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Artículo Cuerpo Sano, Planeta Sano

Cuido el templo de mi cuerpo

proporcionándole alimentos nutritivos y

haciendo mucho ejercido. Amo todas

las partes de mi cuerpo, que siempre ha

sabido curarse a sí mismo.

Un jardín de curación

Siento verdaderamente que formo una unidad con toda la vida. Estoy en armonía con las estaciones, con el tiempo que hace, con el campo y la vegetación y con todos y cada uno de los seres que moran en la tierra y el mar y vuelan por los aires. No puede ser de otra manera. Todos usarnos el mismo aire, la misma tierra, la misma agua. Somos totalmente interdependientes.

Cuando trabajo en mi jardín, enriqueciendo amorosamente la tierra de cultivo, sembrando, cosechando y reciclando, siento esta unidad. Puedo tomar un pequeño sector de tierra dura e improductiva, muchas veces lleno de malas hierbas, y transformarlo poco a poco en una rica marga que va a sustentar la vida en todas sus muchas formas. Es como tomar un sector de nuestra mente lleno de pensamientos y hábitos destructivos y alimentarlo para que pueda crear y sustentar experiencias sanas y enriquecedoras. Los pensamientos positivos y amorosos producen salud. Los pensamientos negativos, de miedo y odio, contribuyen a la enfermedad, al mal-estar.

Podemos sanar nuestra mente. Podemos sanar nuestra alma. Podemos sanar nuestra tierra de cultivo. Podemos contribuir a crear un planeta sano donde todos prosperemos y vivamos dichosos, tranquilos, a gusto. Pero sólo cuando nos amemos a nosotros mismos podremos realizar esta curación. Las personas que no se respetan a sí mismas rara vez respetan el medio ambiente, y rara vez sienten siquiera la necesidad de cuidarlo. Sólo cuando amemos la naturaleza y estemos en armonía con ella, podremos convertir nuestra Tierra en un fértil jardín. Cuando veas lombrices de tierra en tu jardín, entonces sabrás que has creado un ambiente que sustenta la vida.

La Tierra es verdaderamente nuestra madre; la necesitamos para sobrevivir. Ella no  necesita a la Humanidad para prosperar. Mucho antes de que llegáramos a este planeta, la Madre Tierra estaba muy bien. Si no tenemos una relación de amor con ella, estamos muertos. Ya es hora de que cambiemos el impulso de destrucción que hemos creado.

En los dos últimos siglos de evolución, supuestamente civilizada, hemos causado más destrucción en este planeta que en los dos mil siglos anteriores. En menos de 200 años se ha hecho más daño al planeta que en los 200.000 años anteriores. Esto no habla mucho en favor de la forma en que hemos cumplido la responsabilidad que se nos ha confiado.

No se puede talar un árbol y esperar que la cantidad de oxígeno que se produzca sea la misma que antes. No se pueden verter substancias químicas en los ríos y esperar beber esa agua sin que afecte a nuestro cuerpo. Nosotros y nuestros hijos tenemos que beber ahora de esa agua impura. No se puede llenar la atmósfera de toxinas y substancias químicas y esperar que el aire se limpie solo. La Madre Tierra hace lo que puede para combatir estas prácticas destructivas de la Humanidad.

A todos nos hace falta desarrollar una relación íntima con la Tierra. Háblale, pregúntale: «Madre Tierra, ¿de qué manera puedo colaborar contigo? ¿Cómo puedo recibir tu bendición y bendecirte a mi vez?». Es necesario que amemos esta pequeña bola de tierra que gira por el espacio. Es todo lo que tenemos en estos momentos. Si no la cuidamos, ¿quién lo hará? ¿Dónde viviremos? No tenemos derecho a salir al espacio exterior si no somos capaces siquiera de cuidar nuestro propio planeta.

La conciencia de nuestra Tierra existe en una relación temporal diferente. Le tiene sin cuidado que aquí haya seres humanos o no. La Tierra es una gran maestra para quienes se toman el tiempo de escucharla. La vida no acaba aquí, haga lo que haga la Humanidad. La Tierra continuará. Solamente la Humanidad volverá a la nada de donde procede, a no ser que cambiemos nuestras costumbres. Todas las personas del mundo, vivan donde vivan o como vivan, tienen una relación íntima con la Tierra. Procura que la tuya sea amorosa y fortalecedora.

Mi filosofía sobre los alimentos

Los alimentos que preparamos para nutrir nuestro cuerpo proceden de las cosechas. Cocinados sencillamente, con pocos ingredientes, son lo adecuado para un cuerpo humano sano. En Estados Unidos nos hemos alejado de la comida sana para recurrir a la comodidad de la comida rápida. Somos el país donde hay más personas obesas y enfermas del mundo occidental. Consumimos en exceso alimentos grasos y procesados, llenos de productos químicos. Apoyamos a los fabricantes de comida a expensas de nuestra salud. Los artículos de más venta en los supermercados son: los refrescos, las sopas de lata, el queso procesado y la cerveza. Todos ellos contienen enormes  cantidades de azúcar y/o sal, y no nos ayudan en absoluto a estar sanos.

Las industrias cárnicas y de productos lácteos, por no hablar de las tabacaleras, nos engañan, insistiendo en que esas enormes cantidades de leche y carne son buenas para nosotros. Sin embargo, precisamente esas grandes cantidades de carne y productos lácteos contribuyen a la abrumadora incidencia del cáncer de mama (y otros cánceres) y de enfermedades cardiacas que hay en este país. El excesivo uso y abuso de antibióticos está introduciendo enfermedades nuevas e inusitadas en nuestra vida. Los antibióticos matan la vida. La comunidad médica reconoce que no tienen manera de atacar estas nuevas enfermedades, de modo que se vuelven a las acaudaladas empresas farmacéuticas para que torturen a los animales con el fin de probar sus productos y crear una nueva sustancia química que sólo va a contribuir a deprimir nuestro sistema inmunitario.

Hormonas producidas por ingeniería genética invaden nuestra leche, y por lo tanto es un riesgo para la salud tomar también otros productos lácteos, como yogur, mantequilla, queso, helados, crema de leche, nata y cualquier otra cosa que se haga con leche tratada genéticamente. Estas hormonas también proceden de las empresas farmacéuticas. Como es un tema que te afecta, es necesario que sepas si la leche que compras contiene hormonas producidas por ingeniería genética. Pregúntalo en la tienda donde la compras y exige una respuesta.

