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Artículo ¿Que dirían ustedes respecto a la posibilidad de controlar la formación de los vasos sanguíneos por parte de nuestra mente? ¿Cuál es el camino fisiológico y mental y el beneficio de este poder?

La transformación de las células de los vasos sanguíneos en otros tejidos se relaciona con señales enviadas por el sistema nervioso central. La estructura y comportamiento de los vasos sanguíneos están sumamente regulados por el cuerpo para que el sistema cardiovascular pueda brindarle sangre fresca oxigenada a los tejidos basándose en las ‘necesidades’ de los mismos. Si ustedes están huyendo de un leopardo necesitan sangre para alimentar sus brazos y piernas al escapar del peligro, y cuando han comido, necesitan sangre en los intestinos para alimentar los procesos utilizados por la digestión. El punto es: los diferentes comportamientos requieren diferentes patrones de flujo sanguíneo. El patrón de flujo sanguíneo del cuerpo es regulado por el cerebro que interpreta las necesidades del cuerpo y entonces envía señales a los vasos sanguíneos para controlar la función y la genética de las células que recubren el vaso sanguíneo.

La sangre sirve como el proveedor tanto de la nutrición del cuerpo como del sistema inmunológico. Los vasos sanguíneos tienen diferentes caracteres de comportamiento cuando se involucran con la función de nutrición (crecimiento) o cuando se emplean en una respuesta a la inflamación (protección).

El status funcional y estructural del vaso sanguíneo se basa en las necesidades del cuerpo. La mente es el director fundamental de las necesidades del cuerpo, de manera que los pensamientos y creencias que actúan a través del sistema nervioso redundan directamente en la liberación de neuro-químicos que influyen en la genética y en el comportamiento de los vasos sanguíneos.

Consecuentemente, nuestra mente puede mejorar nuestra salud al regular apropiadamente la actividad vascular, y puede con igual facilidad sabotear nuestra salud si la mente le envía señales reguladoras inapropiadas a los sistemas del cuerpo.

 

Traducción: Fara González

Fuente: El Manantial del Caduceo – La Era del Ahora.

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