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Artículo La Conjunción VESTA – KIRÓN – JUPITER en Aries

Hoy tenemos una única formación planetaria que vale la pena mencionarse, por el hecho que raramente ocurre en nuestras vidas y si tienes menos de 47 años entonces esta es tu primera vez.

Pero vayamos parte por parte: Kirón o Chiron o Quirón, como más te resuene, es el centauro hijo de Saturno (Cronos) y la ninfa Philira o Filira, rechazado por su madre al nacer por ser mitad hombre, mitad caballo, algo que como el destino que todos heredamos de nuestra familia, no es su culpa, y lo que creó así una nueva especie llamados Centauros. En general, los centauros son todos bestias salvajes, pero algunos como Kirón y Pholus (Folo) no lo son. Kirón es el único de su especie que es inmortal por ser hijo de un dios. Los demás comparten un padre de personalidad bastante dudosa, llamado Ixión, inherentemente deshonesto, que asesinó a su propio suegro y osó enamorarse de la mujer del Dios máximo Zeus (Júpiter) que lo había ayudado a liberarse de terribles castigos por el hecho de haber asesinado a miembros de su propia familia, por lo cual recibió el terrible castigo de dar vueltas infinitas, por el Submundo, atado a una rueda.

A pesar de esto Kirón es un ser criado por Apolo y por Thetis, quienes lo instruyeron no sólo en el arte de la guerra sino también en la Astrología, la Medicina, es Kirón quien educa a Asclepios, el primer médico, sino también en el arte de curar con hierbas y la Naturaleza. Es realmente sabio y por, sobre todo, a pesar de haber sufrido muchas injusticias, no es víctima. Su divina naturaleza, siendo medio hermano de Júpiter, y Vesta, Juno, Ceres, Neptuno y Plutón, se manifiesta en su inmenso sentido de justicia (está relacionado con Sagitario y también Virgo. Es realmente lo que llamamos el «curador herido» y a quien relacionamos en Astrología con el trauma y la eterna herida, esa que nos provoca el convertirnos en individuos, y el lanzarnos a vivir en nuestra propia verdad, en vez de sólo siguir el mandato tribal y familiar. Representa el dolor de dejar lo conocido, establecido por nuestra sociedad y tribu (Saturno) y atrevernos a liberarnos de ello (Urano) para ser quien realmente somos.

Kirón, el asteroide al cual le hemos dado su nombre, fue descubierto en 1977, justo el año después a que viviésemos la anterior conjunción con Júpiter en Aries, que ocurrió en Marzo del 1976. Kirón lleva 51 años en dar la vuelta al Sol y Júpiter apenas 12 años. Kirón gira entre las órbitas de Saturno (su padre) y Urano (su abuelo), lo que nos habla del aspecto ancestral de nuestra herida y tiene una órbita muy irregular y pasa menos de 2 años en Leo y Virgo, pero en Aries y Piscis entre 8 y 9 años. Este tránsito actual en Aries comenzó en 2018 y durará hasta el 2027. Por tanto, a pesar de que pueden encontrarse cada unos 12 años, no lo hacían en el signo de Aries desde el 1976. En el 2009 se juntaron en el signo de Acuario. La próxima conjunción de estos dos será en Géminis en el 2036 pero tendremos que esperar hasta Marzo del 2070 para que lo vuelvan a hacer en Aries.

Para daros una idea del ciclo de este pequeño asteroide en nuestra vida: esta es una pequeña tabla para entender cuando pasamos las diferentes cuadraturas y oposición a sí mismo en nuestra carta astral. Todos vivimos su retorno a los 51 años pero dependiendo de cuando hayas nacido vivirás el ciclo a diferentes edades:

1950 – 1ra cuadratura a los 16 años y la oposición a los 35 años
1956 – 1ra cuadratura a los 21 años y la oposición a los 36 años
1965 – 1ra cuadratura a los 21 años y la oposición a los 29 años
1970 – 1ra cuadratura a los 19 años y la oposición a los 26 años
1982 – 1ra cuadratura a los 10 años y la oposición a los 16 años
1993 – 1ra cuadratura a los 6 años y la oposición a los 19 años
2000 – 1ra cuadratura a los 14 años y la oposición a los 36 años.

La lección más importante de Kirón en nuestra vida es lo que Gabor Maté explica tan elocuentemente.:

«El trauma no es lo que te sucede, es lo que sucede dentro de ti como resultado de lo que te sucedió. El trauma es una restricción, es una limitación en tu cuerpo y tu capacidad mental para responder en un momento presente desde tu auténtico yo. Esencialmente es una restricción de tu ser auténtico en un momento presente».

