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Artículo Escuchar: saber escuchar

Los mayores no sólo tienen que enseñar sino, y es lo más difícil, tienen que saber escuchar: los esposos saber escucharse y saber escuchar a los hijos. 

Nuestra sociedad padece de falta de ESCUCHADORES y le sobran HABLADORES QUE AHORA NO SOLO HABLAN SINO TAMBIÉN ESCRIBEN

Qué bien se siente un hijo, una esposa, un esposo cuando ha sido bien escuchado.

La INDIFERENCIA ES UN PRIVILEGIO QUE NO PUEDEN USAR LOS ESPOSOS, MUCHO MENOS LOS PADRES. Jamás ser esposo, esposa o padres indiferentes en el seno de la familia. Se está obligado a tomar partido. El «no te metas » no puede ser ante un problema del matrimonio o de un hijo.

Escucharse con atención entre los esposos y a los hijos es un privilegio -junto a la palabra- que prestigia al ser humano: usar las dos en su justa medida.

SE ENSEÑA A HABLAR, A ESCRIBIR, A BAILAR, A GUSTAR, A CRITICAR, ETC., ETC. PERO NO ENSEÑA A ESCUCHAR

Ya es clásico en la abnegada maestra el » SILENCIO NIÑOS, ESCUCHEN… 

No solo se habla sino que se quiere imponer lo que se dice olvidando que se aprende escuchando

Los esposos se quejan de falta de diálogo; pero para dialogar se necesita escuchar primero.

Es lo que el matrimonio necesita: escuchar y dialogar. Son muy diferentes las respuestas después de escuchar y mejores después de dialogar

Escuchar y dialogar perfecciones exclusivas humanas bases de la felicidad del matrimonio y de la familia

Nunca en la vida diaria, en la TV, etc. se siente «déjeme pensar, lo escucho» pero si «permítame la palabra».

Nos equivocamos hablando; muy poco o nada escuchando.

La valorización y el escuchar son dos elementos muy importantes para la buena formación de los jóvenes y muchas veces el hogar no los brinda. Ello genera jóvenes con muy pocos recursos sociales, con comportamientos antisociales, desubicados, etc., etc. por más secundario o universidad cursados.

Los peyorativos: ordinario(a), mal puesta, desubicado(a), grosero(a), obstinado(a), vulgar, etc., etc. indican que esa persona merecedora de esos calificativos carece de auto-estima porque no se ha valorizado y no sabe escuchar; las dos falencias más comunes de nuestra sociedad.

Se debe insistir para que los jóvenes asimilen estos principios básicos y fundamentales, como saber leer y escribir.

Desafortunado el matrimonio donde uno de los esposos no tiene buena auto-estima y como casi siempre esto se acompaña de no saber escuchar, la felicidad tiene por delante una muralla infranqueable.

Los matrimonios distanciados -comienzo de separación- se quejan de falta de dialogo, lógico porque para que haya dialogo hay que saber escuchar

 

Fuente: http://es.catholic.net/escritoresactuales/657/1905/articulo.php?id=17903

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