Averigua si los helados que das a tus hijos no los están envenenando lentamente. Antes los helados se hacían sólo con leche entera, huevos y azúcar. Actualmente no se exige a los fabricantes que pongan en la etiqueta los muchos productos sintéticos que usan.

Mi filosofía básica sobre los alimentos es: Si crece, cómelo; si no crece, no lo comas. Las frutas, las verduras, los frutos secos y los cereales crecen. Los dulces y los refrescos no crecen. Lo que crece nutre el cuerpo. Los alimentos procesados, fabricados por el hombre, no pueden sustentar la vida. Por muy atractiva que sea la imagen impresa en el paquete, no hay vida dentro de él.

Las células de nuestro cuerpo están vivas y, por lo tanto, necesitan un alimento vivo  para crecer y reproducirse. La vida ya nos ha proporcionado todo lo que necesitamos para alimentarnos y mantenemos sanos. Cuanto más sencilla sea nuestra comida, más sanos estaremos.

Somos lo que pensamos y lo que comemos. Sabiendo que lo que damos siempre vuelve a nosotros, suelo preguntarme cuál será el karma de los fabricantes que a sabiendas producen alimentos que dañan el cuerpo, o de los que fabrican cigarrillos y ponen aditivos en ellos para que creen más adicción.

Es necesario que nos fijemos en lo que introducimos en nuestro cuerpo. Porque si nosotros no lo hacemos, ¿quién lo hará? Prevenimos la enfermedad viviendo conscientemente. Algunas personas consideran que su cuerpo es una máquina que se puede maltratar y después llevarla al taller para que la reparen.

Mi camino de curación

A mediados de los años setenta me diagnosticaron un cáncer. Fue en esa época cuando me di cuenta de todos los pensamientos negativos que nadaban en mi conciencia. Desgraciadamente también había una gran cantidad de comida basura acumulada en mi cuerpo.

Sabía que para curarme era esencial que eliminara las creencias negativas que contribuían a mi mal estado físico y también la forma perjudicial en que, sin saberlo, había estado alimentando mi cuerpo.

Mi primera medida fue emprender un camino holista y metafísico hacia la curación. Pedí a los médicos que esperaran seis meses a operarme, con la excusa de que necesitaba ese tiempo para reunir el dinero que costaba la operación. Y entonces encontré a un médico naturópata maravilloso que me enseñó muchísimo sobre la salud holista.

Me dio una dieta que consistía predominantemente en alimentos crudos; asustada como estaba por el cáncer, la seguí al pie de la letra durante seis meses. Comí enormes cantidades de brotes y puré de espárragos, me hice hacer limpiezas de colon, me sometí a terapia de las zonas reflejas de los pies, y yo misma me ponía enemas de café.

También daba largas caminatas, rezaba, y realicé una terapia intensiva para liberarme de viejos resentimientos de mi infancia. Lo más importante fue que practiqué el perdón y aprendí a amarme y cuidarme. En la terapia aprendí a a ver la verdad de la infancia de mis padres; cuando comencé a comprender cómo fueron educados, pude empezar a perdonarlos.

No puedo decir que alguna de estas cosas por sí sola produjera la curación, pero pasados los seis meses los médicos me dijeron lo que yo ya sabía: ¡No había ni un solo rastro del cáncer!

Combustible sano para el cuerpo

Desde esa época de mi vida he explorado muchos y diferentes sistemas holistas, y he descubierto que algunos se adaptan mejor a mi estilo de vida personal que otros. Descubrí que me gustaba la comida macrobiótica, pero que empleaba demasiado tiempo en cocinarla. También me gustó el programa de alimentos crudos de la especialista en nutrición Ann Wigmore y otras personas, que es muy purificador y delicioso. A mi cuerpo le encantan los alimentos crudos en verano, pero en invierno sólo puedo comer cantidades limitadas de ellos, porque mi cuerpo tiende a enfriarse demasiado.

El método de la adecuada combinación de los alimentos propuesto por Harvey y Marilyn Diamond en su libro Fitfor Life (Apto Para La Vida), es otra alternativa saludable. Los autores recomiendan comer solamente fruta por la mañana, y después evitar mezclar féculas y proteínas en una misma comida, es decir, aconsejan comer las proteínas y las féculas por separado con verduras. Cada grupo de alimentos necesita una enzima diferente para una digestión completa. Cuando se comen proteínas y féculas juntas, las diferentes enzimas digestivas se anulan entre sí y sólo se produce una digestión parcial. La adecuada combinación de los alimentos no sólo mejora la digestión sino que también ayuda a adelgazar.

Explorar muchos tipos de sistemas diferentes, los que nos vengan mejor, nos permite combinarlos en una dieta que sea la mejor para nuestro cuerpo.

Personalmente, noté en todo mi ser los resultados de mi nueva forma de considerar los alimentos. Cuando comencé a aprender sobre nutrición me incliné a comer alimentos más sanos, igual que cuando llegué a comprender las leyes de la Vida comencé a tener pensamientos más sanos. Actualmente, cuando me acerco a los 70 años, tengo más energía de la que tenía hace treinta. Soy capaz de trabajar todo el día en mi jardín y mi huerto y levantar sacos de abono de 20 kilos. Cuando siento que un resfriado anda al acecho, me libero rápidamente de él. Si como en exceso en alguna fiesta, sé qué comer al día siguiente para recuperar la energía. En resumen, llevo una vida más sana y más feliz.

Limpia tu dieta

El cuerpo pierde el equilibrio cuando se le dan demasiados alimentos procesados y aditivos. La harina refinada y el azúcar blanco contribuyen a la mala salud, así como los alimentos demasiado tratados o manipulados y el consumo excesivo de carnes y productos lácteos, todo lo cual carga el cuerpo de toxinas. En el plano físico, la artritis es una enfermedad producida por la toxicidad; el cuerpo está cargado de un exceso de acidez. Una dieta rica en cereales, verduras y fruta fresca es un buen primer paso en el camino hacia el bienestar.

También es necesario que prestes atención a lo que comes y a cómo te sientes después de comer. Por ejemplo, si una hora después de la comida del mediodía sientes deseos de dormir, eso quiere decir obviamente que has comido algo que no te ha sentado bien. Comienza a fijarte en qué alimentos son los que te dan energía, y entonces consúmelos en cantidad. Lleva la cuenta de los alimentos que te fatigan y elimínalos de tu dieta.

