Viendo la repercusión que tuvo el artículo «Articulaciones y su Relación Emocional» (que pueden encontrar en el siguiente enlace: https://www.miencuentroconmigo.com.ar/articulo/articulaciones-y-su-relacion-emocional/), he decidido prestarle más atención al tema de la enfermedad, al estar al tanto de que esta es nuestra gran maestra!

La enfermedad y / o el síntoma vienen de nosotros mismos. Es la última instancia que tiene nuestro Ser para conmovernos, a veces, de tal manera que tengamos que prestarle toda nuestra atención.

La primera acción que tomamos frente a una enfermedad es buscar quién nos sane… Aprendimos a colocar nuestro poder afuera de nosotros y necesitamos que alguien nos resuelva el problema…

Cuando vi el documental “El Secreto” aprendí, con gran sorpresa…, que INCURABLE significa que la sanación viene de adentro. Sin tomar como palabra santa lo visto y escuchado, averigüé sobre la etimología (origen) de la palabra, y fue grande el asombro ya que la tan temida palabrilla quiere decir todo lo contrario de lo que tenemos entendido.

INCURABLE significa que tiene cura; que, contrariamente de lo que se nos dice, la sanación viene de adentro. El prefijo “in”, cuando antecede a un verbo o a un sustantivo, nos enseña que es interno. IN – CURABLE nos expresa sobre nuestra capacidad para sanarnos; nosotros creamos la enfermedad y podemos con ella!

Cuando logro la cura sólo desde el afuera, sin haber entendido el mensaje de la dolencia, la enfermedad puede volver y de peor manera.

Para entender estos conceptos, hemos de aceptar la responsabilidad que cada uno tiene para consigo mismo. Tengo que tener claro mi compromiso al saber que soy la creadora de mi propia vida! De que las situaciones y/o personas externas son mis mejores maestras para poder realizar mis experiencias y evolucionar en esta existencia, en este planeta.

Mientras desconocía cómo venía la mano… rebotaba… dándome mi pobre cabeza de una pared a la otra… Ahora… quiero vivir mi vida con consciencia y sin dolores; o con los menos posibles.

Pasar por alguna simple dolencia, o por la enfermedad, ahora que soy consciente, me permite enfocarme y preguntarme: ¿qué me quiere decir mi cuerpo? Por ejemplo: estoy afectada del hígado. Puedo ir al médico a que me dé la pastillita mágica; puedo prepararme un té de carqueja (cosa que sería tan alopática como la gragea anterior), o puedo detenerme a ver que el hígado es el asiento de la ira y que se me afecta por haberme tragado algún enojo.

La manera de tratarnos debe ser HOLÍSTICA / INTEGRAL ya que el ser humano es un todo compuesto por cuerpo, emociones, mente y espíritu. Y ya nos lo decía el Dr. Edward Bach, descubridor del Sistema Floral que lleva su nombre: ¡Toda enfermedad tiene origen psíquico y emocional!

“La Enfermedad Como Camino”, libro muy conocido de Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dalkhe, (el primero, escritor y astrólogo, y el segundo, médico y psicólogo) expresa en una de sus frases maravillosas: «La enfermedad no tiene más que un fin: ayudarnos a subsanar nuestras ‘faltas’ y hacernos sanos».

La responsabilidad me hace coherente entre lo que siento, pienso y hago: ¡Cuando escucho lo que mi corazón me indica; cuando registro las sincronías que me guían, cuando me observo y observo cada circunstancia de mi vida; cuando atiendo mis síntomas o hago prevención de ellos, queda ante mí un solo y único camino a seguir, con la certeza total de que estoy en el sendero indicado!

Con todo lo antedicho, nunca les estoy proponiendo dejar de ir al médico. Habría que estar muy preparado, y vivir desde esa coherencia antedicha. Es más, de existir así, difícilmente se declare algo embromado. Hay que consultar a los profesionales de la medicina, pero también hemos de indagar sobre el mensaje de nuestro cuerpo. De esta manera la recuperación está garantizada.

A partir de hoy iremos publicando diferentes dolencias con sus significados y desde distintas ópticas.

Hay muchos autores que escriben sobre el tema salud desde un enfoque holístico, y ya son varios los médicos que lo hacen: el Dr. Rogelio D’Ovidio con su libro “Del Cuerpo al Espíritu”; el Dr. Rudiger Dalkhe con “La Enfermedad como Camino” y “La Enfermedad Como Símbolo”; mi querida maestra Louise Hay, pionera en estos temas, con “Sana Tu Cuerpo” y “Usted Puede Sanar Su Vida”; Eric Rolf con “Medicina del Alma”, entre muchos otros.

Me despido con Amor y les digo…

¡Gracias Por Asumir Tu Poder Sobre Tu Salud!