves es buscar signos sutiles de que esta nueva forma de ver realmente crea transformaciones.

Hace poco fui a unas aguas termales en Colorado y en la noche, después de oscurecer, me deslicé en una piscina que era lo suficientemente grande como para que otras personas también se remojaran. Me senté y comencé a escuchar sus conversaciones, que eran muy típicas de nuestros tiempos. Iban pasando de un tema negativo a otro. Decidí volver a percibirlos como hermanos y hermanas del Espíritu, perfectos en todos los sentidos. Como estaba oscuro, realmente no podían verme claramente, así que me ignoraron. Sin embargo, de inmediato uno de ellos trajo el tema de una dolencia física y los otros comenzaron a hablar sobre cómo era posible la curación y que conocían un terapeuta que podía ayudarlo. Toda la conversación cambió a algo muy positivo. En ese momento me sentí demasiado acalorado y salí de la piscina para ir a una más fresca, maravillándome de lo que había presenciado. Por supuesto, pude haber decidido que todo estaba en mi cabeza, pero no lo hice. Algo había sucedido en esa piscina y lo sabía. No fue por nada de lo que hizo mi personalidad. Fue totalmente el Espíritu en acción. Intenta tus propios experimentos con esto. Mira lo que descubres. Tu ser inferior querrá descartar lo que sea que percibas como transformador. Asegúrate de ignorarlo y sólo considera que quizás tu percepción altera la realidad. Ese sería un buen trabajo.

 

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15 de Marzo 2019

Traducción: Marcela Borean

Fuente: El Mananial del Caduceo en La Era del Ahora

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