Si tienes muchas alergias, mi primer comentario (en el plano metafísico) sería: «¿A quién eres alérgico o alérgica?». En el plano físico, tal vez te convendría buscar un buen especialista en nutrición. Si no sabes dónde encontrarlo, pregunta en tu tienda de alimentos dietéticos. Pide a las personas que trabajan en ella que te recomienden alguno. Siempre conocen a buenos médicos. A un buen especialista en nutrición, yo le pido que me dé una dieta apropiada a mis necesidades particulares, en lugar de darme simplemente una dieta estándar hecha para todo el mundo.

Opino que la leche de vaca, que es perjudicial para el cuerpo, se puede sustituir por leche de soja, que cada vez se encuentra en más supermercados. Dado que mi cuerpo no tolera muy bien los productos de la soja, yo la sustituyo por leche de arroz. La variedad pura de esta leche es una bebida fabulosa y sirve para preparar todo tipo de platos, y las variedades con sabor a vainilla y algarroba son deliciosas para los postres. Suelo tomar la de sabor a vainilla con los cereales del desayuno (y a veces también utilizo para ello zumo de manzana).

He descubierto que el ayuno es también una excelente técnica de limpieza. Uno o dos días tomando solamente zumos de frutas o verduras o caldo de potasio pueden hacer maravillas en el cuerpo; sin embargo, creo que los ayunos largos sólo son aconsejables bajo la supervisión de un profesional bien preparado que sea especialista en el tema.

Si decides hacer un ayuno de zumos (o simplemente deseas disfrutar de un delicioso zumo en cualquier momento), es importante que dispongas de una licuadora. A mí me gusta mucho la mía, porque es grande, pesada y muy resistente. Es también la única licuadora que conozco capaz de hacer purés de frutas congeladas que saben a helado o sorbete. También es muy fácil de limpiar. El truco para limpiar licuadoras es hacerlo inmediatamente después de usarlas. Lávala bien «antes» de beber el zumo. Si dejas la limpieza para después, los restos quedan acumulados en los agujeritos y cuesta más limpiarlos. También hay licuadoras centrífugas, que van bien para pequeñas cantidades de frutas y verduras, pero son más difíciles de limpiar y se sobrecargan si se prepara mucho zumo.

Siempre que puedo me paso un día en la cama descansando, leyendo o escribiendo en el ordenador. Me quedo en la cama y como alimentos muy ligeros, a veces sólo tomo líquidos. Al día siguiente me siento como nueva, con mucha más energía. Es un acto de amor a mí misma.

Sí, como pequeñas cantidades de carne de vez en cuando. Aunque consumo mucha verdura, no soy vegetariana total. Mi organismo me pide un poco de carne una o dos veces a la semana, pero trato de que sea carne de cordero de Nueva Zelanda, o carne de buey sin hormonas, o ternera de granja, y de vez en cuando pollo o pescado.

También he ido reduciendo poco a poco el contenido de azúcar de mis alimentos, y ahora rara vez lo tomo. Cuando cocino en casa uso un edulcorante vegetal, hecho de uvas y cereales, que sirve para todo. Personalmente jamás usaría los edulcorantes artificiales que ponen en las mesas de los restaurantes. Si lees las etiquetas, verás como dicen que ese producto es perjudicial para la salud. 

Qué hacer con las ansias de comer ciertos alimentos

El anhelo de comer ciertos alimentos casi siempre indica un tipo de desequilibrio en el cuerpo. En su libro Constant Craving; What Your Food Cravings Mean and How to Overeome Them [Ansias constantes de comer: Qué significan y cómo superarlas], Doreen Virue trata este tema. El cuerpo intenta compensar carencias cuando desea fuertemente  algo. Por ejemplo, un consumo excesivo de proteínas puede generar el ansia de comer dulces, y una carencia de magnesio suele estimular el deseo de comer chocolate. Una dieta equilibrada, rica en verduras y frutas frescas y en cereales, contribuye a equilibrar las papilas gustativas y a que esos deseos comiencen a disminuir.

Algunas personas desean más alimentos grasos que otras. Como probablemente sabes, dada la publicidad que se da en la prensa a este tema, comer una excesiva cantidad de grasas puede ser causa de obstrucción de las arterias,  enfermedades cardiacas y, lógicamente, aumento de peso. Por desgracia, cuando éramos niños, a muchos de nosotros se nos crio con una dieta muy rica en grasas, de modo que nos puede resultar difícil comenzar a comer alimentos sencillos. Consideramos normal y apetitoso el sabor de la grasa; una hamburguesa con queso, acompañada de patatas fritas, está cargada de ácidos grasos insaturados y sal. Y sin embargo, después de un ayuno de tres días tomando zumos, los alimentos sencillos saben exquisitos. Así pues, si ansías el sabor y la textura de los alimentos grasos, prueba a hacer estas afirmaciones:

Disfruto de los alimentos sencillos y naturales.

Los alimentos buenos para mi cuerpo son deliciosos.

Me gusta ser una persona sana y llena de energía.

La primera semana de dieta pobre en grasas puede que te resulte difícil, pero si continúas comiendo frutas, verduras y cereales muy poco condimentados, tus papilas gustativas comenzarán a cambiar. Empieza por modificar tus papilas gustativas usando algún sustituto de la sal. Hay algunos que contienen una mínima cantidad de sal y mucho  polvo de verduras, y hay otros que también son buenos, aunque contienen levadura. Incluso con estos sustitutos, es aconsejable habituarse a consumir un poquito menos cada día hasta aprender a disfrutar del sabor de los alimentos puros. Existen también condimentos hechos de algas, y sustituir la sal por ellos es una buena manera de incorporar a la dieta las verduras del mar.

Cómo curar las enfermedades relacionadas con la comida

En las cartas que recibo de personas de todo el mundo, aparecen una y otra vez preguntas relacionadas con la comida y la nutrición, de modo que voy a explicar lo que pienso de estos temas, pero ten presente, por favor, que se trata de opiniones mías personales.

