
Plano corporal: pulmones (contacto, comunicación, libertad), respiración (intercambio, ley de la polaridad).
Plano de los síntomas: se interrumpe, la respiración como expresión viva de la polaridad: ajustar la comunicación con este mundo que aparentemente no vale la pena; volverse a escapar: no atreverse a la vida, no comprometerse.
Realización: (para los padres afectados cuyos hijos reflejan a menudo sus problemas) reconocer el rol de la paternidad en el sentido de Khalil Gibran: “vuestros hijos no son vuestros hijos, son los hijos y las hijas de la llamada de la vida a sí misma…”; discusión con la propia mortalidad: ocuparse con los Libros de Los Muertos, filosofía esotérica: tener claro que nuestra percepción es limitada y que, por lo tanto, no sabemos qué misión tenía esta alma; aprender a aceptar que la muerte pertenece a la vida, es su polo opuesto natural y acaba por atraer y alcanzar a toda vida; aprender a ver que sólo el tiempo nos separa de la muerte y la (re)solución: aprender a entender el papel del tiempo. Prevención: conocer los factores de riesgo principales: madre fumadora, lactancia breve o ausente, posición de niño sobre el vientre; y los factores de riesgo de segundo orden: contaminantes ambientales, consumo de drogas, parto prematuro, electrosmog, falta de peso, sucesión rápida de los embarazos, consumo de alcohol.
Resolución: para los padres afectados: reconciliación con mortalidad propia, la del niño y la de todos los seres humanos; prepara conscientemente al niño un nido físico, que se acerque todo lo posible a un ideal social y espiritual.
Relación con los principios elementales: Luna / Urano / Plutón..
Fuente: La Enfermedad Como Símbolo.
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