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Artículo La Curación Vibratoria – Por Paramhansa Yogananda

La vida humana puede compararse a una casa provista de tres ventanas, la del cuerpo, de la mente y del Alma. A través de estas aperturas entran los tres tipos divergentes de la perfecta luz de Dios, conocidos como Rayos de Salud, Rayos de Facultad y Rayos de Sabiduría. Esta Tríada de Rayos es responsable de la salud perfecta, la ecuanimidad mental y la iluminación del Alma del hombre. Por eso se habla del hombre como creado a imagen de Dios. Pero entonces surge la pregunta: si el hombre está hecho a semejanza de Dios, ¿por qué sufre de tantas maneras?. La respuesta es que el hombre, como Hijo de Dios, comparte la independencia del Ser Divino. El hombre esencialmente fue hecho como un Dios y, como tal, tiene el privilegio y la libre opción del gran Dios de eclipsar esa imagen con el error o de mantenerla luminosa y resplandeciente con los rayos de la salud, el poder y la paz. El hombre goza de la independencia peculiar y el libre poder de vivir en la casa de la vida con las ventanas portadoras de salud, fuerza y luz, abiertas o cerradas. Así es que cuando cierra las ventanas de la vida, los Rayos ultravioleta de la Conciencia Cósmica quedan fuera y él vive en la oscuridad de la enfermedad física, la inquietud mental o la abismal ignorancia del Alma. La mayoría de las personas tienen una o más de sus ventanas de la vida cerradas y bloqueadas durante años. Por eso padecen enfermedades crónicas. Su rescate reside en el conocimiento de la ley por la cual pueden abrir por si mismas sus ventanas y disfrutar de nuevo de los saludables Rayos de Conciencia Cósmica.

El hombre quiere la curación instantánea por el poder de Dios, pero no se da cuenta de que el trabajo de curación le corresponde a si mismo y que, en primer lugar, Dios nunca quiso que estuviera enfermo. Dios le dió el privilegio original y la libertad de elección para recibir los Rayos o dejarlos fuera. Dios no puede modificar Su ley arbitrariamente por el soborno de ceremonias especiales, la oración ciega o la parcialidad. Él sólo se conmueve por la ley y el amor. El amor es la ley. Cuando el hombre cierra las ventanas de la vida dadoras de salud, poder y luz y las mantiene cerradas indefinidamente, debe hacer por si mismo el esfuerzo de abrir esas ventanas de nuevo para permitir que la luz, dispuesta siempre a ayudar libremente y que continúa llamando, entre.

Todas las enfermedades físicas, las inarmonías psicológicas y las enfermedades del Alma nacidas de la ignorancia, se derivan de la propia falta del hombre, que deja fuera los Rayos de Dios. Y la conclusión lógica, legítima, es que si conscientemente o no, cierra las ventanas de la vida dadoras de salud, debe abrirlas de nuevo por su propio esfuerzo. La ignorancia de la ley no puede ser una excusa para escapar de los efectos de una ley que se ha infringido. Hay muchas formas de abrir las tres ventanas de la vida bloqueadas. Esas formas pueden llamarse genéricamente «Curación». Y la curación en general puede clasificarse en Curación Física; Curación Psicológica, de preocupaciones, temores, nerviosismo, etc. y Curación Espiritual de la ignorancia del Alma. Hay muchos tipos de Curación, cada uno de los cuales puede usarse en la cura de enfermedades físicas, mentales o espirituales. Entre los diferentes tipos de curación a través de la medicina, inyecciones, afirmaciones, masaje, ajustes de nervios o vertebrales, a través de la imaginación o por el poder de la fe, la Curación Vibratoria es de gran importancia.

La Curación vibratoria consiste en crear y enviar vibraciones a los individuos enfermos, internamente por medio de energía cargada de fuerza de voluntad o externamente por medio de cantos impregnados de superconciencia, entonaciones de la voz humana, palabras, frases y afirmaciones vivificantes.

Los métodos de vibraciones interiores de energía, sólo pueden conocerse y utilizarse siguiendo un sistema de Ejercicios espirituales como los que ofrece el Yogoda. La buena disposición y la determinación, mantienen la sangre vitalizada con energía vital. Incluso el hombre común, si es capaz de mantener su iniciativa mental y su actitud de disposición al trabajo continuamente, encontrará su sangre cargada de flujo vital, haciéndole inmune a la invasión de bacterias. Mantener la sonrisa interior, latir con alegría y estando siempre dispuesto a actuar y con la ambición espiritual de ayudar a los demás, son no sólo buenos ejercicios mentales, sino que mantienen constantemente abastecido el cuerpo de energía cósmica fresca, que desciende al cuerpo a través de la puerta de la Médula Oblonga.

La voluntad fuerte atrae la energía de los Rayos de Conciencia Cósmica que rodean el cuerpo, a través de la puerta de la Médula Oblonga.

El hombre no vive sólo de pan (u otros alimentos), sino de toda palabra (energía vibratoria vital) que fluye (en el cuerpo humano) a través de la boca de Dios (es decir, la apertura de la médula oblonga, a través de la cual el Principio de Vida Cósmica Consciente entra en el cuerpo humano). Por consiguiente, fortalece tu voluntad y determinación en todo. Tu cuerpo vibrará entonces internamente con la corriente de vida.

Un hombre de voluntad fuerte, utilizando la intensa vibración de su mente, puede echar fuera la enfermedad, el fracaso y la ignorancia; pero el poder de vibración debe ser más fuerte que la vibración de la enfermedad física o interior. Cuanto más persistente sea la enfermedad, más fuerte, más inquebrantable y más firme deben ser la determinación, la fe y el esfuerzo de la voluntad por ponerse bien.

 

Edición: Romina Medina – Profesora de Hatha Yoga Dinámico.

Fuente: (Inner Culture, septiembre 1936)

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