Anorexia

Creo que el factor que más contribuye a la anorexia es el odio a sí misma, puro y simple, acompañado por un total sentimiento de inseguridad, de no sentirse valiosa. A veces, en sus años de infancia, hay personas que empiezan a creer que hay algo malo en ellas, y entonces buscan una explicación a esos defectos que perciben: «Si fuera más  delgada, más inteligente, más guapa», etc. «sería digna de amor». Las personas que sufren de anorexia necesitan aceptar que no hay nada de malo en ellas, que ya son dignas de amor y, lo más importante, que se merecen su propio amor.

Bulimia

La causa mental de la bulimia es muy semejante a la de la anorexia, sólo que la persona anoréxica nunca logra sentirse suficientemente delgada, mientras que la bulímica quiere mantener su figura a toda costa. La persona bulímica se atiborra de comida para ahogar sus sentimientos, y después se purga vomitando. En ambos casos hay una niña interior que necesita amor desesperadamente. Lo que tanto la persona anoréxica como la bulímica es preciso que sepan es que solamente ellas pueden dar a su niña interior el amor y la aceptación que necesita. La sensación de valía personal y la autoestima emanan de dentro y no tienen nada que ver con nuestra apariencia.

Uno de los mejores tratamientos para la anorexia y la bulimia sería una terapia de grupo que se centrara en el amor a sí misma. Es el marco ideal para descubrir nuestras falsas creencias y enterarnos de que otras personas sí nos aman y aceptan tal como somos. Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, automáticamente tendemos a cuidarnos y a averiguar qué alimentos son los mejores para nuestro cuerpo. Por sí solos, los alimentos sanos y nutritivos no convencen al niño interior herido de que es digno de amor.

Comer en exceso

Yo creo que engordamos debido a las toxinas que acumulamos en el cuerpo. Durante demasiado tiempo lo llenamos de alimentos nocivos. No tiene ningún sentido hacer dietas drásticas para perder peso, porque después de la privación se recupera rápidamente el peso perdido. La mejor decisión es optar por la salud y aprender a comer de manera sana. Sólo esto ya sirve para librarse del exceso de peso. Y si se continúa comiendo alimentos saludables, no se vuelve a recuperar el peso perdido. (Un buen libro para aquellos que deseen romper el vínculo entre malos tratos, estrés y comer demasiado es Losing Your Pounds o/Pain [Pierde tus kilos o / dolor], de Doreen Virtue.)

Las dietas estrictas son una forma de odio a uno mismo. No reflejan amor ni crean un cambio permanente. Cuando nos queremos de verdad a nosotros mismos, no tenemos necesidad de hacer dieta. En su libro The Only Diet There Is [La única dieta que existe], Sondra Ray nos enseña a eliminar los pensamientos negativos de nuestra dieta.

Si tus hijos comen alimentos nocivos o están obesos, trata de ser un ejemplo de amor para ellos. Mantén lejos de casa la comida basura, y estudiad nutrición juntos. Que tus hijos elijan lo que quieren comer de un grupo selecto de buenos alimentos. Haced experimentos para ver cómo diferentes alimentos afectan de modo distinto a cada uno. Haz que vuestra nueva manera de comer se convierta en una experiencia de aprendizaje. Deja que tus hijos te enseñen algo sobre nutrición cada semana. 

Respecto a los niños obesos, recuerda que tú, como progenitor, haces la compra y controlas qué alimentos entran en tu casa. Sin embargo, los niños obesos suelen tener problemas de inseguridad. Trata de discernir qué preocupa tanto a tu hijo que necesita un exceso de peso para protegerse. ¿Lo tratas con demasiada dureza? ¿ Dónde se ha roto la comunicación entre tú y tu hijo? A los niños obesos normalmente les ocurren muchas más cosas que el simple hecho de comer demasiado.

Evidentemente, he de añadir que la proliferación de los restaurantes de comida rápida ha hecho un enorme daño a la salud de nuestros hijos. No sólo tenemos muchos niños enfermos y obesos, sino que también tienden a convertirse en adultos que piensan que la comida rica en grasas y escasamente nutritiva es la norma. No es de extrañar que  tengamos una población tan obesa. En Estados Unidos hay 56 millones de personas con exceso de peso. Las dietas ricas en grasas y azúcar contribuyen a la hiperactividad de los niños, la rebeldía de los adolescentes y la agresividad de muchos de los internos de las cárceles. Pero lo que necesitamos no son dietas, sino volver a comer alimentos naturales y sanos.

Hipoglucemia

Las personas que sufren de hipoglucemia suelen sentirse agobiadas por la vida, que para ellas es algo inmanejable, que las supera. También interviene en este malestar bastante autocompasión, y la sensación general se expresa diciendo: «¿Para qué?», «¿De qué sirve?».

Las personas que padecen de este trastorno necesitan comer pequeñas cantidades de alimento a menudo, para mantener alto el nivel de azúcar en la sangre con el fin de elevar su nivel de energía. Sin embargo, lo peor que pueden tomar es azúcar, porque eleva rápidamente el nivel de azúcar y luego lo baja con igual rapidez, y la persona se siente hundida. Los cereales son lo mejor que se puede comer, porque mantienen equilibrado el nivel de azúcar durante bastante tiempo. Comer cereales naturales para desayunar, calientes o fríos, sin azúcar, mantiene elevado el nivel de energía hasta la comida de mediodía. También conviene que las personas hipoglucémicas lleven siempre con ellas pequeños y nutritivos tentempiés para comer durante el día; verduras crudas, almendras crudas, galletas o un poco de queso de soja son buenas alternativas. Las frutas pasas no son una buena elección, porque son demasiado concentradas y demasiado dulces. También en este caso un buen especialista en nutrición puede ofrecer la mejor orientación.

Adición a la nicotina

Yo fumé durante muchos años; comencé a hacerlo a los quince. En ese momento quería parecer sofisticada y adulta. Pensaba que los cigarrillos me iban bien para calmar los nervios, pero en realidad lo único que hacían era ponerme más nerviosa. Se convirtieron en una forma de arreglármelas con mí inseguridad emocional. Igual que muchas personas me convertí en adicta, y me llevó bastante tiempo dejarlo finalmente para siempre.

Los cigarrillos son substitutos de muchas otras cosas. Pueden ser una cortina de humo para mantener alejadas a otras personas, pueden ser un substituto del compañerismo, una manera de controlar los sentimientos, una forma de castigarse, e incluso un modo equivocado de controlar el peso. Sea cual sea la causa de que una persona comience a fumar, una vez que lo hace, el tabaco se convierte rápidamente en una adicción muy difícil de abandonar. Ahora hay tabacaleras que añaden substancias que hacen aún más adictivos los cigarrillos.

