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Artículo INSOLACIÓN – y Su Relación Mental / Emocional

Si me expongo demasiado tiempo al sol, corro el riesgo de tener una insolación que se traducirá por una quemadura de la piel y un acaloramiento que es una subida de mi temperatura en mis centros nerviosos. Bien por accidente (me dormí al sol), bien por un cálculo erróneo del tiempo de exposición, o por cualquier otra razón, vivo probablemente una culpabilidad para hacer que la vida me “castigue de este modo”.

Si estoy de vacaciones, puedo preguntarme si pienso merecer realmente dichas vacaciones. La piel está en relación con lo que vivo interiormente y lo que vivo exteriormente. Puede que viva frustración vinculada con el hecho de tomar consciencia de que mi vida, exteriormente, no es siempre lo que quisiera que sea interiormente. La intensidad de la quemadura del sol o del acaloramiento me indica la importancia de cierta forma de desesperación que albergo.

Necesito aumentar mi estima de mí, reconocer quien soy, apreciarme en mi justo valor. Pido a la vida que me enseñe y me ayude a apreciar las cosas bellas que me da. Así irradiaré más y ya no tendré necesidad de que “el sol me pique” para recordarme que tome mi lugar en la vida.

 

Tomado de “El Gran Diccionario de Las Enfermedades” de Jacques Martel.

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