Kirón debe aprender a vivir con su naturaleza animal, herencia de sus padres que se habían convertido en caballos para aparearse. Es en nuestra naturaleza Kirón que aprendemos a vivir con nuestras limitaciones y nuestra herida.

Vesta es aquella voz más suave e igualmente poderosa que nos empuja a concentrarnos en lo que hacemos y nos otorga el talento para focalizarnos y no abandonar nuestra pasión. Muchos de nosotros no prestamos atención a su voz y nos dispersamos en búsqueda de aquello que nos hará sentir completos sin darnos cuenta que es en la perseverancia, donde radica el regalo. Perseverancia significa quedarnos haciendo lo que amamos aún en momentos donde la creatividad no fluye, donde quizás no encontramos el reconocimiento o inspiración necesarios o aun cuando no podemos ganar lo suficiente para continuar. Vesta nos dice: si a pesar de todo ello, no abandonas tu camino, tu propio proceso de perfeccionamiento, al final, llega el obsequio divino»

Tanto Vesta como Kirón se relacionan con el signo de Virgo, esa dimensión de Virgo que nos inspira a perfeccionar lo que tenemos, a trabajar sobre lo que aún no está perfecto, sin intención necesariamente de llegar a la perfección, pues el proceso Virgo es trabajar sobre lo imperfecto y es en ese proceso que radica y se encuentra el regalo. Vesta y Kirón son hermanos, entienden el mandato familiar divino, de buscar en su interior esa divinidad heredada. Vesta lo hace omitiendo la relación con hombres en busca de su propia media naranja y Kirón ayudándoles encontrar su fortaleza interna.

Júpiter por su lado es quien destrona a su padre (Saturno) y le obliga a vomitar los hijos e hijas que se había comido. Les ofrece otra oportunidad de vida, los salva de las entrañas paternas para tener la oportunidad de Ser independiente. Se junta con ellos en la gran batalla contra los Titanes y crea el Olimpo y una nueva estirpe de dioses, los Olimpios. Le otorga a su hermano Hades (Plutón) el Submundo y él se adjudica el Cielo con sus hermanas y hermanos y se casa con una de ellas, Juno.

En las conjunciones de Júpiter-Kirón en el pasado tuvimos hechos extraordinarios como desafiantes. En 1928 fue en Tauro y la televisión vino a nuestras vidas; en 1945, concluyó la Segunda Guerra Mundial, con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pero también fueron fundadas las Naciones Unidas. En1962, los Beatles emergieron y cambiaron la música popular para siempre. En 1976, un año terrible para Argentina, cuando los militares se hacían con el poder, y también tuvimos la masacre de la plaza Tianament en China, pero al mismo tiempo comenzaba la saga de «Guerra de las Galaxias». En 1990 Harry Potter fue creado por una madre desempleada viviendo del gobierno.

Júpiter-Vesta y Kirón en Aries es un magnífico impulso hacia la aventura de Ser, a pesar de lo obstáculos, de los desplantes, de las dificultades, de los inconvenientes. La energía Aries es de un poder extraordinario y nos pide manifestación, reconociendo nuestras limitaciones e imperfecciones. Es en Aries donde las imperfecciones no importan pues lo esencial para este primer signo de Fuego es SER. RE-conocerse y sobrevivir por encima de todo. El elemento Fuego encuentra en Aries su máxima expresión. El Fuego puede consumirse, pero es mucho más difícil en Aries donde la «manifestación» y la «transformación» son imperativas. Fuego nos otorga Pasión, Intención y Poder. Fue el regalo de Prometeo a nosotros simples mortales, después de robárselo a los dioses, hecho por el que fue castigado por Zeus, siendo atado al monte Cáucaso donde un águila comía su hígado cada día, ya que de noche se recuperaba, debido a su inmortalidad. Hermoso símbolo del proceso que consciente o inconscientemente vivimos a raíz de esta triple conjunción. Aunque estemos «contentos» haciendo cosas que niegan nuestro Ser, algo nos dice que no podremos vivir en paz hasta que no encontremos el balance entre estos tres elementos. Júpiter representa nuestro espíritu e intelecto que pide expresión a pesar de nuestra herida y limitaciones con la ayuda de Vesta que nos ofrece la oportunidad de callar el exterior y concentrarnos en nuestro interior.

Si te distraes con lo superficial y externo, Vesta subirá su tono de voz y te mostrará el camino, de la mano de Kirón que nos acompaña en el proceso de auto-aceptación, bajo la guía del Dios máximo, Júpiter que nos inspira hacia el mirar más allá de nuestro horizonte diario. Júpiter nos da el regalo de la Confianza, de la Fe en un futuro mejor y en la magnífica inconmensurable experiencia de Vivir.

 

Marzo 12, 2023

Fuente: ASTROLOGÍA ARQUETÍPICA – CRISTINA LAIRD

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