Cuando los fumadores deciden liberarse de ese hábito adictivo, hay muchos caminos para hacerlo. No tienen por qué luchar solos. Pero es necesario que realmente deseen dejar de fumar. Si este es tu caso, entonces la acupuntura puede eliminar tus deseos de fumar Existen también muchos remedios homeopáticos, e infusiones. También puede resultarte útil masticar un trocito de raíz de regaliz. Mira si encuentras otras opciones en tu tienda de alimentos dietéticos.

En Alternativa Medicine [Medicina alternativa], del Grupo Burton Goldberg, se recomienda tomar un baño con un cuarto de kilo de sales Epsom. Esto hace salir la nicotina por la piel. Después hay que ducharse y secarse con una toalla blanca. Te sorprenderá ver el residuo marrón que queda en la toalla, de la nicotina que ha excretado la piel.

Pienso que sería fabuloso que todo el mundo, fumadores y no fumadores, escribieran a las empresas tabacaleras y les exigieran que dejaran de poner aditivos adictivos al tabaco de los cigarrillos. Esa es una práctica perversa, una expresión de la codicia cuyo coste es la salud del consumidor. Si el Gobierno no le pone fin a esto, entonces debemos hacerlo nosotros, el pueblo.

Resfriados y fiebre

Desde el punto de vista metafísico, los resfriados van asociados a una congestión mental. Cuando hay demasiada confusión y demasiados proyectos sobre el tapete, solemos ser incapaces de tomar decisiones claras.

En el aspecto físico, los resfriados son el resultado de un consumo excesivo de productos no naturales, que congestionan los intestinos. Muchas personas dicen: «Alimenta al resfriado y mata de hambre a la fiebre». Pero lo que realmente están diciendo es: «Si alimentas al resfriado, tendrás que matarte de hambre para acabar con la  fiebre». Así pues, la respuesta es aligerar; aligerar la dieta comiendo más verduras y frutas frescas y cereales; abandonar los alimentos procesados y las carnes pesadas, y ciertamente, tornar muy pocos productos lácteos. La leche forma mucosas en el cuerpo. Los productos lácteos agravan muchos problemas de oídos y trastornos pulmonares.

Un resfriado es un aviso de la naturaleza de que el cuerpo necesita un descanso, del estrés y de la comida. Si nos precipitamos a la farmacia a comprar el último medicamento sin receta para sofocar los síntomas, entonces no permitimos que actúe la inteligencia sanadora del cuerpo. Hemos de escuchar a nuestro cuerpo y hacer caso de sus mensajes. Nuestro cuerpo nos ama y desea que estemos sanos.

Me angustio cada vez que veo un anuncio por televisión del último medicamento que nos va a hacer volver inmediatamente al trabajo. Tomar estos preparados es como azotar a un caballo cansado para que trabaje más. No funciona, y es un acto nada cariñoso. Los cuerpos maltratados se agotan y fallan demasiado pronto.

Las fiebres suelen aparecer cuando uno arde de rabia. En el plano físico, el cuerpo produce fiebre para quemar las toxinas. Es una manera de hacer limpieza. Durante mucho tiempo hemos reprimido tanto nuestros pensamientos y emociones, sobre todo tomando medicamentos, que rara vez sabemos realmente lo que estamos  pensando o sintiendo. No sabemos si estamos sanos o enfermos.

Candidiasis

Las personas que padecen este trastorno suelen estar muy frustradas y furiosas, y tal vez algo dispersas en su vida personal y profesional. Dado que son básicamente desconfiadas, suelen ser muy exigentes en sus relaciones. Son muy buenas para tomar, pero muy malas para dar. En sus primeros años aprendieron que no podían confiar en las personas más próximas a ellas. Ahora no pueden confiar en sí mismas.

Según Healthy Healing [Curación saludable], libro sobre curación alternativa de la naturópata Linda Rector-Page, «la candidiasis es un estado de desequilibrio interno, no un germen, microbio ni enfermedad. Cándida albicans es una cepa de hongos que comúnmente se encuentra en las zonas gastrointestinales y genitourinarias del cuerpo. Por lo general es inofensiva, pero cuando están bajas la resistencia y la inmunidad, este hongo puede multiplicarse rápidamente, alimentándose de los azúcares e hidratos de carbono presentes en estos conductos. Libera toxinas en el torrente sanguíneo y causa problemas de largo alcance. El estrés y la falta de descanso agravan este trastorno en un  cuerpo que ya está desequilibrado». Healthy Healing es un libro excelente que yo recomiendo encarecidamente, junto con su complemento Cookingfor Healthy Healing  [Cocina para la curación saludable].

Para tratar la candidiasis los especialistas en nutrición recomiendan eliminar de la dieta, entre otras cosas, el azúcar, los edulcorantes artificiales, el pan, las levaduras, los productos lácteos, la fruta, el té, el café, los vinagres y el tabaco, al menos durante dos meses. La candidiasis es un trastorno que realmente precisa ser tratado por un especialista en nutrición capacitado.

Menopausia

Yo creo que la menopausia es un proceso normal y natural de la vida, no una enfermedad. Cada mes, durante la menstruación, el cuerpo se desprende del lecho que había preparado para un bebé que no se ha concebido. También elimina con ella muchas toxinas. Si hacemos una dieta a base de comida basura, o simplemente la dieta estándar estadounidense de alimentos procesados, con un 20 por ciento de azúcares y un 37 por ciento de grasas, vamos acumulando toxinas, tal vez más de las que podemos eliminar.

Si tenemos muchas toxinas en el cuerpo cuando estamos al borde de la menopausia, entonces el proceso va a ser más desagradable. De modo, pues, que cuanto más cuides de tu cuerpo diariamente, más fácil va a ser tu menopausia. Un periodo difícil o fácil de menopausia comienza con cómo nos sentimos con nosotras mismas desde la pubertad en adelante. Las mujeres que tienen una menopausia difícil suelen haber comido mal durante mucho tiempo y tienen una mala imagen mental de sí mismas.

A comienzos de siglo nuestra esperanza de vida estaba alrededor de los 49 años; en esa época la menopausia no era un gran problema: cuando llegaba, la mujer ya estaba a punto de abandonar este mundo. Actualmente nuestra esperanza de vida está alrededor de los 80 años, y la menopausia es un problema que hay que afrontar. En la actualidad cada vez son más las mujeres que deciden tener un papel más activo y responsable en el cuidado de su salud, hacerse mayores más en armonía con su cuerpo y permitir que los procesos de cambio, como la menopausia, se produzcan de manera natural, con poco desagrado o incomodidad y poca disminución de sus capacidades. Como en cualquier otra cosa en nuestra vida, tenemos diferentes grados de preparación y buena disposición.

Para muchas, el nivel de responsabilidad y compromiso necesario para armonizar nuestra mente y cuerpo, cuando se trata de problemas profundamente arraigados, es demasiado elevado y necesitan ayuda de médicos o de otras fuentes hasta sentirse suficientemente preparadas o seguras para afrontar algunos de los problemas que afectan a su salud y su bienestar, como son las creencias sobre su valía personal. Una creencia muy común, en nuestra sociedad patriarcal, es que las mujeres valen muy poco o nada sin su capacidad reproductora. ¿Es de extrañar entonces que muchas mujeres teman y se resistan a la menopausia? La terapia con estrógenos no soluciona este tipo de problemas. Sólo nuestro corazón y nuestra mente pueden sanar estas ideas. 

Pienso que es esencial que las mujeres se informen sobre cuáles son sus verdaderas alternativas. Lee y comenta con tus amigas el libro de Sandra Coney The Menopause Industry: How the Medical Establishment Exploits Women [La industria de la menopausia: Cómo explota a las mujeres el sistema médico]. Este libro señala que hasta la década de los sesenta los médicos no estaban muy interesados en la menopausia. A las mujeres se les decía que el problema sólo estaba en su cabeza; después de todo, Freud dijo que la menopausia era un trastorno neurótico.

El doctor Robert A. Wilson, ginecólogo de Nueva York, fundó una sociedad privada financiada por donaciones de la industria farmacéutica; su libro Feminine Forever [Eternamente femenina], publicado en 1966, lanzó una cruzada para rescatar a las mujeres de la «decadencia en vida» que representaba la menopausia y para que tomaran estrógenos desde la pubertad hasta la tumba. Actualmente la menopausia se ha convertido en algo que se puede explotar para lucro comercial. La industria farmacéutica ha favorecido la idea de la menopausia como enfermedad porque tiene los medicamentos para tratarla.

Sandra Coney dice también: «No hay ningún ámbito donde quede tan agudamente en evidencia el inamovible sexismo de la medicina como en la menopausia. La nueva visión de la menopausia como enfermedad es socialmente controladora. La medicina moderna no hace más poderosas a las mujeres ni las pone al mando de su vida. Convierte en enfermas a mujeres sanas».

No quiero negar con esto que a algunas mujeres les va bien la terapia con hormonas. Pero el hecho de que muchos miembros del sistema médico actual hagan la afirmación general de que todas las mujeres necesitan este tratamiento desde la menopausia hasta la muerte es condenar y despreciar a la mujer madura. Esencialmente, lo que quiero decir es que trabajar por lograr armonía y equilibrio en nuestra mente y nuestro cuerpo puede hacer innecesarias las terapias con medicamentos, que tienen debilitadores efectos secundarios.

En mi caso, cuando tuve mi primer sofoco fui a ver a un amigo homeópata. Él me dio una dosis de un remedio homeopático y nunca volví a tener otro sofoco. Fue una suerte que me conociera tan bien. En la actualidad, los especialistas en nutrición usan una serie de hierbas que son de gran ayuda para cuando se está pasando por esa época de la vida.

También existen substancias naturales que reemplazan a los estrógenos. Consulta con tu especialista en nutrición sobre este tema. Ten presente que actualmente las mujeres somos pioneras que trabajamos para cambiar antiguas creencias negativas, con el fin de que nuestras hijas y nietas jamás tengan que sufrir durante la menopausia.

Agua

Agua limpia y pura. Cuando se trata de los factores más importantes para la salud, el oxígeno es el número uno y el agua el número dos. No hay nada como ella. El agua no sólo apaga la sed sino que también limpia el cuerpo. Si cada vez que desees comer un tentempié bebes un buen vaso de agua, harás un bien a tu cuerpo. Casi un 75 por ciento de nuestro cuerpo es agua. Todas las células necesitan agua para realizar bien su trabajo. Te recomiendo que bebas mucha agua, con una excepción: no la bebas en las comidas, porque diluye los jugos digestivos y entonces se extraen pocos elementos nutritivos de los alimentos.

Desgraciadamente la Humanidad, sobre todo la industria, lleva bastante tiempo contaminando esta valiosa sustancia. La mayor parte del agua suministrada por nuestros municipios no es apta para beber, al haber sido tratada con muchas substancias químicas. En consecuencia, recurrimos al agua embotellada. Actualmente se encuentra agua embotellada en todos los supermercados y colmados. A mí personalmente me gusta comprar agua embotellada de manantial cuando viajo, pero en casa he puesto un filtro en la entrada de la tubería y así hasta me ducho con agua filtrada. En el fregadero de la cocina tengo otro filtro, de modo que bebo agua doblemente filtrada.

En el sur de California tenemos periódicamente temporadas de sequía. Durante la última envié estas ideas a nuestro periódico local:

Aplica el sentido común para ahorrar más agua

Durante mucho tiempo hemos tenido agua corriente en abundancia y nos hemos acostumbrado a derrocharla. Ahora, en esta época de intensa sequía se nos pide que reduzcamos en un 50 por ciento el consumo de agua y no sabemos qué hacer. He aquí algunas orientaciones de «sentido común» que podemos seguir con poco esfuerzo:

1. Si es posible, usa el agua dos veces. No la dejes escurrirse en el fregadero. Acumúlala y vuelve a usarla.

2. Lava en un recipiente las frutas y verduras. Vuelve a usar esa agua para regar las plantas.

3. Cuando cambies el agua del perro, echa el agua anterior a las plantas. 

4. Usa detergentes y jabones biodegradables y no tóxicos, para poder regar las plantas con el agua usada sin dañarlas. Hay empresas que llevan años fabricándolos. Pregunta en tu tienda de productos naturales.

5. Da unas vacaciones al lavavajillas y vuelve a la tradición de lavar los platos a mano. Ahorrarás agua y electricidad. Usa una pila para fregar y otra para aclarar. Ahorra agua en el aclarado.

6. Toda el agua que queda en los floreros se puede volver a usar para regar las plantas de interior (a ellas les encanta, pues esa agua está llena de substancias nutritivas).

7. Cuando te laves las manos, la cara o los dientes, pon también un recipiente en el lavabo para recoger esa agua, que puedes usar para regar las plantas de exterior.

8. Tengo uno o dos cubos grandes en la puerta de la cocina y uno en la puerta del cuarto de baño. Toda el agua que no necesito usar en el momento, la guardo en ellos: agua de aclarar los platos, del baño o la ducha, etc.

9. Reduce la capacidad de la cisterna del inodoro, o limítala introduciendo una bolsa doble de plástico llena de agua, sujeta firmemente. En Santa Bárbara, donde desde hace bastante tiempo el agua está racionada, tienen un dicho relativo a tirar de la cadena: «Si es amarillo, déjalo un poquillo; si es marrón, dale un tirón». Es decir, no es necesario tirar de la cadena cada vez que se usa el inodoro.

10. Instala un «ahorrador de agua» en el cabezal de la ducha. Mójate el cuerpo, cierra el agua mientras te enjabonas y después aclárate rápidamente.

11. Coloca el tapón en la ducha y junta el agua. Recógela en un recipiente y úsala para regar las plantas.

12. Aunque no estemos acostumbrados a ello, es posible bañarse en 8 cm de agua. Recoge esa agua usada de la bañera y vuelve a utilizarla en el jardín. Si no tienes jardín, puedes llevar el recipiente a la calle cada día y tal vez salvar un árbol de tu vecindario. Adopta un árbol y riégalo regularmente con un agua que de otro modo dejarías que se fuera por el desagüe.

13. Cerciórate de que tienes bien llena la lavadora antes de usarla.

14. Pon una cisterna bajo los canalones del tejado para recoger el agua cuando llueve.

15. Inventa formas de reciclar el agua para aprovecharla. Busca a un fontanero que te modifique las tuberías de modo que el agua de la cocina, la bañera y la lavadora salgan a tu jardín o huerto.

16. Consigue la colaboración de tus hijos. Haz un concurso en la familia: a ver quién puede ahorrar más agua en un día.

17. Cubre las plantas con una capa de paja, hojas o hierba después de regarlas, para que puedan vivir con menos agua.

Aun con todas estas medidas, es posible que tengamos que abandonar alguna parte del jardín. Recuerda que esto sólo es una medida temporal. Cuando llueva podremos volver a plantar.

Recuerda también que en muchos lugares del planeta todavía acarrean agua desde un pozo central para las necesidades de la casa. Por difícil que nos resulte ahorrar el agua, agradezcamos la manera cómoda como fluye en nuestra vida. Con amor bendigamos el agua cada vez que la usemos. Demos las gracias por todo lo que tenemos.

Los placeres del ejercicio

El ejercicio es fabuloso para el cuerpo. Haz cualquier cosa que te haga sentir bien. No importa si es montar en bicicleta, jugar al tenis, al voleibol o al golf, correr, nadar, caminar a buen paso, saltar en la cama elástica o a la comba, jugar con el perro o lo que sea. Es esencial practicar algún tipo de ejercicio para mantener una salud óptima. Si no hacemos nada de ejercicio, los huesos se debilitan; necesitan el ejercicio para mantenerse fuertes. Cada vez vivimos más años, de modo que nos conviene poder correr, saltar y movernos con agilidad hasta nuestro último día.

Yo voy al gimnasio dos veces por semana y también hago mucho ejercicio cuidando del jardín y el huerto, lo cual es un trabajo físico bastante arduo. A lo largo de mi vida he hecho ejercicios de jazz, aeróbicos y de estiramiento, yoga, trapecio y danza. Desde hace algún tiempo voy a un gimnasio a hacer aparatos; no son ejercicios con pesas sino con  muelles, para que los músculos se conserven largos. Esta forma de ejercicio le sienta muy bien a mi cuerpo. También camino con bastante regularidad, y disfruto mucho haciéndolo, porque me ofrece la oportunidad de contemplar la belleza de los alrededores de mi amado barrio del sur de California.

Si estás pensando en iniciar un programa de ejercicios, comienza poco a poco, tal vez sólo con una caminata alrededor de la manzana después de comer. A medida que vaya creciendo tu energía, podrás aumentar la velocidad y la distancia hasta llegar a recorrer a paso vivo un kilómetro y medio o más. Te sorprenderán los cambios que tendrán lugar en tu cuerpo y tu mente cuando comiences a cuidar de ti de esta manera.

Recuerda: hasta lo mas pequeño que haces por ti es un acto de amor o de odio. El ejercicio es amor a uno mismo. Y amarse es la clave del éxito en todos los aspectos de la vida.

En Healthy tiealing [Cuidado saludable], se ofrece un «ejercicio de un minuto» para aquellas personas que dicen no tener tiempo, o para cuando se tiene demasiada prisa para hacer un conjunto de ejercicios más largos. Simplemente tiéndete en el suelo. Después ponte de pie de la manera que puedas. Vuelve a echarte y vuelve a levantarte. Sigue haciéndolo durante un minuto. Este ejercicio ejercita los músculos, los pulmones y el sistema circulatorio.

En su libro The Power of 5 [El poder de 5], Harold Bloomfield y Robert K. Cooper presentan muchos ejercicios de cinco minutos que se pueden hacer a lo largo del día. Por ejemplo, el de apretar la parte inferior del abdomen: espira lentamente y cuando llegues al punto en el que sueles acabar la espiración, suave pero firmemente oblígate a expulsar más aire, haciendo fuerza con los músculos abdominales inferiores. Ve añadiendo ejercicios hasta hacer diez cada día. Hazlos donde y cuando puedas, practicando uno o dos cada vez.

Mi ejercicio de «un minuto» predilecto, que practico cuando tengo prisa, es simplemente saltar 100 veces. Es rápido, fácil y agradable de hacer.

Como ves, hay muchas maneras de procurar que el cuerpo no se anquilose ni se ponga rígido. Muévete y diviértete.

Tomar el sol o no

Sé que hay mucha controversia respecto a tomar el sol. Sin embargo, la manera habitual de recibir la vitamina D es absorberla a través de la piel cuando estamos expuestos a la luz del sol. Sí, estoy de acuerdo en que tostar el cuerpo al sol durante horas y horas no es la manera más prudente de proceder. No obstante, los seres humanos llevamos millones de años en este planeta, y el sol también. Dios dispuso las cosas para que nuestro cuerpo sea compatible con el sol; en las regiones donde el sol es muy fuerte, la naturaleza nos dio unos pigmentos de la piel más oscuros; los nativos de África están al sol todo el día y no enferman de cáncer de piel. Lamentablemente, en nuestra sociedad moderna nos hemos alejado tanto de los alimentos naturales, los que la Naturaleza nos proporciona, que nuestro cuerpo está en mala forma en todos los aspectos, incluyendo nuestra relación con el sol.

También tenemos la reducción de la capa de ozono que rodea nuestro planeta, debido a la contaminación extrema que ha provocado la Humanidad. En lugar de corregir los problemas y tratar al aire como el tesoro que es, nuevamente hemos recurrido a la industria farmacéutica en busca de respuestas, y ésta ha fabricado lociones y cremas para protegernos del sol. Ahora se nos advierte que hemos de untarnos la piel con estos productos químicos cada vez que salimos al aire libre. Incluso se nos aconseja aplicar estas substancias no naturales a nuestros hijos pequeños. Personalmente creo que todo este asunto es un gran timo, una campaña propagandística que beneficia a las empresas farmacéuticas.

En Alternative Healing [Curación alternativa] se nos informa de una nueva investigación que sugiere que esas cremas protectoras podrían ser en sí mismas causantes de melanoma dado que impiden que la piel produzca la vitamina D. No hay ninguna prueba de que las lociones solares prevengan el cáncer en los seres humanos; sólo previenen las quemaduras. Este estudio también afirma que los casos de melanoma han aumentado en proporción directa con el aumento de la venta de las cremas protectoras. Queensland (Australia) tiene el mayor porcentaje de casos de melanoma en el mundo, y es también el lugar donde la comunidad médica comenzó a recomendar encarecidamente el uso de cremas protectoras.

Es necesario que seamos sensatos a la hora de tomar el sol. El exceso de exposición al sol acelera el envejecimiento de la piel, de modo que no te excedas. Ten cuidado también con los productos químicos que te aplicas en la piel, porque la piel los absorbe todos.

Ama tu cuerpo

Cuando escuchas con amor los mensajes de tu cuerpo, lo nutres con los alimentos que necesita, lo mantienes en forma y lo amas. Yo creo que nosotros contribuimos a crear todas las enfermedades de nuestro cuerpo. Como todo lo demás en la vida, nuestro cuerpo es un reflejo de nuestros pensamientos y creencias más íntimos. Tu cuerpo siempre te está hablando; dedica un tiempo a escucharlo. Todas las células responden a cada pensamiento que tienes y cada palabra que dices.

Cuidar de nuestro cuerpo es un acto de amor. Cuando aprendas más y más sobre nutrición, comenzarás a notar cómo te sientes después de comer ciertos alimentos. Vas a descubrir cuáles te proporcionan un vigor óptimo y mucha energía. Entonces continuarás comiendo esos alimentos.

No creo que todos tengamos que enfermar y acabar en residencias de ancianos; no es así como estamos destinados a abandonar este extraordinario planeta. Pienso que podemos cuidar de nosotros mismos y conservarnos sanos durante mucho tiempo.

Es necesario que cuidemos y respetemos el maravilloso templo en que vivimos. Una manera de hacerlo es alejarse del aluminio, que en realidad está creando muchos problemas. Los investigadores han descubierto que hay una correlación directa entre el aluminio y la enfermedad de Alzheimer. Recuerda que el aluminio no sólo está presente en las latas de cerveza y refrescos y otros envases, sino también en el papel de aluminio y en los cazos y ollas de este metal, cosas que podrías comenzar a desechar. Tengo entendido que también es un ingrediente de los atomizadores para el aliento, y que está presente en muchos preparados para pasteles. Todo eso es sencillamente veneno para el cuerpo. ¿Cómo vamos a querer envenenar a un cuerpo que amamos?

Creo que la mejor manera de ser buenos con nuestro cuerpo es acordarnos de amarlo. Mírate a los ojos en el espejo con frecuencia. Repítete que eres una persona maravillosa. Transmítete un mensaje positivo cada vez que veas el reflejo de tu imagen. 

Simplemente ámate. No esperes a adelgazar, fortalecer la musculatura, bajar el nivel de colesterol ni reducir grasas. Ámate ahora mismo. Porque te mereces sentirte una persona maravillosa todo el tiempo.

¡Eres un ser fabuloso!

Afirmaciones para amar tu cuerpo

Amo mí cuerpo.

A mi cuerpo le encanta estar sano.

Mi corazón es el centro del amor.

Mi sangre tiene vida y vitalidad.

Amo todas las células de mi cuerpo.

Todos mis órganos funcionan perfectamente.

Lo veo todo con amor.

Escucho con compasión.

Me muevo con soltura y comodidad.

Mis pies bailan por la vida.

Bendigo con amor mis alimentos.

El agua es mi bebida predilecta.

Sé cuidar de mí.

Mi cuerpo está más sano que nunca. Valoro y aprecio mi magnífico cuerpo.

Mi cuerpo está sano, curado y completo

Me perdono por no haber tratado bien a mi cuerpo en el pasado. Yo hacía lo mejor que podía con el entendimiento y los conocimientos que tenía. Ahora me cuido lo suficiente para nutrirme con lo mejor que ofrece la Vida. Doy a mi cuerpo lo que necesita en todos los aspectos para tener una salud óptima. Con alegría, como alimentos nutritivos y bebo mucha agua pura y natural. Continuamente descubro nuevas y agradables maneras de hacer ejercicio. Amo todas y cada una de las partes de mi cuerpo, por dentro y por fuera. Ahora elijo los pensamientos apacibles, armoniosos y amorosos que crean una atmósfera de armonía interna para las células del cuerpo en que vivo. Estoy en armonía con todas las partes de la vida. Mi cuerpo es un buen amigo al que cuido con amor. Me alimento y me nutro física y emocionalmente. Descanso bien, duermo apaciblemente. Despierto con alegría. La vida es buena y disfruto viviéndola. ¡Y así es!

 

Tomado del libro Vivir.

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